Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

martes, 30 de noviembre de 2010

Retomando las letras...

Retomando las letras.


Es una tarea en vedad difícil como no me hacia una idea.
Dejar atrás algo tan emblemático como escribir y querer volver a él como si nada… es tan idiota como creer que puedes irte de viaje años, y regresar a buscar a una novia de la infancia (¡Aguas eh Leonardo!) y esperar que te siga amando.
Puede ser que dé frutos, que sirva o que se yo, pero, cuesta trabajo readaptarse a un ritmillo de vida, de estilo que dejaste atrás.
Eso me pasa a mí hoy día, he dejado de lado las letras por los juegos principalmente y no está mal. Me motivan los juegos a crea cosas geniales, a ver errores en los argumentos y no repetirlos o a darle otro enfoque a las ideas épicas. El problema es que me dejo absorber, y dejo las letras abandonadas.

Eso no está chido.

Las letras son un ejercicio exquisito que siempre será útil. Al escribir o leer amplias vocabulario, ayuda a expresarte mejor, a tener mayor repertorio de palabras, te hace mas culto y otras maravillas. Ahora ya no hablemos de la maravilla que es el saber redactar desde una lista de la tienda a un cuento. Simplemente es mágico.
Tengo muchos pendientes en mi vida, pero una prioridad que retomare poco a poco es escribir.

Hoy ya lo hice, retome del olvido “No me olvides” (precisamente), pero, en la parte de planeación. Hice un par de ajustes cronológicos, algunos bocetos de capítulos (bueno… en realidad hago “párrafos” con una idea principal y luego llego y me invento todo) y ajuste datos importantes que traía en la mente desde hace meses.
Eso es lo difícil, son un habito las letras. Tal vez no escriba, pero, siempre estoy pensando nuevas ideas de que escribir, que agregar, que inventar. Lo difícil es arrancar, descongelarme y empezar a dar marcha.

Pero, lo lograre, claro que si. Retomar las letras no es fácil, pero el esfuerzo es nada comparado a la recompensa.
Aprovechando hare oficial que ya tengo formspring

http://www.formspring.me/Kaiifan

Es una maravilla, no espero tener más cartas que santa, pero si espero tener que contestar algunas preguntas. Pueden clicar ahí o mas abajito del blog hay un apartado pa hacer las preguntas… así que denle gusto al cuerpo XD

Finalmente, estoy trabajando en proyectos como no me olvides, la pista de baile del diablo y claro, el amable y despabilador cancionero. Así que estén pendientes.
Y recuerden, comentar tal vez no ayude a salvar animales, a proteger el ambiente, a combatir el calentamiento global o a matar a algún político corrupto, pero, que chingados… es agradable leer comentarios XD

jueves, 11 de noviembre de 2010

Detras de... Cancinero.

Detrás de… Cancionero.
Y continuamos con esta parte de hacer la tarea de escribir un poco, de no olvidar el blog y de darle seguimiento a lo que podríamos llamar como apuntes de un escritor novel.

La grandiosidad de esto es que es mi blog y supuestamente puedo escribir lo que quiera, asi que hoy hablare de porque surgió la idea de crear una recopilación de mis relatos llamada cancionero.

Desde que tengo conciencia, siempre he sido un tipo que tiene ciertas habilidades, pero, que tiene mucha pereza. Recuerdo que en la primaria, vivía con mis abuelos paternos, y a mi abuelo le gusto siempre cantar y tocar la guitarra (cosas que espero de corazón todavía haga), el era partidario de esas ondas de los tríos (tres tipos tocando guitarra y cantando) y pues le gustaba mucho, por tanto le gustaba mucho a mi papá y pues a mí me parecía interesante.

El tenia muchos cancioneros, ya fuesen obtenidos por medio de su mano y esfuerzo o regalados (por ejemplo, en un cumpleaños mi papá le obsequio uno) así que, siempre hubo de eso. Y pues a mí me gustaba, siempre que mi abuelo cantaba o hablaba de las clases de guitarra, se veía animado, radiante.

Yo quería tocar, y aprendí en la secundaria por mi clase de música. Toque ligeramente bien la guitarra hasta que me dio hueva y reprobé la materia… pero recuerdo que igual cantábamos y tocábamos varias melodías, como por ejemplo la clásica y mexicanísima “Adelita”. Y esta clase me remitía también a los cancioneros, esos recopilatorios mágicos de esas melodías que llegaron para quedarse.

En la preparatoria escribía muchos ensayos para diversas tareas y materias, y me era sumamente fácil porque me gustaba escribir (yo lo hago desde la secundaria, y vaya que he mejorado eh) y porque solo se trataba de dar mi opinión, así que era muy fácil.

Después, me llamo la atención el crear historias, el permear a las letras de mis propias ideas pero a un nivel más creativo y no solo divulgativo, quería hacerlo enserio, quería crear algo grande, que llegara para quedarse.

Mi fuerte siempre han sido (supongo que a raíz de los ensayos y crónicas, sobre todo lo ultimo) las historias de un corte mas real, ambientadas en una urbana y colorida como mi amado D.F. y demás. Así que escribía, y escribía relatos de amor, aventuras de chicos de secundaria, y algún entretenimiento de historias de guerreros solitarios, espadachines malditos y demás.

Todo estaba desperdigado en el disco duro de la computadora de escritorio de mi papá. Al contrario de otros padres que seguro desalentarían los sueños más bobalicones de sus hijos, mi papá me orillaba a escribir, me daba pautas, me daba ideas (que hasta la fecha no uso XD) me daba instrucciones para hacerlo mejor, me decía que había X curso de X cosa como redacción, ortografía y demás…el estaba apoyándome.

Tanto así, que cuando se llegaba a llenar de virus la computadora y requeríamos hacer un respaldo, mi papá respaldaba todos sus documentos, y en discos aparte, los míos.

No sabría como agradecer a mi padre todo esto, que sin querer a influido rotundamente en mi.

Entonces, en esas épocas decidí que era momento de hacer de menos, una carpeta especial para cada tipo de relato (divididos en obras grandes o pequeñas, y a su vez cada cual con sus diversos apartados), ya se lo merecían mis historias.

Finalmente, tenía muchas historias con nombres de canciones, canciones que eran emblemáticas para mi, que eran parte de mi vida y expresaban simplemente muchas cosas de mi vida o que nada más me hacían identificarme.

Entonces, recordando todo el antecedente musical que había en mí y todo el antecedente de letras y tratando de hacer gala de mi creatividad, decidí crear un recopilatorio de relatos que uniera las maravillas de la música, en letras…

La elección era más que evidente, Cancionero era algo que de alguna u otra manera me acompaño en al menos 85% de mi vida y que además, era la amalgama perfecta de letras y música…

Un cancionero es eso finalmente, una memoria en letras de la música, una recopilación de historias que son narradas con música, lo más cercano a los antiguos bardos.

Mi meta, es que mi cancionero se vuelva algo así, una infinidad de historias que habrán llegado para quedarse en la mente o corazones de los demás, que sean capaces de tocar las fibras más sensibles y con suerte, trascender.

Espero que lo esté haciendo bien, no sé que opinen mis lectores (pocos, pero fieles) y amigos.

En fin ¿Algo que decir? Un comentario, créanlo, podría hacer la diferencia.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Detras de... Make you smile (quiero hacerte sonreir)

Detrás de… Quiero hacerte sonreír.


Bueno, esta es una de esas entradas de relleno en las que básicamente hablare de las motivaciones, inspiraciones y demás cosas que hay detrás de lo que escribo. De eso trataran las entradas “detrás de…”, para que ahondemos un poco en el “proceso creativo” que trabaja en mi mente al tratar de escribir.

Make you smile, de plus 44 (+44) es una canción de corte romántico. De esas canciones que te remiten a tratar de dar lo mejor n una relación. A su vez, a mi me suena a que es un rápido recuento de cómo se dio un amor determinado y demás, por eso digo que es romántica.
Permeada de pequeñas vivencias, make you smile es uno de esos temas que me arrancan una boba sonrisa de enamorado.

Primero que nada, me base en muchas cosas para hacer esta historia.

Las ideas de la chica para dejar a su novio, son uno de tantos motivos que en el pasado usaron mis novias para dejarme. No digo que todas, pero una en especial si lo hizo y pues, me agrado porque sonaba muy coherente esa idea con la edad y ciclo de estudios de los protagonistas.

El nombre de los protagonistas es simple. Travis es el nombre del afamado baterista de Blink 182, que es el mismo que toca la batería en plus 44, así que tome su estética (estilo punk , flaco, blanco, etc). Carol es el nombre de la chica que pone su voz en la canción y su estética y demás, me la tome prestada de una imagen que busque en google, solo puse “chica punk” vi un par de imágenes, me gusto esa y lo demás fue magia.

Que tratara de amor fue simple, la canción me remite a eso, al amor, pero que el tema fuese ruptura, rencuentro y demás también influyo en que la canción habla de no querer dejarle ir, de no dejarle dormir sola y finalmente, de simplemente hacerle sonreír si se quedan juntos un poco más. Por eso me pareció prudente hacer una historia de reconciliación. A la larga se darán cuenta que me suelen gustar los finales felices y emotivos, y esta historia no fue la excepción.

El ambiento es otra cosa fácil de descifrar, pero ahondaremos un poco más.
Primero, me base en preparatorianos porque siento que es en estas etapas cuando crees con más fuerza en el amor y demás.
Segundo, elegí la Escuela Nacional Preparatoria Ocho porque en esta lleve a cabo unas pruebas con varios de mis amigos a los chicos de esta escuela.
Tercero, elegí la ciudad de México, o séase, el DF, porque vivo en ella y la conozco mejor que cualquier otro lado (evidentemente) del país.
Cuarto, el ambiente de las calles de insurgentes lo describí así porque siempre es una calle llena de movimiento, en ciertas horas del día aumenta la intensidad del tráfico o se ve menguada, pero aun así, siempre hay movimiento y luces. Esta avenida tiene vida a toda hora, no duerme.
Cinco, el departamento de la muerte en el que situé la fiesta, y la fiesta como tal, fue una a la que yo fui con mis amigos. El departamento es mucho mas tétrico y se ve peor de lo que describí, la ubicación es lo más exacta que pude, el acomodo de las cosas en la fiesta fue como en la que yo estuve… o sea, TODO lo tome de mi vivencia.
Seis, los amigos que se odian. Eso a mi jamás me paso, que se ayudaran entre si un par de némesis de la talla de la Skatita y el Coralillo, pero, me pareció que daría un toque mejor al amor de Travis y Carol. Por cierto, la Skatita era una vieja amiga con la que me juntaba en la época que iba a tokines de ska, y el coralillo…el apodo lo tome de una amiga a la que así le decíamos, por víbora precisamente.

Un detalle extra, curioso, único o especial de cancionero, es que siempre trato de meter parte de la canción en los diálogos de los personajes, eso se puede notar en la parte final de la historia.

Esta canción, no es la primera que uso de base para crear una historia, pero lo cierto es que es después de un tiempo, decidí hacer un cancionero, finalmente, 90% del tiempo me inspiraba de oír canciones. De esta manera, Make you smile de plus 44, fue la canción e historia de inauguración de mi recopilatorio de relatos llamado “Cancionero”.

Curiosamente ya no se que mas poner, lo cierto es que creo que he abarcado todo a grandes rasgos y no podría irme a lo particular más de lo que ya lo he hecho.

Si tienen otra duda o quieren preguntarme algo mas, no duden en hacerlo abiertamente, ya saben que este blog, es para eso precisamente.

Un placer compartir un poco de cómo es que hago historias, digo quien sabe, quizá a alguien le sirvan estos humildes apuntes de un joven escritor amateur.

Saludos y estamos in touch.

domingo, 24 de octubre de 2010

Decisiones, decisiones...

Pues nada, estaba pensando seriamente en ke esto del blog evidentemente no me reditua nada XD pero, aun asi decidi hacer a un lado mis buenos deseas de apoyar la lectura de otros blogs y simplemente ya borre un par de ellos.

La razon es simple, ya tenian tiempo de no actualizarde y ademas no posteaban kosas ke inkluso a mi me interesasen (lo kual es mucho decir.

Lo mas seguro es ke a la larga, el listado de blogs se vuelva de 5 o 4, pero bueno, kalidad ante kantidad, ¿No?

Como sea, tengo un chingo de kosas ke hacer....pero, me enkantahacerme pendejo.

Nos estamos holiskeando.

viernes, 22 de octubre de 2010

Un poko de novedades...

Bueno se ke la mas reciente entradatiene komo dos dias, pero a kien chucha le iporta.

Hare un par de anuncios ke sin duda podran interesar a la komunidad en general (si es ke hay una komunidad en siXD)

-Proximamente pienso sacarme ese...algo formnoseke para ke se me hagan preguntas...esten pendients!

-Cabe destacar a su vez, que agregue una nueva opcion al blog llamada reacciones pa que puedan "expresar" ke les parecio la entrada:
Rifa: Pus ke esta bueno lo ke leyeron.
No sirve: Pus eso, que les parece mierdero o malo.
No se que pensar: Ni bien ni mal, regular :/, indecisos, etc.
Me encanto: Amaron la entrada, me desean mas por la publikacion o es komo si hubiese iluminado sus vidasXD
Sean buenos y usean esta opcion, plis. Ya si no komentan, de menos usar esto no kuesta kasi nada n.n

-Agregue un nueco Compi Bloggero: RickDanx. ¿Que puedo agregar de el? Que es un tipazo y no tomar la dosis recomendada de sus pekeñas kapsulas, puede ser fatal, asi ke pasense por su blog.

-Otro anuncio pa subirme los humos esta vez.
Gane el primer lugar en un concurso de letras en un foro llamado Little Words, mas informacion en este enlace:
http://littlewords-foro.blogspot.com/2010/10/concurso-n6.html
A su vez, si kieren más informes, cheken el enlace de los compis bloggeros y cheken el foro sobre todo, es una gran oportunidad de crecer lirikamente e incluso para pasar un rato ameno leyendo.

Y asi, concluimos las actualizaciones, les deseo un excelente mes y les rekuerdo ke maldita sea, pasen a leer a los demas bloggeros o si no nos hundiremos en la mierda. No me pregunten komo o porke, solo se ke si no leen, asi seraXDDD

Nos estamos oliendo....ejem...leyendo.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Lección

Continuando un poco con el trabajo del kancionero, y de toda sus posibilidades y gama de colores, traigo este relato.

Es una cosa corta y simple. evidentemente, refleja parte de mis ideas, no censuro a la gente, por lo mismo, al no hacer callar a nadie, lo menos ke espero es que los demas puedan escuchar mas alla de sus pensamientos.

Y bueno, este escrito lo hice por el puro gusto, sin basarme en ninguna cancion. Se llama lección por el contenido de la historia y los dos personajes y bueno, finalmente, tambien lo hie para no oxidarme...ke aparte de eskribir la leyenda solo hago esto y bueno, no rifa del todo perder la practika.

Como sea, vamos a darle.


Relato #17 de cancionero: Lección
—¡No quiero ir papá!
—No me interesa, es un momento importante para tu madre y quiere que toda la familia este junta, así que iras y se acabo— dijo fulminante.
—Pero yo no quiero ir al funeral de la abuela, me da pereza y tú sabes que no creo en esas tonterías del cielo y Dios.
—Jovencito, escúchame bien, es la última vez que lo repetiré: iras y punto —y al terminar sus palabras, se dio la vuelta.
—Pendejadas —dijo por lo bajo el chico victima de la diatriba—. Solo son pendejadas.
—Te escuche eh cabrón —dijo pasando junto a él un joven un par de años mayor que él.
—Pinche chismoso de mierda que eres, hubieses abogado por mí en vez de solo ver a papá aburriéndome.
—Tienes que ir Fernando, no hay más. Es importante que acompañemos a mamá. Ya es mucho que a ti te dejen ir en esas fachas —dijo su hermano mirando sus convers gastados, sus pantalones entubados rotos y su chamarra de cuero—, en verdad deberías darte por bien servido con eso.
—Son mamadas eso de los funerales, para que ir a ver a un muerto si ya se murió—dijo fastidiado—, además, de nada sirve, como si de verdad se fuese al cielo y nos bendijera solo por ir a ver como meten bajo la tierra su arrugado cadáver.
—Bueno, velo de esta manera—su hermano arqueo la ceja derecha a la par que trataba de acomodarse la corbata del traje negro—vas para ayudar a mamá, para darle apoyo y ya. Si quieres no pienses en la abuela, pero ve por mamá. ¿Quieres?
—Ya veremos que se puede hacer—dicho eso, el chico se metió las manos en los bolsillos y se alejo.
—Se que estas en la adolescencia, pero esa actitud ya está empezando a desangrarme las bolas— dijo el hermano mayor y acto seguido, siguió forcejeando con su corbata.

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El panteón de Xoco era un lugar muy tranquilo, de hecho, podía respirarse esa tranquilidad antinatural que solo se puede percibir en los panteones o criptas. Estaba en el centro de la ciudad, a sus costados estaban dos de las avenidas más transitadas de la misma, pero era tan contra natura la calma de la que hacía gala, que al poco rato de haber entrado, el silencio se volvía sepulcral y lo invadía todo.
La procesión iba en silencio, o eso se trataba de hacer. Muchas personas, sin importar el género o su edad, lloraban penosamente por la pérdida de su ser tan querido y amado, y los que no lloraban, mantenían un silencio absoluto y en sus miradas se reflejaba una honda tristeza.
Bueno, exceptuando a Fernando, que iba mirando con desprecio y desaprobación a todas las personas que estaban ahí. Le irritaba como nadie podía imaginárselo el tener que haber ido a esa estúpida ceremonia, cuando podía hacer cualquier otra cosa.
Era realmente un fastidio, y aun faltaba lo peor por venir.

—Religión—dijo claro y lo más bajo posible—, la mierda más grande jamás inventada—su cara se transformo en una mueca de asco y echo hacia arriba los ojos con fastidio.

Habían llegado al fin a su destino. Pusieron el féretro en su lugar y mientras lo bajaban y echaban la tierra, el padre que habían contratado para dar el discurso religioso empezó.
Fernando escuchaba cada palabra con una molestia y fastidio sin precedentes. El pensaba en cada una de las razones que hacen más y más irritante el estar ahí, desde los chillidos y quejas de todos los presentes, el aburrido discurso del gran amor de Dios por todos sus hijos, que todos le miraban mal por ir vestido como se le daba su gana y más.
Lo cierto era que todos los que estaban ahí, para el eran un montón de idiotas, estaba claro. No tenían voluntad, eran más caras grises del montón sin personalidad ni ideas, eran simples borregos que seguían la palabra de un supuesto ente superior para ganarse su entrada al cielo.
La mayor pendejada que jamás debieron de haber inventado. Era odioso que esa gente no entendiese la maravilla de las grandes mentes de verdad, de las grandes doctrinas, y todo por seguir como fieles mulas a su supuesto amo.
Y entonces, por error una parte del discurso del sacerdote se coló entre su canal auditivo y pudo ser partícipe de unas cuantas de sus palabras.

—…porque no debemos estar tristes por la pérdida de un ser querido, debemos estar felices y regodearnos de júbilo de que encontró su camino a los brazos del señor.
—Esto no lo puedo soportar—dijo Fernando con voz clara y tono exasperado— ¿Cómo le pueden pagar a este hombre por decir semejantes estupideces?

Todos los presentes se giraron a verle, las formas de verlo eran multiples y variadas. Habia gente que le miro con asco, otro tanto le miraba con furia, un par descompuso su rostro en una cara de incredulidad y otros con pena lloraron con mas fuerza. La madre de Fernando se le acerco mientras se secaba sus lagrimas.
—Hijo, no digas esas cosas, retráctate por favor.
—No puedo escuchar toda la sarta de estupideces que este hombre esta diciendo. Ahora dice que debemos ser felices porque la abuela fue con “Dios” —dijo eso a la par que con los dedos hacia las comillas—, no somos idiotas mamá, todos sabemos que él no existe.
—Fernando basta ya—intervino su padre—. Puedes creer lo que quieras pero este no es el lugar ni el momento para hablar de eso.
—Cualquier lugar es bueno para abrirle los ojos a esta gente.

El ambiente realmente se había vuelto tenso y estaba al rojo vivo, incluso el padre había guardado silencio para que el “show” del muchacho pudiese continuar. Otros, en especial hombres, indignados decían cosas como “cállalo a golpes”, “llévatelo lejos” o “vergüenza me daría ser padre de ese muchacho”.

—Déjate de estas tonterías muchacho porque si continuas no responderé de mis actos—amenazo su padre.
—Espera un momento. Fernando, hijo, era mi madre de la que nos estamos despidiendo aquí, te pido que respetes un poco…
—No tengo que respetar a un muerto.

Su madre, herida profundamente por esas palabras, no pudo contenerse más y rompió en lágrimas sobre el pecho de su esposo. El padre de Fernando maldijo con su mirada a su hijo mientras consolaba a su mujer.
Entonces, su hermano se le acerco, puso una mano en su hombro y con una mirada le dio a entender a su padre que se lo llevaría para caminar un poco.
Se alejaron con calma de todos los ahí presentes. Fernando no tenía prisa, se sentía fenomenal de haber usado su libertad de expresión para demostrar su inconformidad contra esas sectas malignas que eran las religiones.

—¿Qué sucede contigo, Fernando? —rompió el silencio de la caminata su hermano.
—Pues nada, solo me exasperan todas esas mamadas que dice la gente Alberto.
—Te das cuenta de que eres un soberano pendejo— dijo molesto su hermano—, eres capaz de usar tu cabeza para pensar espero, y darte cuenta de que la has cagado ¿no?
—¡¿Por qué la he cagado?! ¿Por decirle la verdad a esa gente? ¿Por expresarme libremente?
—Decirle la verdad a esa gente eh— Alberto le miro arqueando ambas cejas— Se me olvidaba que a tus… ¿Cuántos dices que tienes? Dieciséis, ya eres un maldito sabio de la montaña.
—Pues no seré un sabio, pero a mis dieciséis se mucho más que todos esos rucos, o hasta que tú y tus veintiún años, digo, si es que crees en esas chorradas de Dios y el cielo.

Alberto se quedo literal con la boca abierta por lo que acaba de escuchar, realmente estaba perplejo.
Fernando se sentía poderoso, invencible. Se creía en ese momento, un maestro. Solo por haber expresado su punto de vista de algo en lo que todos creían, por ser un rebelde, por ir en contra del sistema. Era grande solo por eso, y estaba orgulloso.
Alberto cerró la boca y le miro molesto a su hermano menor. Cerró y abrió lentamente los puños y respiraba con ritmo para tranquilizarse. Estuvo a pocos segundos de romperle la cara a su hermano por ser tan retrasado mental, pero, Dios era tan grande que hizo que Fernando callara para que no se ganara un par de puñetazos.

—Está bien, niño listo—las últimas dos palabras, el pronuncio con tanto desprecio que Fernando le presto atención—, de manera que eres tan grandioso y usas tanto la constitución de México, que sabes todo ¿no? Bueno, dime en que fundamentas tus ideas.
—Por supuesto—Fernando recobro sus bríos nada más abría la boca de nuevo— Nietzsche dice que…
—Sí, claro: “Dios ha muerto”. No me vengas a recitar lo que lees en playeras o en grafitis, a mi dime de alguien más.
—Bueno, eh…
—Claro, has leído apenas un poco en wikipedia y ya crees que eres un filósofo. Cuando te hayas tomado la molestia de leer de Descartes, Kant, Aristóteles o hasta Schopenhauer hablaremos.
—Bueno pero las teorías…
—Tú lo has dicho Fernando, son teorías—Alberto dio un paso al frente y miro a su hermano a los ojos—¿Se te ocurre otra cosa? —cuestiono arrogante.
—¡No puedes hablar de esa manera de la ciencia! ¡Solo los idiotas negarían la ciencia por la devoción de la fe!
—¿Qué escolaridad dices tener?
—Bachillerato, primer año imbécil—Fernando se estaba calentando por la discusión—, pero, eso qué demonios te importa.
—Nada, solo quería comprobar que tu e-s-t-ú-p-i-d-a fe en la ciencia, así es, como lo oyes, fe idiota, tenía algún argumento más grande que el de creer ciegamente en algo, como tú lo insinúas de la religión.
—No es fe, es atenerse a las pruebas…
—Por favor, estas demostrando que eres tan pendejo que si te dan un placebo tú creerás que es medicina. El que un placebo te cure, es otro modo de fe tarado.
—N-no es lo mismo— mascullo con aire derrotado.
—No, por supuesto que no lo es. Para los científicos no lo es hermanito, pero para la gente como tú, que igual que esos religiosos, cree ciegamente en lo que les dicen, es lo mismo. ¿Ves? Ahora entiendes de qué lado de la obra estas.
—Aun así— Fernando jugo su ultimo as— Tengo derecho a expresarme libremente porque…
—No, no lo tienes.
—¿Qué? —Cuestiono incrédulo—. Es mi derecho.
—El respeto al derecho ajeno, es la paz— cito Alberto a Benito Juárez— Si no eres capaz de respetar las creencias de los demás, como lo has dejado más que claro allá atrás hace unos momentos—se encogió de hombres y miro con desprecio a su propia sangre—, no puedes exigir que te den derecho por algo que tu tampoco haces.
—Eso no es verdad…
—Tienes razón, la gente que no respeta el derecho de los demás existe y puede hacer lo que quiera, pero tiene nombres diversos. Dictadores, criminales, enfermos, estúpidos, fanáticos, intolerantes. ¿Cuál de todos esos eres tú? Digo, al menos si tienes tantas ganas de ir por la vida jodiendo a los demás, ten los huevos bien puestos para saber la clase de desgraciado que eres.
—¿Por qué me haces esto? — cuestiono con dolor Fernando.
—Porque heriste a mamá con tus ideas estúpidas. Todos respetamos que estas descubriendo tu camino y demás, pero si no respetas a nuestros padres, yo no te respetare a ti Fernando. Y no es amenaza, es tu primera llamada.
—Pero yo no creo en esas cosas…
—Está bien, entonces, no tienes problemas en que yo haga esto, ¿verdad?
—Tú me estas atacando, obviamente me caga que lo hagas…
—Y tú crees que lo que tú haces está bien, ¿no? Pero, si yo lo hago contigo está mal.
—Yo no hago lo mismo. Yo trato de abrirle los ojos a la gente…
—No claro que no…tú eres peor sin duda, porque tienes tan buenos argumentos como los fanáticos o los intolerantes, pero bueno—Alberto metió las manos en su pantalón y se dio la vuelta—. Esto puede que lo haga diario y a cualquier hora, así que estate pendiente.
—Pero ¿por qué?
—¿Por qué? Preguntas porque aun después de esto mi hermano— se dio vuelta y le puso una mano en el hombro— Porque quiero abrirte los ojos, quiero que veas la luz, quiero que sigas el camino que yo quiero, quiero que pienses como yo quiero…quiero que sientas lo que siento… quiero que veas que lo que yo te hare, es lo que tú haces y que, está bien, porque te enseñare la verdad, mi verdad.
—Eso está mal— dijo Fernando con la voz entrecortada.
—Así es hermanito mío, así es. Espero que en los siguientes días aprendas de lo que te diré, finalmente, velo como educación y nada más.
—Le diré a mamá…
—Y tendrás el descaro de verla a los ojos para acusarme, cuando no pudiste darle tu apoyo y acompañarla en su dolor. ¿Eso harás acaso?

Fernando se quedo callado, sin palabras. Miro a los ojos a su hermano y este arqueo una ceja en señal de insistir en su pregunta. Fernando metió las manos en su chamarra de cuero y miro apenado al suelo…
—Nada más falta que empieces a llorar—dijo Alberto soplando con desazón— Mira, ok, tal vez me excedí— se acerco a su hermano y puso ambas manos en sus hombros— Pero mira, el libre albedrio, la libertad de poder creer lo que quieras, es de todos y debemos respetarla. Mamá y papá te dejaron venir así porque respetan tus ideas, aun sin importar lo mal que los hagas ver ante los demás de la familia. Y venir a un funeral no es venir a ver un cadáver, es despedir a un ser querido y presentarle de esa manera tus respetos y ya. Has obrado mal el día de hoy, pero no empieces a llorar… si lloras, no podrás ver al frente y no sabrás como enmendar tus errores.

Alberto le dio un corto abrazo a su hermano, acto seguido se despego de él y en señal fraterna, le dio un leve puñetazo en el brazo izquierdo y le sacudió el cabello.
—Animo cucaracha. Espera a que te sientas mejor, ve y disculparte con todos, en especial con mamá y la abuela y listo, la vida continua— de su bolsillo saco una goma de mascar—. Total, la cagaste hoy, ya compensaras a mamá luego.
—S-si, tienes razón.
—Solo si tú crees que la tengo—dijo guiñando un ojo—. Bueno, me iré adelantando.

Alberto se alejo caminando lentamente y con sus manos dentro de los bolsillos. Tal vez no era la mejor forma de hacer entender a su hermano, pero, hacia lo mejor que podía, finalmente, errar era de humanos y el, ni su hermano, eran la excepción.

miércoles, 4 de agosto de 2010

En ti veo (Honor a quien honor merece)

una poka de palabreria previa...

El tener hobbys representa un placer, un gozo que nos llena. Esto es mejor al compartirlo. El beber con los amigos, salir a caminar a conocer la ciudad acompañado, formar parte de un club de dibujo e incluso hacer ejercicio. Todo eso y mas cosas se disfrutan mas en bola.

Pero, ¿Qué pasa cuando estas solo?

Pues que debes afrontar todo lo malo (y a veces lo bueno) solo.

Pongamoslo asi, por ejemplo mi hobby es escribir. Aqui confronto dos retos muy grandes: Aguantar la critica de mis trabajos y aguantar el desinteres fulminante. Ambas cosas, evidentemente, yo solo. O asi deberia ser.
Una frase ke reskato de la tipika jerga barrio-bajera mexicana dice asi: "que las malas lenguas hablen de ti, es feo, pero que no hablen de ti siquiera es peor.
Basicamente la idea es que incluso una mentadita de madre es mas valiosa ke el desinteres, el valemadrismo, el olvido.

Por digo esto, pues es simple.

Desde hace un tiempo tengo amigos que me leen, tengo gente que sin ser mis camaradas me leen, y tengo gente ke no solo por ser amigos me leen, sino por ayudar y porke les gusta.

Bueno, hay alguien, que de un tiempo a la fecha, me lee siempre que lo pido. Es mi lectora beta, mi correctora de errores, verifica que lo que escribo se entienda y no suene ni estupido ni demasiado de eruditos.

Mi todo en esto y mas menesteres: Viridiana.

Bueno, para acabar la palabreria, citare una frase del libro "Mientras escribo" de Stephen King, relacionada a esto:

Si ella, en algún momento, hubiera insinuado que escribir... era perder el tiempo, creo que me habría quedado sin ánimos. Tabby, sin embargo, no expresó ninguna duda.
Su apoyo era constante, de lo poco bueno en que se podía confiar. Ahora, cada
vez que veo una novela dedicada a la mujer (o marido) del autor, sonrío y
pienso: Éste sabe de qué va. Escribir es una labor solitaria, y conviene tener a
alguien que crea en ti.
Tampoco es necesario que hagan discursos. Basta,
normalmente, con que crean.


Comparto ese sentimiento, suelo escribir y publicar en lugares que al menos una persona me lea, pero, nadie tiene tanta devocion a lo que hago como Ella, a tal grado, que ella tiene mas presente en su memoria a la "Espada templada" que yo mismo.

Ahora si, esto es un escrito especial, independientemente del orgullo que le tengo poir haber sido acredor a un galardon en un foro de letras, su mayor logro es el ser un puñado de letras... nacidas del amor.

En ti veo


No llevo tanto tiempo de conocerte como quisiera, para algunos es poco y para otros menos, pero, para mi es nuestro camino, ese que hemos trazado juntos.
En ti hay muchas cosas que me encantan. Por ejemplo, como al recibir tu abrazo me siento pequeño y protegido de nuevo, como con un solo vistazo a tus ojos puedo notar que no me miras y nada más, sino que me observas y entiendes ó la manera en que tu pequeña y (para mí) perfecta boca me regala una sonrisa y solo ese gesto, ilumina mi rostro.
En ti hay muchas más cosas que me fascinan, pero nada está por encima de tu mirada. La manera en que me miras contenta y riendo, el cómo observas atentamente el diálogo emotivo de alguna chorrada hollywodense o incluso el cómo finges ver a otro lado, cuando en realidad me estás viendo a mí.
Sabes que en ti no veo a una simple pareja o a una “mujer o vieja” más de millones. No. En ti veo a la que es mi más grande amor (no de una, sino de dos vidas), a la que siempre ha estado a mi lado, a la mujer de los berrinches y mirada infantil, de los brazos blandengues pero del abrazo poderoso, a la que es mi confidente, a la que me hizo evadir el apretón de la muerte, mi compañera y más.
Es como dice un poema de Benedetti en el libro del amor las mujeres y la vida: “Compañera usted sabe que puede contar conmigo, no hasta dos o hasta diez, sino contar conmigo” Esa es la magia de esta relación, de estos caminos entrelazados desde hace tiempo, de esa penetrante y poderosa mirada que tienes, que pase lo que pase, somos pareja que sabe que no está sola (como diría ese sabio maestro Benedetti).
Otra cosa que veo en ti, son tus ojeras. No será el atributo más hermoso, pero es emblemático para esta relación por todo lo que hemos vivido, abrazado, olvidado, arrastrado con nosotros, observado y sentido. Es en tu mirada y en la mía, es en los ojos, en las ventanas del alma y sabedoras de nuestro pasado y sino, donde se puede mirar la más emblemática de todas las verdades del amor: “Perdimos peso, pero ganamos ojeras, ese es el precio que exige el amor”.
Y esa es para mí, la más poderosa verdad de esta historia (nuestra historia). A veces el amor exige un precio, y muchos por eso evaden mirar a ese objeto de sus deseos, de sus desvelos, y hacen la vista gorda a lo que anhelan; todo para evitar pagar el precio de amar. Yo en cambio, contigo opté por el compromiso de mirar al frente y amarnos, cueste lo que cueste.
¿Por qué tomé esa determinación?
Porque, veo en ti, amada mía, la misma determinación en tus ojos, y en tus actos incluso, esta tiene más fuerza.



En fin, es un especial mas dedicado a mi novia. Espero que les agrade y pues, que se entienda de que pese a montones de errrores y todo, el sabor de estas letras, no esta latente en ortografia o puntuacion, sino en el sentimiento que expresa.

jueves, 22 de julio de 2010

Unas ligeras modificaciones.

Ok, este es un pequeño aviso.

Como mencione antes y reiteradas veces, se que no tengo un mar de lectores, aun asi, creo que el orden tampoco es malo, por el contrario, es estetico a veces.

Bien, esta pequeña entrada es para explicar las etiquetas.

No creo que haya idiotas aqui o algo por el estilo, se que ya se sabe para que sirven las etiquetas, solo quiero explicar, en este caso, que representan las mias, hasta ahorita.

Remembranza: Son pensamientos personales que suelto al blog, basados en un hecho en concreto o emocion.

Novela: Sin ir lejos, no es presuncion ni nada, solo lo uso para señalar una historia larga.

Relato: Historias cortas (entre 5 y 20 paginas) autoconclusivas, de cualquier genero.

Anuncios de ocasion: Avisos sobre cualquier cambio o novedad del blog.

Numeros (uno, dos, etc): Esto es basicamente el capitulo, por ejemplo, si buscan el segundo capitulo de Devils dance floor pueden apretar dos, o si buscan el prologo de cualquiera de mis historias, la etiqueta prologo, etc etc.

Titulos: Facil, es el titulo del trabajo en cuestion (No me olvides, cancionero, Etc)

Y ya, especial y Xtra no necesitan tanta vuelta, es algo asi como remembranza, pero dedicado a alguien en especial.

Listo.

Una cosa mas, la lista de compis bloggeros es importante por su variedad, no sean vagos y denle una oportunidad a esos colegas, no se arrepentiran, hay buenas cosas que leer.

Y ahora si, pronto nuevas publicaciones y demas, lamento tardar pero, la ociosidad me puede a veces.

domingo, 18 de julio de 2010

De regreso....

Bueno un breve aviso, que aunque se no tengo lleno de lectores, para los pocos que tenga creo que merecen ser avisados del letargo en que estuvo el blog.

Es simple. Unos ponen listones negros en sus perfiles, o en las puertas de sus kasas, otros se visten de negro o se la pasan chillando y pegandose en el pecho por una razon.

Mostrar sus condolencias, sobrellevar y prestar luto a un colega caido.

El blog mantuvo la entrada de Cuco por que fue mi manera de rendirle su luto (que merece mas, pero por ahora solo ofreci esto) y esas cosas.

Tengo mas escritos (si, hay mas) pero empezare pronto con uno meloso, tengo mas tragikos y demas, pero venga, la vida es para vivirla mejor, ¿no?

Ok solo eso, estamos leyendonos.

domingo, 21 de marzo de 2010

Inmortal - Cuco

Si hay algo ke amo del blog, es ke no todos podran leer esto, sino solo la gente ke de verdad sea necesario ke lo lea. Esta es la primera vez ke, no me kejo de ke no todos cheken lo ke eskribo.

En memoria de un gran amigo y de una de las personas ke, desde ke le konoci, siempre me estuvo apoyando y moviendo. Hasta pronto Cuco.

Inmortal

“-No te olvidare.
-Eso es, lo que significa ser inmortal.”
Dialogo de la película “El Reino Prohibido”.

Fragmentos de historias, de recuerdos, de pasado glorioso, de cosas que ahora son lejanas, de lo que fueron alguna vez otras vidas, otros sueños. Todo eso se congrega en mi mente.

Hace unos días se había gestado una interesante discusión en cuanto a los límites de lo posible y lo imposible. Hay cosas que son intocables, cosas que no deberían ser tocadas por nada, y aun así son llevadas. Tantas cosas.

Transitábamos la calle de los insurgentes cuando yo cavilaba en eso. Realmente lo que todos sabían es que hablábamos de las diferencias que hay entre “mausoleo, cripta y derivados” haciendo énfasis en las grandes señas particulares de cada cosa.

Como sea, yo fingía estar en el momento, aunque magistralmente pudiera estar ausente.
Es difícil juntar tantas cosas en una lluvia de ideas y más si esta no es solo una lluvia, sino un granizo de ideas.

Se trataba de todo tipo de cosas, pero realmente en ese carro, pese a que íbamos varias personas, solo hablábamos él y yo de las criptas, era extraño que solo los ausentes, los que no vivieron con toda su magnitud las consecuencias, éramos los que más hablábamos.

Retazos de esa conversación sobre los límites del poder humano eran recurrentes.

Insurgentes invariablemente era una de las avenidas más vivas de la ciudad, siempre en movimiento, siempre caótica, siempre con gente, siempre viva en verdad.
Los rasgos que marcaban la diferencia entre cripta y mausoleo no terminaron en una conclusión seria, simplemente se dejo del lado el tema y así se zanjo la discusión.

Yo nunca había sido del tipo de persona que, (a mi manera de verlo) es cobarde y quiere regresar el tiempo, cambiar lo dicho, lo hecho, las decisiones. No, no era lo mío. Yo era orgulloso portador de mis cicatrices, decisiones y por consecuencia, de mi destino.

Pero el momento al que me acercaba, me hacia desear que jamás hubiera existido aquel fatídico día lleno de tantos sinsabores…

“-La muerte es irreversible”

Retumbo en mi una de las frases de esa charla y la mirada de él amigo que dijo eso. Llena de todo menos de calma, era como ver a alguien que tiene ganas de gritar, pero que, por recato moral se guarda sus palabras, ya sean buenas y malas.
Era la mirada de alguien que trata de mantener la compostura, y por error (uno de esos pequeños errores imperdonables, como dice otro amigo) sale de su garganta esa línea mal habida de una tragedia que esta fuera de lo establecido, nace esa frase que termina con el velo de “mantener la cordura”.

Yo me sentía así, yo estaba de esa forma. Yo estaba en una posición similar.
Yo detestaba esta situación, pero de todas las gamas de posibilidades, yo había elegido mi papel y me aferre a él. Deje de lado los quejidos y gimoteos y opte por el camino del orgullo, del recuerdo, el antaño, el que hiede a viejo. Opte por portarme como hombre.

En todo el tiempo que llevo caminando sobre este planeta (para muchos nada, como lo son los moradores de la eternidad, para los jóvenes bastante) nunca había sentido de esa forma tanto dolor y a su vez, jamás lo había confrontado con tantas y variadas formas de suprimirlo, de callarlo, de hacerlo menos, de no permitirle que me llenara y me hiciera su esclavo.

Yo me enorgullecía de que me portaba como hombre, pero realmente no sé si sea así. Nunca he creído en la critica u opinión ajena, pero en este momento (ayer, ahora y sin duda, mañana) me pregunto…No. Quisiera preguntarles a las personas cercanas a mí:

¿Lo he hecho bien?
¿Me comporte a la altura de las circunstancias?

Pero, temo oír la respuesta. Temo escuchar cosas que no me agraden, temo.

“No, si se puede contra eso…”

No son palabras textuales, evidentemente tengo el recuerdo de la conversación, pero jamás es tal cual, un recuerdo fiel en estructura. En esencia lo es ciento por ciento, en como lo recuerdo textualmente no.
Evocar no es uno de mis mayores atributos y menos de forma fiel, pero es agradable decir que siempre recuerdo la esencia detrás de esas palabras. Y jamás olvidare esa pequeña pero importante charla.

Llegamos al lugar. Llegamos a visitar a un entrañable amigo, no, a un querido amigo, colega y brodi.

Nunca había estado yo en una situación así, pero me dio pena decirlo así que me porte igual que siempre, después de todo, no había diferencia. Consciente o no de lo que me rodea, siempre suelo ir feliz por la vida sin temores y preocupaciones, ignorante de los designios que mi sino tenga deparado para mí.

Hoy si podemos pasar, se incrementa mi ansiedad. Todos vinimos a hablar con él, pero yo no sé qué decir. Incluso uno trae escrito lo que va decir y yo…yo no sé qué decir.
Es confuso, porque tengo tanto que decir, tanto que callar y a su vez, no sé qué podría decir, no sé que podría enaltecer esa visita, no sé de qué manera podría hacerla trascedente, que engrose a la lista de momentos importantes, no de mi vida, del universo.
Lo justo sería que el universo entero callara un minuto, que se detuviera el tiempo. La realidad es que somos nada y por nosotros, el tiempo jamás se detiene, excepto si estás muerto.

“Los amigos se encargan de que eso no sea así…”

No. Que error más grande cometí al pensar eso. El tiempo quizá se detenga si mueres, pero jamás lo hace si alguien te recuerda, si alguien te rinde, no una ofrenda o tributo de incuantificable valor, sino cuando un amigo te recuerda y te ofrenda sus lagrimas y recuerdos, sus alegrías y proezas, es decir, cuando estás en la memoria de alguien más, ni siquiera muerto puedes estar “quieto”.
Relativamente, claro está, pero ese es el consuelo para los que sigan en este lado.
Estamos ahí, de frente a él. Supongo que debí pasar primero, pero no sabía que decir, estaba hasta mareado de la zozobra de no saber nada.

De nosotros cuatro pasa uno. Toca y dice su nombre “aquí está el Mike” se hace presente y le habla de los recuerdos, de que lo quiere y demás.
Pasa el segundo de nosotros. Le habla de lo mismo, de que le extraña, de que lo quiere y demás. Finalmente todos dijimos lo mismo ese día.
Pasa el tercero. Lee lo que le había escrito. A todos se nos quebró la voz, pero aguantamos, fuimos fuertes. Le dice que lo extraña, le agradece todo y que lo quiere y recuerda.
Paso yo. Me rio como estúpido, le digo que no se qué decirle, pero en esencia, mis palabras dicen que le quiero, que le extraño y que lamento que no pasaremos más tiempo juntos y que me duele, como a todos.

Nos alejamos un metro o dos para ver su cripta, para hacernos a la idea de que esas cenizas, una vez fueron no polvo, sino un hermano, una parte más del gremio, de este gremio.
No lloro porque me parezca débil o porque crea que es de maricas, no lloro porque mi papel, el que al menos trate de llevar es el del tipo fuerte, el de que pese a las circunstancias quiere salir adelante, el que lleva con orgullo cicatrices y nombres grabados. El que quiere ser un hombre de verdad.
No lloro porque no quiero que los demás se derrumben y me sigan, es una especie de ley no escrita (una de tantas de esta vida) si alguien llora, los demás pueden sentir su llanto y acompañarlo. Por eso, todos nos mantuvimos firmes, se nos quebró la voz, pero de ahí no paso.

“Pero si está muerto, ya no está contigo”

Es verdad, ya no está. Lo extraño y duele un chingo. Nunca creí poder sufrir tanto más allá del dolor físico. Que iluso fui al creer que no se podía sentir peor.
Pero tampoco es verdad, es como las palabras, presente quizá ya no esta textual, pero en esencia, está en todos nosotros. Sin quererlo llenamos el hueco en nosotros adquiriendo algunas frases, actitudes o conductas del colega del gremio que se adelanto.

Nos llenamos a nosotros mismos, sin jamás llenar el espacio que dejo.

¿Por qué?

Porque Cuco siempre está ahí, el está con nosotros siempre. En un brindis, en un recuerdo gracioso, en una remembranza de llanto. Al reír Cuco lo hace con nosotros, al estar contentos Cuco estalla de emoción, al llorar él es ese aliento de consuelo, al dudar de seguir el es ese empujón que hace la diferencia.

Si, no está más entre nosotros, pero el dejo huella, el nos marco. “Deja tu huella en esta vida” dice una canción y Cuco lo hizo, no una vez, sino en cada persona que conoció e hizo algo aun más profundo que dejar huella, el toco corazones, el hizo amigos, el vivió, el fue un hombre él fue un chingón, el fue un hermano.

El se llevo muchas cosas, pero como en la alquimia, son estados equivalentes. Nos dio y brindo alegrías, risas, emoción, satisfacción, logros, afecto, compañía… Dio solo cosas buenas, por eso a su largo camino, se llevo eso, los mejores deseos.
Tuvo un legado también, nosotros somos la prueba de ello. Un nuevo acierto, una nueva nota alta, que alguien se supere, un proyecto que avance, un escrito que se publique en un blog, TODO es en honor a quien honor merece.

No era una persona que deseas emular, tampoco era alguien a quien vieras arriba o debajo de ti, el era un compañero de aventuras, colega de estudios, hermano de borracheras, el era eso y más, pero la palabra que lo define es que era un amigo.

“Es que ya no está, contra la muerte no se puede hacer nada”
“Si se puede, el puede seguir vivo en nuestro recuerdo, lo podemos llevar en nuestro corazón. El recordarlo, Cuco está vivo”

Jorge

Claro, esa no es la frase tal cual, pero en esencia, eso es lo que dijo.

No es la forma que me gusta de estar vivo, pero es verdad, el vive en nosotros, en nuestra memoria, a nuestra lado. Aun así, quisiera poder tocarlo, chocar copas otra vez, decirnos “pinche pendejo” y reírnos de que somos tontos, el hablar otra vez de psicología o de sus expectativas de la vida, ponernos una peda y cuidarnos entre todos.

Hay cosas que jamás volverán, pero aun así, es hermoso haberlo vivido aunque ya no sea posible y este dolor, aunque es algo horrible, jamás me perdonaría “sanarlo” a costa de jamás haber vivido un periodo al lado de Cuco.
Es preferible sufrir esto mil veces (aunque me haga llorar, me descarne o me destroce) a una vida sin jamás haber conocido y compartido con el buen Cuco.
Adelantarse “No es de cuates”, pero no pasa nada, en su momento estaremos lado a lado y teniendo tantas cosas que decir, solo te diré sonriendo “Pinche pendejo, te extrañe un chingo” y seguramente reiremos.

Un año ya sin ti, este cabrón. Con el tiempo será más llevadero, pero, mientras tanto, sufriremos solo un rato. Pero eso sí, no es para estar eternamente dolidos. Como tú has brindado tu cuidado a todos, bríndanos tu fuerza para seguir en pie y viendo al frente y recordando con alegría el pasado.
Un año, el primero de muchos.
Un pequeño tributo, un homenaje de mis memorias de lo que fuiste, no solo en mi vida, sino en la de todos los que te tratamos. Una pequeña y gloriosa forma de recordarte y decirte “amigo” que se, que donde quiera que estés, lo estás leyendo y estas pensando “Pinche Beto”.
Te extraño Cuco, te extrañamos todos mas bien, pero bueno, gracias por haber dejado huella en esta vida en nosotros, gracias por ser un ejemplo y motivo y sobre todo, gracias por haber sido tan buen amigo.

domingo, 14 de marzo de 2010

Deja Vu



Era un día lluvioso en la ciudad. Llovía poco, apenas lo que se conoce como “chispeando”. Era una lluvia agradable para los que aman las lagrimas del cielo y molesta para los que se la pasan quejando hasta de los mas mínimos detalles. Para todos los gustos y posibilidades daba cabida este día.
En la ciudad de México se daban miles de historias, en todos lados, en cada esquina, mínimo una por cada cinco personas. Este lugar no era la excepción.
Me encontraba en mi habitual puesto de trabajo en el centro de Coyoacán. Ahí donde la iglesia repiquetea con sus campanadas y sus años de historia o donde los mimos ambulantes y los vendedores de ramos de flores conviven a gusto mientras los transeúntes aprecian las jardineras y las baldosas de la plaza.
Trabajo en un conocido café del lugar llamado “Yellow” que está enfrente del mercado de Coyo (como le decimos de cariño al ancestral lugar de coyotes) y debo decir que en ese pequeño lugar me han tocado conocer un buen repertorio de historias.
A veces en un día no pasa nada fuera de lo común. Que si el divorcio, que si el café con la novia, con la amiga, que si la chela pa’ agarrar calor, que los chismes de comadres, en fin. Días sin movimiento inusual y días mágicos.
Hoy mientras llegaba al trabajo pensaba eso cuando me preparaba poniéndome mi delantal para atender a los clientes. Observaba con calma a mí alrededor y note tres historias interesantes.
La primera era de un joven que discutía con su ex-novia sobre lo pasado. La segunda era de dos amigos que se reencontraban y hablaban de un sueño. De la tercera historia tuve más noción de que trataba por el hecho de que la mesa estaba cerca de la barra de servicio.
En esa mesa estaba sentada una mujer que algún día había sido poseedora de una belleza radiante. No es que en ese instante fuera fea o estuviera acabada, pero algo en ella parecía agotado, cansado, ya no brillaba como antes; insisto, eso parecía.
Tenía el cabello largo y pelirrojo, con un par de ojos grandes y expresivos color café, una boca delgada como línea , de tez blanca como porcelana y una nariz recta. Su cuerpo era delgado y aunque su vestimenta era sencilla (es decir nada que resaltara su figura en exceso o fuera llamativa) su cuerpo lucia bien. Era una mujer hermosa, pero algo le faltaba.
Parecía triste y tomaba un café negro solo. Miraba la calle como si esperara que alguna respuesta entrara caminando y se le mostrase. Incluso sorbía su café despacio, como si estuviera a la expectativa.
Y da la casualidad, que su respuesta si llego de la calle.
Un chico de cabello avellana y parado en picos, pálido y larguirucho se le quedo viendo al pasar por ahí con las manos metidas en sus bermudas. Portaba unos audífonos de esos gordos como de DJ. Mientras la veía se despojo de los audífonos con una mano y la miro con más detalle y detenimiento.
Sus caras me sonaban de algún lugar, no sabría decir porque razón, pero me eran familiares. Me conforme con pensar que al trabajar en un café era muy normal tener esas ideas tipo Deja Vu acerca de los clientes, aunque, nunca me había pasado. Pero bien decían que para todo hay una primera vez.
El chico de pelos parados se decidió y entro al café. Se me hacia raro que fuera así, y más porque iba directo a la chica. Ella parecía aun en las nubes, como si mirara a través de él o no se percatara de que existía. El chico se acerco a su mesa y se paro enfrente de ella, titubeo pero al fin le dijo que si podía sentarse con ella.
Lo supe por su ademan de señalar la silla, ya que su voz apenas fue un susurro. La chica triste salió de su ensimismamiento y lo miro como si fuera la primera vez que lo veía en años. Algo dentro de mi presintió, por la sonrisa tan radiante que le dedico, que ese era el algo que la completaba.
Rápidamente tome una carta y me dirigí hacia ellos. Como para algunas personas las novelas o el cine es algo muy importante, para mí lo eran estas historias que se gestaban en el café, así que yo quería estar en primera fila.
Al llevarle la carta note rápidamente que eran desconocidos. No hablaban como si eso fuera un reencuentro inesperado, pero tampoco como si fuera amor a primera vista. Era una situación extraña.
Al estar más de cerca también note que la chica triste tenía una cicatriz que parecía reciente en la frente. No sabría decir si era de golpe o de una intervención médica, aun así, seguía siendo hermosa. El tipo la miraba tranquilo, pero sus ojos reflejaban algo más, parecía como si la extrañara, como si de verdad le doliera no poder rozar sus manos o sus mejillas. Era realmente extraño.
Regrese a mi puesto en vista de que nada inusual pasaba y de que tampoco ordenaba nada el sujeto. En el instante que llegue a la barra alguien me pidió con un gesto la cuenta y maldije por lo bajo.
La elabore a la mayor velocidad que pude y en un par de zancadas la lleve. Para evitar otras distracciones me espere al lado del cliente hasta que me diera el dinero. En el poco momento que había despegado la vista no había pasado nada aparentemente. Solo estaban hablando.
Aunque el solo era muy poco decir. Se trataban con cuidado, al menos el a ella. Ella parecía fascinada con él, creo que estaba enamorada, pero en su fisonomía adivinaba un poco de desconfianza, o extrañeza. Diría que en si era la segunda idea, ella estaba desconcertada. Como dije, ella trataba con cuidado, parecía que no quería decir o hacer algo que le hiriera. Me parecía raro.
El cliente pago y requería cambio. “¡Maldición!” atine a pensar, otra distracción más.
Sin dilatarme un solo instante tome el dinero en un puño y me apresure al mostrador a tomar el dinero. Una mirada de soslayo e tranquilizo al ver que seguían hablando tranquilos. Sujete las monedas, las conté dos veces y al ver que era el cambio correcto lo tome y con paso raudo se lo lleve al cliente.
Me quede ahí recogiendo, finalmente mi trabajo era primero, además, desde ahí veía aun mejor así que era un plus.
Al mirar de nueva cuenta a la singular pareja vi como el chico sonreía con amargura. Era de esas sonrisas de película, de esas que hacen los actores cuando mienten al decir que todo estará bien. Era el mismo gesto de dolor oculto en una falsa mascara de calma. Sus ojos de pronto se tornaron cristalinos. No derramo lagrima alguna, pero se notaba que hacia un esfuerzo contra natura para evitar que esa mezcla salada brotara de sí.
El chico hablaba para desviar la atención de la chica, lo hacía con calma para controlarse también. Ella le escuchaba atentamente, y observaba su boca, sus ojos, su pelo, lo analizaba en pocas palabras. Le miraba de la misma forma que un niño observa un juguete que tanto había anhelado, o como si se tratara de un sueño.
De cierta manera la entendía, quizá finalmente se hubiera enamorado del chico o algo así, a todas podía pasarnos. Finalmente, el amor llegaba de cualquier parte de donde menos podías esperarlo.
Finalmente recogí todo y lo lleve a la barra y de nuevo me propuse observar todo a detalle. Aun había gente en el local, pero todas parecían enfrascadas en sus mundos así que parecía tener campo libre para mi observación.
El chico parecía hablar de cosas más serias. Aunque su semblante se mostraba herido por soportar algún tipo de carga emocional, sus movimientos corporales indicaban que hablaba de algo de relevancia, incluso su mirada se había tornado diferente. Aun parecía contener un hondo sufrimiento, pero, había un brillo difícil de explicar.
El chico la miro nuevamente y se llevo una mano al bolsillo. Seguía hablando, esta vez tenía una cara de duda extraña, parecía alegre pero el temor ensombrecía un poco su rostro.
Saco de su bolsa un papel y una pluma. Anoto algo y se lo entrego a la chica.
Al levantarse arrastro la silla y sonrió, esta vez convencido y le dijo una última palabra. Se despidió con gesto de mano y se marcho.
La chica le siguió con la mirada y lo vio alejarse. Sentí algo de dolor, no acabo como esperaba la historia.
Hizo el ademan de que le llevara la cuenta y rápidamente lo hice.
Al estar al lado de ella me miro y sonrió ingenuamente.
-Sabes –Se detuvo y miro mi gafete- Vanessa, ¿No te ha pasado que sientes que conoces a alguien de hace tiempo? Recuerdas gestos, ropa y tono de voz pero, no el nombre. ¿Te ha pasado? – Me cuestiono tranquilamente.
-Sí, justo hoy- Respondí- Como un deja vu.
-Si algo así- dijo dubitativa- Siento que así fue con él. Toma- Dijo al darme más de lo que marcaba la cuenta- Por responderme.
-Gracias y que tengas buen día.
Todo estaba claro ahora. Calle el nombre de la chica porque todo vino a mí.
Ella había sufrido un accidente y había perdido la memoria, una buena parte de ella, y ese era su novio. Qué triste su dolor.
Había estado cerca de esa persona que le permitía ser radiante nuevamente y ni siquiera lo sabía.
Bien decía un célebre autor que no había mayor tristeza que no poder tener a la persona que mas amas cerca aun teniéndola tan cerca de ti.
Ahora entendía el dolor de aquel chico, y el porqué, ella y yo, habías tenido un deja vu.

viernes, 5 de febrero de 2010

No me olvides.

No me olvides es la historia de un guerrero posedor de grandes habilidades para el combate. Y se nos narran las aventuras que vive al tratar de llevar a cabo una una "empresa" que le fue encomendada hace un tiempo. Todo esto girando en torno a tratar de llevar a cabo esta "mision" y el cumplir una promesa...

Aqui dejo la mitad del prologo de la historia, sin más, vamos alla.

Prologo: Hacer como el qué sabe el Camino.

Parte Uno: Carta.





“Caminaba plácidamente por ese singular sendero al cual había caído hacia unos días por culpa de escapar de esos infelices asesinos que me buscaban antaño para hacer que mi cabeza dejara su puesto de vigía.

No tenían una razón aparente para matarme. Su mayor motivación probablemente era asesinar a cualquier sujeto que portara una espada, no se por que ni se a que se debería eso.
Yo siempre he tratado de ser un chico sencillo que no se mete con nadie, ciertamente busco estar siempre alejado de la gente precisamente para que no me meta en más líos de los que ya tengo.

Pero bueno, hay cosas de las que no podemos escapar, una de ellas sin duda alguna es el pasado y esas huellas intangibles y cicatrices imborrables que deja en el fondo de nuestro ser, o si, sin duda alguna el mas perverso de todos los carceleros es el bendito tiempo que juega a voluntad con nosotros…

Mi historia no trata sobre esa clase de menesteres, de hecho, mi historia gira en torno a situaciones e ideas tan simples que el más listo o el menos dotado de cerebro podría entender.
Me ataba a mi pasado una promesa, unas cuantas palabras que intercambie con una linda chica a la que yo conocía desde que era un niño. Me ata también a su recuerdo la vieja espada que porto en la espalda, pero sin duda alguna lo que mas atrapado al pasado me tiene es que esa niña es la mujer a la que yo amo y no quiero que me olvide…pero tampoco pienso mentirle.

No soy ningún tipo de heredero legendario de los que abundan por Terranova como suelen pensar muchos de los que me han de ver portando la espada, solamente soy un joven que busca un lugar tranquilo en el cual vivir…ese es el mayor defecto de mi vida, buscar una vida que sea sencilla y apacible, algo imposible hoy por hoy.

Mi historia sin embargo, me temo también, que es mas intrincada de lo que aparento, pero, aun así es una historia interesante que promete mucho, ya que es la historia de una vida llena de tormentos, sufrimientos y revelaciones que solo tenían una finalidad: “No me olvides”. Esas fueron las palabras que le dije a esa linda niña el día que partí a buscar aventura…hoy no se por que quiero regresar a su lado, pero de lo que estoy seguro es de que no puedo seguir con mas mentiras…

Contra el destino no debemos jugar y menos hacer las apuestas mas altas por que la mayoría de veces tenemos las de perder; sin embargo, el que no apuesta no gana y a veces hay que arriesgarlo todo para poder ganar todo también o en el peor de los casos, para perderlo todo.”

Así terminaba una carta que un aparente paria releía una y otra vez releía, siempre hacia lo mismo. Antes de mandar su correspondencia se la pasaba leyendo mas de una vez la carta que escribía hacia días, quizá lo hacia para mantenerse vivo, o para entender que era algo salido de su puño y letra…

Es así como un joven espadachín que no rebasa los 20 años de edad solía recordar como es que había terminado en ese abismo que lo atormentaba cada noche en la que corría con la desgraciada fortuna de pegar el ojo y poder soñar con su pasado…aunque esto le traía la esperanza de poder imaginar como forjar su futuro…y es así como empieza esta historia.

Caminaba el vagabundo con la espada atada con vigor a su espalda. Era en verdad un acero hermoso nacido sin duda de nobles metales y forjado con el amor de los mejores herreros; en el costado derecho de la cadera llevaba atada otra espada, esta estaba mas que gastada por el uso y había perdido toda su belleza dejando solo un negruzco mango a la luz.
En su mano derecha llevaba sujetada con esfuerzo una gran bolsa en la que aparentemente iban todas sus pertenencias y las cosas que pudo acumular a lo largo de su vida de nómada vagando de tierra en tierra en busca de su respuesta.

Llevaba varios días siendo perseguido por un grupo pequeño de sicarios que buscaban hacerse con su cabeza a toda costa, no importaban las penurias que tuvieran que pasar, por alguna extraña razón, su cabeza parecía valer mas oro que cualquier otra cosa, al menos en esos momentos de su vida.

Su indumentaria era algo llamativa pero no lo suficiente como para desviar muchas miradas. Un par de pantalones negros holgados de una tela que parecía ser mezclilla, una sudadera negra de manga corta abierta que mostraba solamente un peto de acero y unos pectorales y abdomen perfectamente trabajados. En el rostro una gran cicatriz le dividía la mejilla derecha y en el ojo izquierdo tenia otra gran cicatriz que iba de su ceja hasta por debajo del parpado en recta.

Un par de gafas sin embargo, cubrían esa cicatriz tan horrenda que llevaba el sujeto. Para hacer mas fiera su apariencia, unos dreadlocks que sobrepasaban sus hombros y tenían tonalidades miel y castañas le coronaban su cabeza, la tez blanca tostada por los días de sol y marcada por las pesadillas y malos tratos de la vida le daban un aspecto de moribundo, pero su complexión atlética y delgada decía todo lo contrario, además, con su imponente medida de casi dos metros, parecía todo menos un vagabundo común.

El joven era en verdad alguien misterioso. Caminaba altivo por donde estuviera, con gente o no en su camino. No cambiaba para nada la postura y parecía que estaba listo para matar en cualquier instante, siempre altivo, siempre alerta.

De repente, el joven se detuvo un momento delante de un pequeño paso de agua. Deposito su gran bulto cerca de ahí y se fue al agua. Una vez que el agua estuvo a dos pasos de el, se quito las sandalias y esas gafas obscuras que tenia puestas se las subió a la cabeza, se deshizo de la sudadera arrojándola sobre las sandalias y se alzo lo mas que pudo los pantalones y entonces se metió al agua…

--No hay nada más reconfortante que dejar que los pies reposen un poco caramba…--

El muchacho descansaba sus agotados pies en el agua. Pero mientras el disfrutaba plenamente de las bondades que la madre naturaleza le ofrecía, la banda de sicarios que le seguían salto de entre los arbustos y se lanzaron a darle muerte…

--Estaba conciente de que esto pasaría—Dijo con un pequeño suspiro—Solo me gustaría decir que un verdadero practicante de la espada no comete esta clase de imprudentes arrebatos de locura…--

Sin si quiera inmutarse mas allá de lo que había mostrado, con su mano izquierda desenfundo en un susurro el arma mas usada que poseía y con felino movimiento partió al mas cercano de sus enemigos por la mitad en un corte limpio.

Los demás sicarios se asombraron unos segundos, pero después se abalanzaron con fiereza sobre el vagabundo el cual seguía inmutable.
A todos los esquivaba con infinita facilidad, parecía que el ya estaba acostumbrado a los encuentros de espada contra numerosos enemigos, ya que sus movimientos mas que emular el recuerdo de una escena de batalla, parecían imitar las graciosas coreografías de algunas obras teatrales o de alguna danza grupal.

A medida que esquivaba y neutralizaba ataques del enemigo, el vagabundo también repartía estocadas con la espada y a su vez daba patadas y puñetazos como si sus extremidades fueran a su vez mazas poderosas, para tener una constitución no del todo imponente, (ya que a pesar de ser alto, su cuerpo aun marcado no era símbolo de dureza) el muchacho mostraba un gran poderío oculto.

Después de algunos minutos solo estaban en pie dos sujetos mas de los seis que le habían atacado. Dos estaban en el piso a sus pies, jamás volverían a levantarse; otros dos estaban en el suelo gritando de dolor, uno había perdido una pierna en un corte limpio y al otro con fino golpe de la punta le había sacado de su cuenca uno de los ojos el vagabundo y cortado de tajo el brazo izquierdo desde el hombro.

--Acérquense de una vez o lárguense—dijo frió el errante—Hoy no tengo ganas de oler mas su sangre de perros, así que les perdonare la vida si se largan…o acabare con lamisca si continúan aquí—
--Quien te crees que eres niño—Dijo uno de los sicarios con furia—El que nuestro jefe quiera tu cabeza no significa que por eso seas muy importante—
--Que irónico—Dijo el chico un poco divertido—Me lo dice un perro que me ha estado siguiendo desde que deje la capital de Lucrecia…--
--¡Calla ese hocico niñato!—Dijo el otro asesino empuñando en ambas manos su espada que tenia forma de media luna—Acabemos con esto de una vez. —
--Yo se los advertí…me porte a la altura de un caballero con ustedes…pero ese fue mi error—Su mirada cambio súbitamente—Porque uno no puede fingir lo que no es…vengan a enfrentar su muerte—

Los dos sicarios corrieron a la par contra el muchacho, uno de cada lado para al menos tener la posibilidad de herirle en un brazo o en una pierna y volverlo una presa más fácil de cazar.

El problema con los asesinos es que ellos querían hacer el trabajo que seis hombres en plenitud y buenos espadachines no habían hecho hacia solo unos minutos…

Con la espada el vagabundo se cubrió del primero, al segundo sujeto le propino una fuerte patada que lo alejo junto al cadáver de uno de sus ex-compañeros provocando que cayera de espalda contra el suelo.

El otro seguía dando golpes de espada que hábilmente el perseguido evitaba o repelía con su espada. En un momento de descuido del asesino que aun seguía en pie, el chico puso su espalda contra la suya y antes que otra cosa pasara le dio un fuerte golpe con el mango en las costillas…

Del golpe el asesino se doblo por la falta de aire, intento asestar un ultimo estoque a su enemigo, pero el de los Dread’s no se lo permitió atravesándolo con la punta de su espada desde el estomago.
Con fuerza descomunal lo alzo con ambas manos aun con la espada atravesada, y lo lanzo como si se tratara de basura junto al otro sujeto que miraba lleno de pavor que estaba solo, pues sus otros “compañeros” habían huido mientras se llevaba a cabo esa ultima escaramuza.

---Bueno…yo se lo advertí y no fue capaz de hacerme caso, muere por culpa de su necedad…igual que tu—
--No me mate por favor valiente guerrero—Dijo el sicario inclinándose—Yo solo quiero ganar dinero…te-tengo una familia sabes…--decía cada vez mas nervioso—Mis hijos…o dios como los amo…--
--Bien. Me gusta ver que aun hay gente entregada a su familia—Alza la espada y la apunta a la cara del asesino—Sin embargo no quisiste elegir tu salvación cuando te di oportunidad, por eso quiero que tomes tú espada y te prepares a pelear por tu vida…--
--Por favor…--De sus orbes brotaron lagrimas de desesperación—No me hagas esto…--
--Te haré solo lo que tu querías hacerme a mi asesino—Dijo el muchacho clavando sus pupilas en el tembloroso enemigo—Además, no me obligues a matarte con la espada de tus compañeros. Desteto a los cobardes y ni si quiera a mi “Espada Bastarda” le permito probar la sangre de cobardes como tu…Así que toma tu arma, ponte de pie y acabemos con esto…--
--¿Acaso tu no conoces la misericordia---Dijo chillando el hombre que aun temblaba presa de pánico-- ¿Qué clase de bestia eres tú?—
--No soy ninguna bestia—Dijo serio—Soy un hombre que te dio a elegir…creíste que sabias todo y que podrías matarme, pero no fue así. –Le observo unos segundos y empuño la espada—Ahora te enfrentaras a la muerte por haberte juzgado mas importante, por haber creído que sabias cual era el camino—
--N-no…no puede ser…--
--Así será. Ahora, enfunda tu espada…lo decidiremos todo con un solo movimiento y dependiéndole tu habilidad vivirás o morirás…--
--No eres quien….no eres quien para decidir si vivo o muero—
--No soy nadie tienes razón, por eso…será mas triste que un asesino sin nombre mate a un asesino aun menos importante—

Las palabras cesaron en esos momentos en el lugar, solo podía escucharse el hipnotizante sonido del agua del pequeño rió correr y el canto de algunos pajarillos que lentamente callaban ante un momento tan tenso como ese.
Los dos se alejaron unos metros, iba a ser uno de esos duelos de “desenfundar y golpear”. Era una de las formas menos bárbaras y dolorosas de arreglar las cosas, sin embargo, con todo y los métodos menos salvajes, la espada tomaría la vida de alguien en ese lance…

El vagabundo que se recocía a si mismo como un asesino también lanzo al aire la señal: una pequeña moneda de bronce, las de menos valor en el mundo de Terranova, pequeña y opaca.
La moneda giro en el aire, parecía que era eterno su movimiento, y entonces, empezó a caer lentamente cerca del cadáver de uno de esos sicarios…

A unos segundos de que cayera el sicario no pudo más; con determinación de loco soltó la espada y corrió en dirección contraria a su enemigo para salvar la vida…

El vagabundo simplemente emitió un leve suspiro, se inclino junto a uno de los cadáveres, tomo la espada que estaba a su alcance. Entonces dio un giro brusco de caderas, roto sobre si mismo dos veces y entonces lanzo la espada en dirección a donde había huido su “pareja” de duelo…

Habrán pasado apenas dos o tres segundos de silencio total y entonces se escucho un golpe atronador y el grito desgarrador de un hombre que se atragantaba con sus lagrimas de dolor.

El vagabundo camino sin importarle sus cosas o los cadáveres en esa dirección hasta que encontró en el suelo la espada apuntándole con el filo hacia el y el mango hacia el mismo sujeto de antes que se arrastraba para salvar la vida.

--Vaya…te tenia pensado herir atravesándote las rodillas…veo que calcule mal—Mintió el Vagabundo—Y te dio con el mango…--
--Por favor…por piedad…no me mates…--
--Bueno…--El Vagabundo tiro al lado del sicario la espada y se dio la vuelta—Va contra mis principios atacar a alguien herido y que se arrastra…puedes irte, ya no me interesa matarte—
--No sabes como te lo agradezco…--
--No lo hagas—Dijo serio el Vagabundo—Ambos somos asesinos, no hay mas que hablar en ese respecto…si no te mato es por que…no hay razón para hacerlo—Mintió por segunda vez el vagabundo—Ahora me iré y no quiero volver a verte…--

El vagabundo se alejo caminando tranquilamente entre la espesura de ese bosque otra vez sin mirar atrás, en el fondo, estaba en paz consigo mismo por haber tenido la oportunidad de haber logrado salvaguardar una vida (por mas inmunda que esta fuera) del yugo de su espada.

Si bien el chico había dicho muchas cosas con frialdad sobre el matar y el asesinar y el modo de vida de los sicarios, lo cierto era que en el fondo, el tenia pesadillas desde hace años, desde que había matado a su primer “enemigo” y no le gustaba matar, más que cuando era necesario…

--Bueno…al menos ya podré hacer el camino de regreso más tranquilo, no creo que pase nada mas…o al menos eso espero…no quiero que más sangre corra de manera innecesaria…sea de inocentes o no…--En ese momento el joven apretó los puños con fuerza hasta que perdieron el color—Por que finalmente…son vidas humanas las que trunco cada vez que mato…--

Su mano derecha toco inconscientemente la espada de su espalda que no había desenvainado, la acaricio y parecía que se podía leer en su semblante como la calma inundaba su ser una vez más…

--La “Espada Bastarda”…y la “Espada Templada”. Quién diría que al final yo sería poseedor de dos armas que no tienen comparación…y que a su vez me las darían dos personas también tan opuestas…la espada asesina me la dio el Maestro Grant, y la espada del héroe me la dio el Maestro Van…que cosas—

El Vagabundo soltó de sus orbes unas lagrimas otra vez, pero esta vez no eran llamadas por el dolor o el remordimiento al rostro del joven, esta vez, las lagrimas jugueteaban entre los contornos de sus mejillas del vagabundo por que el recuerdo había llamado a su memoria, y la melancolía había aparecido en su corazón, una melancolía y una nostalgia que hablaba de su pasado.
Un pasado triste y lleno de pruebas que le habían impuesto infinidad de personas.
Batallas que debió librar lleno de fe e inexperiencia, peleas que llevo hasta sus máximas consecuencias por el amor a matar, peleas que perdió por el miedo a tomar una espada, cicatrices que adquirió en su camino y a su vez cicatrices que hablaban mejor de nadie del joven.

--Bueno, ha llegado la hora de partir—Dijo el chico más entusiasta—Pero antes…--Observando a los cadáveres que aun estaban ahí—Habrá que enterrar a estos tres sujetos para que puedan descansar en paz y no perturbemos a nadie que llegue a pasar por aquí…--

Con algo de pesadez en su cuerpo, el joven tomo la espada más cercana y empezó a tratar de hacer una fosa. La espada servía excelentemente de palanca para mover piedras y para afloja la tierra, pero para sacarla el chico tuvo que deshacerse del peto que le cubría buena parte del torso y pecho para poder quitar la tierra. No escatimaba esfuerzos en hacer lo que él creía correcto respecto a los cadáveres…

Después de un par de horas de esfuerzo y dedicación de su parte a cavar la tumba de sus enemigos, el chico pudo tumbarse ante el sol que ya se estaba ocultando y descansar un poco.
Realmente estaba exhausto, ya lo había hecho antes y cada vez que le pasaba sabía que necesitaba comprar una pala en el pueblo más cercano, pero siempre se le terminaba yendo de la mente esa tarea, o era perseguido por alguna nueva panda de asesinos y terminaba huyendo de ellos, como ahora.

--Bueno ya todo está al fin listo…ahora si podría descansar—Sus parpados se cerraban lentamente---Y al fin…podré…descansar…--De un salto se levanta—Aun no puedo dormirme—Dijo el chico en voz alta—Debo ponerme en marcha a la siguiente ciudad y mandar esa carta…ya no me falta mucho…unos dos meses a lo sumo mas y estaré allá de nuevo—

El chico con algo de pereza aun en su cuerpo se levanto y empezó a lavar con sumo cuidado y esmero el peto que había usado de pala.
Parecía estar hecho de una interesante amalgama entre el orichalcum y un acero desconocido. En el frente se podía ver que en algún tiempo había tenido incrustadas piedras, pero ahora ya solo quedaban los huecos.

El chico seguía lavándolo con cuidado, al final de que lo dejo brillante (o eso pensaba el) se lo puso a la cadera con las cintas que lo ataban y se lo llevo ahí para que se secara.
Se echo encima su sudadera negra, agarro el gran morral blanco y se lo hecho a la espalda. Antes de irse enjuago también la espada asesina en el agua cristalina y recitos unos pequeños versos en honor a los muertos y emprendió su camino a la espesura del bosque.

La razón era simple, quería alejarse de la gente que lo seguía y así poder recuperar fuerzas. Llevaba incontables noches sin poder dejarse atrapar por los brazos del encantamiento del sueño por su temor a tener que verse metido en nuevas peleas y tener que verse en la necesidad de hacer correr nuevamente sangre que no fuera necesario derramar…

Pero no estaba seguro de añorar tanto a ese ingrato sueño, puesto que, cuando lograba cerrar los ojos y entregarse al poder de su inconsciente, siempre tenía las peores pesadillas que le pudieran atormentar a alguien con un pasado tan…peculiar.

Caminó por entre los árboles un tiempo indefinido, cuando su cuerpo no pudo resistir más la fatiga, se dejo caer de lleno sobre la gentil hierba y se acurrucó aguardando por el tan añorado e indeseado sueño…
Siempre hacia lo mismo. Cuando tenía ganas en verdad de descansar se fatigaba al extremo de que su cuerpo, no pudiendo resistir más, se “apagara” y cesara actividades, haciendo que él cayera inmediatamente. No era tan mal habito después de todo, pero su problema radicaba en que siempre terminaba golpeado, la única ventaja, es que esa práctica la hacía porque él ya conocía sus límites…

martes, 12 de enero de 2010

Mejoras a las lirikas autonomas...

Bueno el blog adquiere un nuevo fondo ke elegimos mi novia y yo, nos agrado bastante y kreo ke va a doc kon la hoja de eskritos.

Tambien ya agregue una lista de blogs ke espero pued ¡a ir actualizando en base a ke se metan mas kompis a esto.

Tambien agregue a un homero ke EXIGE komentarios...

Y ya ire viendo ke a meto, de momento solo deseo ke les agrade este nuevo maskaron...

En fin, a la salud del exito

sábado, 2 de enero de 2010

Cancionero: Relato Trece "War4Peace"

Nuevo año, nueva historia dl cancionero y nuevas oportunidades.
Me pondria wmotivo y demas, pero en el face ya hice mi parte y aka namas veno a subir lo ke eskribo, asi ke lo haremos lo mas profesionalmente posible.

Inspirado en una rola de un grupo de ska mexicano, este relato trata de escenificar algo muy real de los ultimos meses: el abuso sobre un chico por ser diferente y tener ideas distintas. No es nada del otro mundo, tristemente, es algpo del diario.
Esto recuerda un poco a Héroes y Maestro de pelea, espero que solo recuerde y no sea igual.



Lo dediko para todos aquellos que tienen una vision positiva...y para aquellos cobardes (por que esa es la paslabra) Culeros (esta es aun mas acertada y mexicana, si no saben el verdadero signifcado investiguenlo) que perpetuaron las golpizas a varios emos...si tantos huevos haganlo kontra alguien ke si les pueda regresar el golpe.

Ke lo disfruten. [/quote]


Trece: Guerra X Paz




“¡No sé de dónde vienes pero eres mi hermano! Ya no hay violencia que perturbe a mi gente, porque el odio y el desprecio no nos caben en el alma. No hay limitaciones soy el dueño de mi mente. ”

El chico silbaba con calma una canción que había escuchado hace poco. Era buena, no solo por que el ritmo fuera pegajoso, sino porque la letra tenía un mensaje de respeto y era positivo. Le gustaba que la música de vez en cuando tuviera un contenido de mayor profundidad. Si, realmente le estaba gustando ese movimiento.

Ya estaba llegando a la salida de su secundaria. El tener 15 años en una ciudad de México y asistir a una escuela pública era amalgama de esfuerzo (para salir vivo y cuerdo) y placer (por el plus de conocer a gente tan variada). Y era aun más complicado si se le sumaba el detalle de estar en una escuela de la capital del país.

El reto era la diversidad de gente que suele toparse contigo en este camino. Podía ser una experiencia gratificante si eras poseedor de una mente abierta para tratar a todos y hacer buenas amistades y conocer más de sus vidas e ideas. La otra cara de la moneda, consistía en hacer malas compañías y comportarte como un estúpido.

Ninguno de los dos escenarios era el caso de este joven. El pertenecía al limbo: estaba en medio de ambas facciones. El era de las personas que tenía un puñado de buenos amigos con mentalidad abierta y tolerante, desgraciadamente, a su vez, estaba rodeado de muchos imbéciles (por que esa era la única palabra que definía a esas personas) en la escuela.

Realmente estaba en medio del fuego cruzado.

No importaba. Pese a todo, había logrado construir su camino en ese lugar y ya estaba en paz consigo mismo. Al menos, trataba de venderse esa idea para estar en calma y no meterse en líos.

Lástima que a esa edad, el ímpetu corre por las venas y muchas veces, tenemos la idea de que podremos cambiar el mundo.

Salió a esperar a sus amigos mientras sonreía alegre recordando la canción, cuando vio el zafarrancho que se traían sus compañeros entre manos.

Cuatro chico, de esos que por naturaleza están destinados a la categoría de idiotas, se encontraban molestando a uno de esos chicos emo de moda.

No estaba de acuerdo con las ideas de ninguno de los dos lados. Los emos le irritaban por su forma de comportarse y hacerse cosas en el cuerpo, pero, los maleantes eran sin duda peores en todo sentido.

Todo se reducía simplemente al hecho de que, por lo menos los emos no se metían con nadie (por miedo o desinterés, le daba igual) y en cambio esos idiotas que molestaban al emo, al no respetar transgredían lo más sagrado del hombre: la libertad.

Eso era algo que no podía pasar por alto. No tenía una forma concisa de explicar la razón de que no le gustara. Podía irse por el lado de que tenía derecho a expresarse, que le parecía una injusticia o que, simplemente, no le gustaba que abusaran de nadie.

Se acerco al grupo de maleantes y se paro detrás de ellos. Los tipos estaban molestando a un chico de un grado menor y por si fuera poca la superioridad numérica y de edad, eran más corpulentos que él.

-Oigan, ya estuvo ¿No?- Dijo firme.
-¿Ya estuvo? – Un darketo se viro a verlo- ¿Ya estuvo que cabrón?- Dijo molesto.
-Pus ya dejen a ese guey- Señalo al chico agredido- Aparte de que son más grandes, son montoneros no mames.
-Bueno, eso es algo que a ti te vale verga- Añadió uno de los maleantes con pinta de punk- Ándale, ábrete a la verga- Dijo con fastidio.
-Nel. Es de putos lo que están haciendo. Y a mí, los putos no me dan ordenes- Su voz sonaba desafiante- Así que ya bájenle a su desmadre mejor.
-¿Sino qué? ¿Nos las veremos contigo?- Dijo otro de los tipos, esta vez un clásico cholo- No mames que miedo- dijo con fingido temor- El nalgas miadas este nos va pegar ¡Ay no! ¡Sálvense! ¡No mames!- Se volteo bruscamente sujetando al emo- Vete a chingar a tu madre antes de que te le unas a este pobre pendejo.
-Déjalo, tiene huevos y eso me agrada- Dijo el último de los cuatro- Para que molestarte en salvar a una escoria como este escuincle- Señalo con la cabeza al emo- Mejor guarda energía y protege tu trasero alejándote. Ándale, te daremos chance solo por que al menos tuviste los huevos para dar la cara. Ándale, vete- Dijo conciliador el sujeto.
-No me voy a ir.- Dijo firme el chico.
-A ver- El cabecilla se dio la vuelta y se agarro la barbilla cavilando- No te vas a ir. A ver, suelta al emo.

Dicho eso el cholo soltó al emo. El chico adolorido y con miedo se desplomo en el piso y miro intercaladamente a su salvador y al cabecilla (aparentemente) de los gandules.

-Bueno, para que gastas esfuerzo en algo que sabes que a nadie le importa karnal. La neta lo sabes, estos basurillas a nadie le importan, por eso son emos. Manchan los espacios donde estamos, molestan a la vista y además dan ganas de madrearlos porque van gimoteando por ahí sin ninguna buena razón y no valoran lo que tienen- Arqueo las cejas e hizo un gesto cómplice- ¿A poco a ti no te dan ganas de darles una putiza?- Cuestiono.

Un hondo debate nació en ese instante en las redes cognitivas del chico.

Por un lado era cierto. Hay gente que no valora y dan ganas de enseñarles por las malas lo privilegiados que son. También era cierto que muchos emos por llevar esa moda tan rara se veían mal, realmente mal y daban ganas de meterlos en la basura. También estaba el hecho de que eran una moda molesta y que hacía que los adultos menospreciaran a la juventud tachándola de irreversiblemente estúpida. Era verdad, solo daban mal nombre a su estrato social (acorde a la edad) y no ayudaban en nada (como otros movimientos sociales, contraculturales o tribus urbanas) a la sociedad.

Quizá si merecían lo que les tocaba.

Seguía dudando. Todos tenían los ojos clavados en el, excepto el emo. El ya se sabía perdido y agacho la mirada mordiéndose los labios. Sabía que una nueva golpiza vendría en camino.

Su cuerpo temblaba por la incertidumbre y la duda. Muchas veces se sentía así, pero nunca le había pasado en un momento tan crucial. Apretó los puños y desvió la mirada a un costado. Había mas alumnos viéndolo, viendo lo que pasaba, y el, solo él se había detenido para hacer algo.

No dijo nada. Agacho la cabeza, se dio la vuelta y arrastro los pies al caminar.

Tenían razón. Su mente no había logrado dar con un buen motivo para detener eso, incluso él creía en las palabras del tipejo ese. No podía detenerlos pues una parte de él creía en sus palabras; sin argumentos no podía argüir en la defensa del emo y ni que decir de que si todo fallaba usaría la fuerza bruta.

Estaba totalmente desarmado.

Caminaba lento. Estaba decepcionado de sí mismo. Detrás de él las risas de los maleantes retumbaban en su cuerpo como el dolor de viejos golpes que no perdonan. Se sentía insignificante y estaba molesto consigo mismo.

De repente, a la velocidad en la que un rayo aparece surcando el cielo le vino a la mente una idea. Era simple, era de pocas palabras, pero era certera. Estaban mal. Todo lo que habían dicho estaba mal, y el, una parte de él, lo sabía y no lo iba a dejar pasar por alto.

La otra parte de su ser se aferraba a lo más natural: preservar su bienestar. Pero, la parte que tachaba de incorrectas esas acciones, se aferraba mas.

Si tenía argumentos. Discriminar era malo. Cuánto dolor no se había provocado ya por el racismo. Por una diferencia en el tono de piel. Cuanta gente no había sido masacrada por tener ideas diferentes. Gente perseguida, asesinada solo porque ellos decían preferir otra cosa. La única limitación estaba en la mente de todos, de aquellas personas que se cerraban y veían como malo o despreciable algo que no les afectaba.

Se detuvo en seco.

Existiendo tanta gente que robaba, montonales de asesinos que sacrificaban vidas por unas cuantas monedas, gobiernos corruptos que destrozaban países de miles por el bienestar de unos cuantos, religiones que ya tenían suficiente con sus guerras internas como para querellarse contra otras creencias y la lista aumentaba en su cabeza volviéndolo loco. ¿Y quién hacia algo contra esos problemas? Nadie.

Nadie se preocupaba por los problemas de verdad, querían tapar el sol haciéndole la guerra acosas mínimas. Se quejaban del acto de las personas importantes, y ellos, gente menuda, hacían lo mismo. Eso era lo despreciable.

El emo no era despreciable por expresarse, por vivir como él quería y sin meterse con nadie. Lo despreciable era meterse con el débil, discriminar sin escuchar a la razón y transgredir las libertades de los demás, eso no tenía un solo nombre, tenía montones de nombres y todos encaminaban al mismo lugar.

Apretó fuerte la quijada y sintió como su dentadura tiritaba de coraje. Se dejo engañar, fue cobarde y escogió el camino fácil. Se molesto consigo mismo.

Recordó aquella canción, su mensaje y con más razón se decidió a no dejar las cosas como estaban.

Dio la vuelta y nuevamente fue a darse encuentro con esos sujetos. Camino dando grandes zancadas y tenia los puños cerrados todavía con más fuerza.

La decisión brillaba en su rostro, no habría marcha atrás. Estaba bien, el podía vivir con una golpiza encima, pero no con la sombra de haberle dado la espalda, no a sus principios ni ideas, sino a quien necesitaba ayuda y a su razón, esa parte que marcaba la diferencia entre ser un animal más o un ser humano.

Se planto nuevamente enfrente y miro directamente a los ojos al cabecilla de los truhanes. No sabía que diría, pero no importaba, ya iría improvisando.

-Suéltalo- Ordeno.
-Y tu quien carajos te…-
-No estoy hablando contigo- Dijo serio sin mirar al otro- Suéltalo, no tienes derecho a tratarlo así. No lo merece, por más que quieras justificar esto, no lo merece.
-Se atrevió a callarme- Dijo molesto el cholo- Tú no tienes idea de quién soy yo.
-Eres un abusivo cobarde- Dijo molesto el chico- Y aparte un estúpido que no entiende el español. Te dije que te callaras-Dijo con voz de mando de nueva cuenta.
-Te crees muy cabrón y no eres ni la mitad de lo que piensas escuincle pendejo.
-Ya está bien. Tienes agallas niño, pero esto ya es demasiado de lo que puedo pasarte por alto. Tienes la oportunidad de largarte y salvar tu trasero
-Escuincle y niño, ¿eh?- Dijo frunciendo el seño el chico- Pero si no deben de sacarme tantos años y se andan con cosas de este tipo, que exagerados- Se encogió de hombros y sonrió sarcástico- No pienso irme ni darme por vencido en esto. Mejor ustedes dejen de hacer estas salvajadas y podremos estar todos en paz.
-Ahorita lo que va pasar es que te vamos a meter una santa putiza que te va a hacer chillar como marrano cabrón- Dijo el cholo aventando al suelo al emo- Ahora si ya te cargo.
-Tienes razón- Dijo el cabecilla- Te acabas de meter en un pedote como tienes idea. Me caías bien, pero ahora eres molesto, de manera que, te mandaremos a chingar a tu madre- Dijo con gesto molesto y cerró los puños- ¡Acércate y muerde el polvo mierda!
-Bueno, si va ser de verdad uno a uno, puede que pruebe mi suerte- Su voz sonaba confiada, pero sus emociones podían traicionarlo- Vamos.
-Hasta crees pendejo- Dijo con mofa el cabecilla- Si a ti te va tocar una madriza de cuatro por uno –Se burlo y le miro con desprecio- Ahora probaras la hiel del dolor.
-Huy si, la hiel del dolor- Se burlo un chico- Nombre, que miedo, corramos antes de que salgamos heridos- Miro con sorna al cabecilla- ¿De donde aprendió un idiota como tú una palabra como esa?- Llego por un costado y saco las manos de los bolsillos- Eh mierdecilla, habla.
-Tú quien chingados te crees para interrumpir así imbécil- La voz molesta del darketo sonó- ¡Te estoy hablando!

Sin decirle una sola palabra, el recién llegado le miro con fastidio y le dio un puñetazo a la cara. El darketo no lo esperaba, así que le entro de lleno el golpe en la nariz. Sin esperar otra reacción, un nuevo golpe se estampo en su cuerpo, esta vez en su estomago.

Por falta de aire el chico se doblo y termino en el piso.

-Las personas listas no le hablan así a un practicante de Lima-Lama, estúpido- Dijo el chico regresando a su anterior postura arrogante- Aun quieren jugar sucio, o será que ¿Ya les da mello jotos?- Arqueo las cejas y miro a todos- Y bien nenas, ¿Que pasara ahora?
-Abraham- Dijo el chico mirando al practicante de lima-lama- ¿Y los demás?
-Ya vienen para acá Leonardo. Solo me adelante por que escuche que había una interesante pelea, y supuse que tu, como siempre, estarías metido en medio de todo el lio pacifista-Sonrió con gesto cómplice.
-No importa quién seas- Dijo el punk sacando una cadena de sus bolsillos- Aun somos más nosotros, y tenemos mejores armas.
-Mis puños son mis armas- dijo Abraham tranquilo- Yo no soy tan marica como ustedes.
-Y ya no son más que nosotros- Dijo otro chico que venía acompañado de otro muchacho.
-Vaya, si es el Capoeiro- Dijo Abraham- Y vienes con el karateca también- -Silbo emocionado- Esto se va poner genial.
-No se atreverán a tocarnos siquiera cobardes de mierda- Dijo el cholo y se puso en guardia- Inténtenlo y quedaran en el piso chillando.

Leonardo estaba parado al lado del emo y le ayudo a levantarse. No parecía que le hubiera pasado nada grave. Si estaba golpeado y tenía muchas manchas de sangre, pero, todo parecía ser superficial. El chico estaba temblando, no hablaba, pero sus ojos llenos de gratitud miraban a Leonardo.

Sabía que había hecho lo correcto, esa mirada era la paga por sus acciones y se sentía bien consigo mismo.

-Mira, no queremos pelear con ustedes- Dijo Abraham- Solo, váyanse y ya.
-No nos iremos solo porque nos lo pides joto- Dijo desafiante el punk- Probaras tu sangre- Con esas palabras empezó a darle vueltas a la cadena- Ya lo veras.
-Mira- El karateca se puso al lado de Abraham- Entiende una cosa, no por que podamos partirles la madre somos más o menos hombres. Nosotros no necesitamos mostrarles nada, asi que, si les decimos que se vayan- Su cara calmada se torció con molestia- Es para evitarles la pena de madrearlos.
-Mucho ruido y pocas nueces- Recito el cabecilla- No nos dan miedo.
-Pues nosotros quizá no, pero da igual- Dijo el capoeiro encogiendo los hombros con indiferencia- De todos modos ahorita ya vienen los refuerzos.
-¡Ja! Para eso me gustaban jotos de mierda- El punk lanzo la cadena contra el emo- ¡Toma!

Leonardo sin pensárselo metió el brazo para proteger al chico. El impacto de la cadena se sintió terrible en su delgado brazo. Un intenso dolor le recorrió los nervios. Aun así, no le dio el gusto al punk de quejarse. Con la mano libre sujeto la cadena y empezó a tirar de ella.

-Veamos si cuando te quite la cadena eres tan valiente- Dijo mirando con desprecio al punk.
-Miren, la cosa es que falta uno de nosotros porque, le dijimos que fuera por mas gente. No pensamos iniciar una pelea, eso podríamos ganarlo tan fácil que nada mas de pensarlo me aburre.
-Si claro- El cabecilla se paro en medio de todos y miro serio al karateca- Si es así, para que necesitas refuerzos.
-Para madrearte no evidentemente. Sino para que…
-¡Para que entre todos los mandemos a la chingada!- Grito un chico que lideraba una gran aglomeración de alumnos.
-Es Damián- Dijo anonadado Leonardo- Y todos esos son… ¿Emos?
-Bueno, yo le dije que fuera por ayuda- Dijo Abraham- Pero no creí que traería a más emos.
-Ahora es cuando temes por tu futuro- Dijo el punk- Es ahora cuando…
-¡Cállate ya cabrón!- Grito el Capoeiro mientras daba un salto mortal de espalda y le propinaba una fuerte patada en la cara.
-¡Hersa!- Grito el Karateca- ¡No mames! ¡Dijimos que sin madrear!
-Bueno- Abraham rio con saña- Yo derribe a uno de esos putos.
-Pero…- Suspiro resignado- ¡Ay! No mamen.
-Ya cálmate José- Dijo Hersa- Después de todo es justo. Es lo mínimo que merecen por todo lo que le hicieron a ese chico.
-Pero la idea no era ojo por ojo- Dijo Leonardo- Y menos si eso implicaba lastimarme- Enseño sus manos irritadas por la cadena- Ese tirón casi me descarna.
-No seas llorón tampoco eh- Dijo alegre Damián que ya estaba a un lado de ellos- Yo ni sé que paso- dijo serio viendo a los que quedaban en pie- Pero estos karnales- Señalo con la cabeza a todos los emos detrás suyo- Vinieron con todos los ánimos de ver- Una sonrisa cínica se dejo ver en su rostro- Si también tenían los huevos de madreárselos a todos ellos, como a su compa.

Observando de cerca a todos los chicos que estaban ahí, era fácil notar que solo un par de ellos eran emos, los demás eran chicos de otras tribus urbanas que se habían unido a la causa nada más.

-Pero si aquí no todos son emos- Dijo el cabecilla, su voz ya sonaba temblorosa- Porque se meten en esto…
-Porque no es justo que mancilles a los karnales solo por ser diferentes- Dijo un muchacho que llevaba en su cinturón los colores rasta- El respeto es lo que debe gobernar, no la estupidez.
-Pero nadie se mete con ustedes…
-Hoy no- Dijo un muchacho con su cinturón a cuadros negros y blancos y que portaba una muñequera que decía “Ska”- Pero a nosotros ya nos toco pasar por esto y es una injusticia.
-No siempre podrán cuidarse…estarán solos tarde o temprano y entonces…
-Eso no pasara- Leonardo hablaba claro y con temple- porque siempre habrá para todos ellos un karnal aquí- se dio un golpe en el pecho- en el que puedan confiar.

Los cuatro tipos que estaban golpeando al chico emo sintieron un terrible miedo. Una cosa inexplicable. No por que pudieran golpearlos, era evidente que si eso pasaba estaban perdidos. Eso no les atemorizaba en verdad. De lo que tuvieron miedo de verdad era de ver que ahora, ellos eran los que estaban solos y esa soledad, era lo que más dolor provocaba.

Sin decir una sola palabra ya, se echaron lentamente para atrás. Todos los chicos ahí congregados les miraban, no decían nada, su mirada de desprecio lo decía todo.

-Ustedes nos están tratando igual, nos discriminan- Dijo el darketo.
-No seas pendejo man- Dijo el rasta- Mañana a nadie le importaran, nadie los tomara en cuenta. Nosotros no vivimos despreciando a la gente. Hoy los vemos culero, mañana ya nos darán igual.
-No compares que hasta pa’ los perros hay razas- Dijo un emo- Incluso nosotros no les diremos nada ni los veremos feo. Vive y deja vivir y ya. Cada quien en su pedo y ya.
-Putos- Dijo enojado el cholo- Eso es lo que son.
-Ustedes si- Dijo un cholo que estaba en la bola- Ustedes son los que le dan mal nombre al movimiento que representan. Ustedes son- Se contuvo- No tiene caso…ya saben lo que son.
-Vámonos- Dijo molesto el cabecilla- No tenemos ya nada que hacer aquí…
-Y que no se te olvide que estamos unidos- Leonardo recordó una frase de esa canción y la recito al vuelo- ¡Ya no hay violencia que perturbe a la gente, porque el odio y el desprecio no nos cabe en el alma!
-Así no iba karnal- Dijo el amante del ska y todos rieron.

Vencidos y con el orgullo roto, los vándalos se fueron con pena y sin una pizca de gloria, mientras que a sus espaldas, un grupo variado y pintoresco de chicos reía con ganas, por la alegría de estar unidos.

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-¡Cabrón!- Dijo Abraham a Leonardo dándole un golpe en el hombro- ¡La armaste en grande! ¡Tienes bien puestos los huevos!
-No lo alientes- Dijo serio José- A ver Leo, no mames. Tú ni pelear sabes cabrón.
-Y eso que mas da José-Dijo tranquilo.
-Que no mames- ¡N-o Mames!- Grito Hersa- Pudieron haber barrido contigo como con el emo- Dijo señalando en medio de toda la bola- ¡No mames!
-Guey, acaban de irse esos tipos, déjalo gozar de sus cinco minutos de gloria- Dijo Abraham alegre- Se los gano.
-No guey, es que ustedes están cabrones- dijo exasperado José- O sea no mames, esos gueyes te pudieron hacer cagada. Si no es por Abraham que cacho el pedo y acomodo todo, hubieras valido verga.
-Tuvo huevos Dijo Damian con calma- Eso merece un aplauso.
-A ver cabrón, ¿Qué hubieras hecho si se querían rifar a los putrazos contigo?- Cuestiono Hersa.
-Yo lo hubiera evitado lo más que pudiera- Dijo Leonardo apenado- Pero de ser necesario, le daba unos madrazos por defender a ese compa.
-Guey, tú solo eh.
-No importa, ese guey no merecía ser golpeado así. Valiendo verga, aunque hubiera terminado en el piso no lo dejaba solo.
-Gracias- Dijo el emo al que había salvado- Yo también me hubiera armado de valor y te habría ayudado- Dijo serio- Gracias por ayudarme.
-No es nada- Dijo tranquilo Leonardo- Somos colegas…no. ¡Somos hermanos!

Dicho eso, Leonardo le dio la mano y tiro de él para darle un abrazo de camaradas, mientras que en su cabeza retumbaban las burlas que ponían en duda su virilidad y como le vitoreaban por haber mostrado tanto valor.
En realidad el no escuchaba eso, solo sonrió mientras recordaba la canción y saboreaba el haber hecho lo correcto al final.
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