Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Detras de... el desafio de publicar y sobrevivir en el intento.

Detrás de… el desafío de publicar y sobrevivir en el proceso.


Ay qué bien se siente hacer entradas de este tipo, es algo así como regresar a los orígenes, como echarte un caldo de pollo preparado por la persona que te cuido cuando eras peque, es bien reconfortante.

Como sea. Últimamente (y me refiero a algo así como, estos últimos dos meses) he tenido la maravillosa oportunidad de: conocer, reconocer o tratar con amigos interesados en las letras y en escribir. No importa si es por mero Hobby, como una tirada más seria o incluso como una meta vital dentro de sus vidas. El asunto aquí, radica en que en esencia, hay un detalle que todas han tenido en común: el no atreverse a publicar.


Entiendo que a veces, escribir mucha gente lo usa para desahogarse, como un ejercicio de autoconocimiento o incluso como una herramienta de apoyo en algún tipo de terapia. Eso es altamente respetable, porque vaya, es como tener un diario. No vas por ahí leyendo fragmentos de este ni nada, se supone que es íntimo. El detalle no es ese, sino, cuando quieres escribir (o ya has escrito) algo que realmente tiene una función, que en este caso es entretener.

El problema es cuando quieres publicar algo de corte literario, desde una romántica historia hasta un genial ensayo y quisieras que alguien más lo leyera… y te da “cosita” hacerlo “publico”.

Ahora, no creas por error siquiera querido amigo lector que vendré a darte los 5 pasos para superar tus miedos o que hablare de mis momentos de gloria o que te diré que te metas tu miedo en la boca y lo mastiques hasta volverlo valor o algo así, es más, no creo siquiera poder narrar una historia de éxito rotundo. No desvirtuemos a mi blog y este tipo de entradas que, en esencia, tratan acerca de compartir experiencias (mía y tuya colega lector, porque si leo los comentarios) y vivencias de este camino.

Yo por ejemplo, nunca tuve la espinita de publicar. Y venga, no se trata de que yo sea un chingón, una persona súper preparada o similares. No, nada que ver mi buen amigo, aquí el detalle más crucial es este: Nunca me dio miedo publicar, porque sabía (y se) que no es todo mi potencial y que me falta camino por recorrer.

Ese es “mi secreto” que me encantaría compartir, y que, para tu desgracia, voy a desglosar acá abajito.

Lo que me hacía no tenerle “miedito” a publicar, a exponerme a una crítica (ojo, constructiva), a que me señalaran mis defectos (del mismo modo, en pos de mejorar, no de joder) y demás maravillas que conlleva el que “alguien” te lea, era esa pequeña idea tonta de arriba.

Una teoría de la psicología (no recuerdo que rama, pero debió ser relacionado a lo cognitivo/conductual) señalaba que siempre estamos en un constante aprendizaje y por tanto, perfeccionamiento de nuestras habilidades. Al principio será notorio porque empiezas “desde abajo”, con el tiempo la mejoría es más clara y demás, pero, llegara un punto en que la mejoría de tus habilidades adquiridas o innatas, se volverá imperceptible, básicamente, invisible.

Y eso no significa que no mejores, solo significa que haz alcanzado un punto en que la mejoría ya no es equiparable al aprendizaje que has adquirido. Siempre podemos mejorar y aprender más.

El primer punto de mi simplista mentalidad es ese. Apenas he desarrollado algo de habilidad en las letras, normalmente fanfarroneo, pero hoy, más que ser humilde, soy objetivo. Me queda camino por recorrer, es un hecho. Lo bonito es que bajo esta premisa, cualquier crítica (incluso a veces, las mal intencionadas) o comentario, más que detenerme me impulsaban, porque estaba en mí decidir si esas palabras eran: motor o freno. Todo nace de la idea de que, básicamente, no se ha visto todo de mí y estoy “creciendo” en las letras.

En cuanto al camino recorrido y que falta por andar, pues si, va de la mano con la experiencia y mi crecimiento, pero más importante, es que está muy relacionado hacia donde yo quiero ir, a donde quiero llegar.

El ir aprendiendo y mejorando en las cosas que hacemos es lo más natural, por algo existe ese lema de que “la practica hace al maestro”. Hay procesos que son más mecánicos que mentales, por ejemplo, hacer repetidos ejercicios de matemáticas siento que funciona de ese modo, a base de practicar y chingarle te aprendes formulas, tablas y valores. Eso no sustituye tu pensamiento y esas cosas, pero, te ayuda a tener más agilidad, a ser más eficiente.

Hasta ese punto llega la experiencia y el camino recorrido o como le quieras llamar que te suene más poético y maravilloso.

Después de eso, sigue la maravillosa parte que consiste en saber “A dónde vas y porque vas allá”. Eso implica mucho porque, es el “desarrollo natural” de este andar. Una vez que tienes bases solidas, experiencia y te has planteado tus metas y eso, llega el momento de emprender la mágica jornada, de ir a “cumplir tu sueño”.

Eso es camino que aun me falta por recorrer, por eso no me preocupo de equivocarme y demás, es simple, no puede morir un sueño que aun no he soñado del todo. Tengo ideas, me he hecho de pequeñas nociones, se podría decir que tengo la brújula, pero no tengo claro que es lo que estoy buscando todavía.

Esto es crucial, estos dos puntos en conjunto, porque por ellos básicamente nunca tuve “miedo” de publicar o los nervios de que alguien más me leyera.

Podría agregar un par de cosas, como el hecho de que todo lo que he escrito es lo que se me da la gana, pero creo que se sobreentiende. O que lo que escribo es para mí, pero sería mentira, ya que si lo cuelgo en la red es para que alguien más lo lea, y porque, sorprendentemente todo tiene un público. Que solo es un hobby, pero sería mentir vilmente, y no porque traicione al que lee, sino al que escribe. Incluso podría decir que me vale madres si alguien lee o me comenta, pero es falso; amo ser leído y me súper encanta que me comenten… y eso se leyó súper maricón.

Ahora, dejando en claro que el “valor” de su humilde “clown”, consiste en que tengo la humildad del estudiante y tal vez la paciencia del maestro, viene el punto central de esto.

¿Publicar o no publicar? ¿Arriesgarse o no arriesgarse? ¿Con cebolla o sin cebolla los tacos?

Si me permites darte un consejo amigo (aparentemente) incansable de leer, diría: Publica, arriésgate y lo de la cebolla… pus a tú gusto (a mi me encanta, no es que interese, pero oye, es mi entrada). Así de simple.

Si la vida trata de detenerte, no te das la vuelta, no señor. Te le vas encima y le dejas claro que con tus sueños nadie se mete, que el que es dueño de su destino y responsable de sus actos eres tú.

Eso es lo que harás cuando publiques. Mostraras un trabajo que te guste, que esperas que alguien lea, que alguien comente. Recibirás criticas o comentarios que tal vez no te gusten, no tengas la menor duda, pero si es por el afán de chingar siempre los puedes ignorar, pero, si esas palabras dicen algo de verdad, tómalas como una oportunidad de mejorar, de crecer, de superarte. Y hasta donde entiendo, se supone que todos queremos superarnos.

Seguro te dará cosita, porque la gente que no entiende de la entrega que pones, del amor que tienes, puede ser estúpida y mordaz. Jamás olvides que la manera de vencer un miedo, es plantarle cara. Que si un hombre es valiente, no es porque no teme a nada, sino porque tuvo miedo, combatió su miedo y venció ese miedo.

También recuerda que este es un viaje de placer. Es un camino lleno de aprendizaje. Es una aventura en la que tú te decidiste a embarcarte, así que disfrútala. Si tropiezas ríete, si ganas celebra la victoria, si pierdes llora tu derrota pero analiza tus metidas de pata para no cometerlas de nuevo.

Y finalmente recuerda, no todo el mundo está lleno de gente cruel y malvada, aunque nos lo pinten así, hay gente allá afuera que te dará una mano y quién sabe, hasta celebrara tus aciertos contigo y te apoyara en tus peores momentos. El caso es que la aventura no solo está en los libros y que las historias épicas no necesariamente involucran siempre salvar el planeta o rescatar una princesa.


Me temo que eso es todo lo que tengo que decir (¿nada más? Seguro no le veías final, disculpa) sobre el tema. Puede que sea algo repetitivo, pero bueno, nadie dijo que yo era un genio de las palabras o que mi labia era equiparable a la de un poeta.

Ya para largarme, seria genial que en los comentarios (y si te nace) comentes un poco de tú experiencia, si venciste la espinita de publicar o si todavía te da. Si es tu sueño ser escritor o un bonito pasatiempo. Incluso si no has publicado, también coméntalo, igual y algo bueno sale de todo esto ¿No?

Como sea, se despide su amistoso Kaifan de blogspot (o ¿blogger? Lo que sea esta cosa), estamos In touch.

PD: ¡Animo! =)