Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

martes, 7 de mayo de 2013

Día tres de treinta días: Un familiar.

Curioso que llegados a este punto no tenga nada que decir. Ya hable de mi papá y he hablado de mi familia paterna y nuestro característico sentido del humor. Ante este momento, y en aras de no ser repetitivo, hablare de mi mamá.

Ella es una mujer independiente, con sus problemas. No sólo es personal, nuestra relación fue muy dura y hasta la fecha es algo más complicada que otras relaciones. Probablemente (y dicen) que se deba al abandono de su parte, que me duela y a su carácter. Puede ser eso y más, en el juego de dos, siempre son dos en mayor o menor medida, los culpables.

Aun así, es mi mamá, la quiero y aunque a veces no sé a donde carajos hacerme cuando discutimos, trato de llevar las cosas bien con ella.

Mi motor es simplemente no preocupar de más a nadie, por supuesto primero están mis padres, luego mis amigos y al final yo. Es curioso, mucha gente pensara que debo "pagarme" a mi primero para rendir a los demás, pero, nadie se pone a pensar que la mayoría del tiempo, mi paga es que los demás estén en paz.

Soy un tipo de costumbres simples, de ideas brillantes, placeres mundanos y ambiciones por encima de lo normal. En sí, nada que no hayas conocido antes.

Mi mamá es la otra cara de la moneda que me representa. De ella herede sin duda el carácter cabrón, que no es ni de cerca fuerte, la personalidad valeverguista se duplica con ella y sin duda mi terquedad (que tampoco es tenacidad), salio de allí.

Como sea, eso no quita que gracias a eso, ahora conozco y reconozco más estas ambivalentes cualidades de mi persona. También sumamos a la ecuación que es una persona muy estudiosa, que me ha mostrado a pesar de todo el rostro del afecto de una madre, y que se diga lo que se diga, hasta donde recuerdo a estado conmigo.

Si la vida no es perfecta, menos lo serán las relaciones humanas y mucho menos las personas. Esta es una de esas historias... que no aspiran a la perfección, sino a simple y llanamente, vivirse mejor.

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