Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Amor: viendo más allá de lo evidente.

La fecha coincide, el tiempo lo pide y a sido un tema recurrente en mis días, así que la cosa es ¿Por qué no?

En estos días y en general la concepción que me parece más se vende sobre el amor, no ha cambiado mucho con el tiempo. No hablo de las épocas de los caballeros o del siglo pasado, sino básicamente de cuando era más joven, hace unos 10 años al día de hoy. Señalo este punto porque yo no soy un estudioso del tema o un catedrático y es más, a nivel personal no he “vivido” tanto el amor como otras gentes, o eso creo.

Este último punto es quizá el eje central de este tema, del día de hoy, pero vamos punto a punto. Y por cierto, el primer párrafo es aclaratorio porque, aunque yo sé que mi opinión no es la verdad universal, hay gente que puede tomarlo así, y ojo, no estoy cerrado al debate, a lo que estoy cerrado es a los necios.

Cuando llegamos a tocar el tema del amor, creo que la mayoría visualizamos el amor romántico y de pareja. No entrare en detalles de cómo el sistema nos alecciona o similares, simplemente diré que, esto es algo que a todos creo que nos pasa. Amor= romance y pareja.

El primer giro en este caso viene en cómo cada uno vive y piensa y desea el amor. Yo puedo ser una persona que va de flor en flor (de los tan llamados poliamorosos), pero tal vez lo que yo pienso que es el amor es que tenga una sola pareja para toda la vida (desde la desesperada y contra natura monogamia) y peor, puede ser que lo que yo desee en el fondo de mi ser no sea tener una pareja sino simplemente una o muchas compañeras del sexo y una o dos confidentes para los temas de mis emociones y sentimientos e incluso una tercera persona para tener la seguridad de que “esta” para mí.

El amor puede ser muchas cosas y eso es bueno. Lo bonito del amor es que se puede adaptar a cada persona, una vez claro, que la persona en cuestión abre los ojos grandes, como platos, y decide entregarse a lo que quiere del amor. Y esta no es una tarea fácil, pues finalmente creo que el amor, así como puede dar tantas cosas, quita muchas otras. Y eso sólo hablando del amor romántico, de la pareja o de compartir con alguien (o muchos alguiens) una parte intima de nuestra vida.

Y eso también es algo bonito del amor, que lo vas a encontrar no sólo a tu medida (si es lo que quieres, que no desear amor o no buscarlo es totalmente valido, aunque no sea real este punto), sino en distintas partes y formas (es aquí donde sustento que es imposible no tener amor).

Pasando a mi parte favorita (y con temor a que puede que contribuya a esparcir ignorancia), la etimología de amor dice más o menos algo así de la página “etimologías de chile”:

Viene del latín amor (no sé si reír o llorar por la obviedad), la palabra latina se relaciona con la raíz indoeuropea amma (voz infantil para llamar a la madre), presente también en el verbo latino amare (amar, dar caricias a la madre). De la raíz de amare más el sufijo “or” (efecto o resultado, como en calor, dolor, fervor).

Esta etimología no me convence del todo (vaya, supongo que tendré que borrar todo y abordar la idea desde otra postura… puede que no lo vaya a hacer de ese modo. No). Incluso me gusta más un mito o falsa teoría que dice que del latín “a” sin y “mor” contracción de muerte, sin muerte, o sea, en resumen el amor trasciende la muerte, y se vuelve algo parecido a eternidad. Muy poético y romántico.

¡OH, vaya, ya veo que hiciste allí mi querido cerebro! Eres un tremendillo.

Por eso es que el amor se presenta en diversas formas, acciones o personas. Su misma raíz no está ligada al romance, sino al afecto de una madre y como se siente un infante ante el mismo.

Lo que me gustaría que sucediera con este escrito (y con la mayoría, mi estimado lector), no es que asumas mi postura o que la rechaces. Tampoco busco revelar el hilo negro de nada (revelar el hilo negro de algo no es necesariamente malo, se refiere a mostrar algo oculto). Se que puedo pecar de obvio, pero tampoco trato de imponerme con esto. La función de estas letras que tienes enfrente es más simple, me gustaría que quien lea esto, reflexione, vea más allá de lo evidente, y ya.

¿Qué sería ver más allá de lo evidente en el amor?

Hacer a un lado todas las convenciones sociales e incluso personales que nos orillan a creer que el amor sólo está presente entre dos personas que se aman y juran que sus almas inmortales y radiantes se pertenecen. Dejar a un lado la idea de que el amor puede darse únicamente si hay romance. Mirar por encima del concepto de que el amor solamente es romántico, apasionado, sexual. Es más, atrevernos a entender que se puede amar incluso algo intangible (aunque el amor mismo “lo es”).

Me gustaría que estas palabras, de alguna u otra forma, nos hagan reflexionar, nos metan una duda por pequeña que sea en lo que creemos conocer o que nos haga indagar en lo más recóndito de la sabiduría ancestral para validar puntos.

Vaya, no quiero que se asienta con la cabeza y ya. No me pongo en plan de filósofo y hacer pensar a quien lea esto, porque no soy un maestro. Sin embargo, si soy un compañero, y me gustaría que al compartir mis ideas, algo sucede en quien las lea. No podría decir que me gustaría que la gente sienta, pero, con que algo se mueva en su interior, en sus mentes o incluso algo toque una fibra de su ser, me basta.

Dejando la pasión de lado y retomando un poco el tema central…

“Encuentra algo que ames y deja que te mate”. Atribuida a Charles Bukowski.


Amar algo que no se pueda tocar, con lo que no podamos sacarnos fotos, y peor, que no nos corresponda suena rarísimo, pero es posible. No sólo amamos a las personas, amamos a las cosas o a nuestras profesiones o inclusive a la ideas de otros y sus discursos, podemos amar muchísimas cosas que jamás nos darán las gracias o nos prepararan el desayuno o nos abrazaran en el momento más terrible de nuestra vida. Amar el trabajo que haces, tus pasatiempos, entregarte a una idea o movimiento, defender a capa y espada una causa. Eso querido lector constante, es amor, que nadie te diga lo contrario. Y yo creo que está bien. Sencillamente no dejes que eso que amas te mate, mejor que sea lo que te motiva a vivir. Y no dejes que sea toda tu vida, pues amar una sola cosa o causa, a veces puede llevar a la locura y también a cerrar los ojos a otras cosas increíbles, algunas de ellas las manifestaciones más hermosas del amor.

Veamos más allá de lo evidente.

Ya que mencionaba que tengas motivaciones para levantarte cada mañana, es curioso, pero esa es para mí otra manifestación del amor y lo grande que es. La alegría, esa buena vibra que la gente emana, no siempre es motivo de que oculte problemas emocionales bajo una máscara de alegría. A veces, hay personas que se sienten plenas por cosas tan simples como caminar, respirar o que tienen algo que llevarse a la boca para alimentar su cuerpo. Amar tu vida y lo que conlleva la misma no significa que la aceptes como tal, eso es otra cosa bonita del amor. Puede ser el motivo para mirar con otros ojos las cosas o situaciones y entonces te permita hacer algo diferente por ti y ser más pleno. Lo sé, me desvió, pero venga, en esencia sabemos que esa es otra cara que a veces no vemos o damos por sentada del amor.

Ahora bien, habiendo abordado muy por encima y de forma general lo que “no está vivo”, lo que no te corresponde, llega la hora de pasar a lo vivo y lo que nos puede “dar algo a cambio” del amor.

Veamos más allá de lo evidente, nuevamente.

Al iniciar pienso en los animales. No me gusta el tema porque sé que hoy en día sus derechos a algunas personas les parecen más valiosos que los de los niños (y esto me enoja y mucho, pero ya lo dejare para otro tema). Aun así, no puedo negar que ellos merecen nuestra admiración y cariño. Quien haya sido acompañado en medio de la noche por su perro, aquella persona que haya tenido a su gato acurrucado en el regazo, u quizá esas personas que tienen mascotas más exóticas y no son heridos por ellas, saben de que hablo. Los animales son muchas cosas, algunas de ellas muy básicas (ojo, no primitivas ni mero instinto), pero otras de ellas muy grandes como compañeros (que en otra entrada ya mencione lo grande que es esta palabra), seres leales a nosotros, sus guardianes (no sus amos) y a su vez ellos nuestros guardianes. No necesitas palabras para sentir el amor de un animalito, ellos conocen una de las verdades más básicas del amor: el amor se demuestra. No importa el estilo o la forma, pero se tiene que mostrar o acabara pereciendo y siendo de un solo sentido, y eso, entre seres vivos no se siente bien.

Una vez más, entornemos los ojos, respiremos y veamos más allá de lo evidente.

Amigos. La palabra y las personas que son nuestros amigos dan para su propia entrada (recordemos que finalmente el 14 de febrero festeja el amor y la amistad). De ellos decimos muchas cosas, una de mis favoritas es que los amigos son la familia a la que tú eliges pertenecer (porque pues con la de sangre no hay de otra). Y tiene todo el sentido del mundo, los amigos son otro tipo de compañeros de esta aventura de los cuales probablemente aprendas cosas, te enojes con ellos, tu quizás les enseñes cosas y compartirás no nada más eso sino montones de cosas más, desde sabiduría hasta borracheras, desde miedos hasta prestamos de valentía, inclusive puede que de tu grupo de amigos encuentres a la persona que amas.

Aquí veamos por primera vez lo obvio.

La pareja o parejas o la gente con la que intimas de alguna manera. Es aquí donde todos terminamos mirando, el lugar común de la palabra amor, el que parece que la tiene comprada con todos sus derechos y derivados. No sé si sea correcto explayarme, así que subamos a esta montaña rusa de emociones. La pareja implica muchas cosas, o el amor romántico, mejor dicho, porque supongo que no necesariamente tiene que ser en pareja. Está es probablemente la vertiente del amor que tiene más ramas, porque nadie ama de la misma forma que otro, aunque a veces lo parezca y eso es algo que hace al amor algo sublime. Genuinamente puede adaptarse y cambiar de forma y color como si se tratara de un ente místico. Yo no busco el mismo tipo de amor que nadie de los que me lee, es más, seguramente yo no busco el mismo amor que la persona que amo actualmente, y aun así, eso es amor aunque se salga de los cánones establecidos por X sociedad, Y grupo religioso o Z persona cercana a mí.

Probablemente lo segundo más hermoso del amor (lo primero viene al final), es que no lo puedes encasillar, no lo puedes marcar. Es a su manera indomable pero no por eso es distante o nos rechaza. El amor es esa oportunidad que tenemos de hacer tantas cosas con una sola cosa. Si de verdad hay algo que puede elevarnos en el mundo, no es nada más la inteligencia, es el amor. Al final siempre será el amor.

Respiremos nuevamente, tronemos los huesos de esa espalda encorvada por el malsano ejercicio de leer pegados a una pantalla y descuidar la postura. Abramos con calma los ojos para ver más allá de lo evidente.

Y llegamos a la familia. No todos corren bajo la misma estrella, con el mismo sino o tienen la suerte de tener una buena familia (o a veces una que les guste, que no por eso es una mala familia), pero todos venimos de una. Este es probablemente el penúltimo escaño del amor, pero a mi gusto es el más importante. La familia hará muchas cosas por ti, en tus padres tendrás mentores y custodios, pero también compañeros en el viaje, pues básicamente ellos se gradúan como padres el día que tú te gradúas como hijo (sin importar si eres el primero o el séptimo, porque venga, todos somos diferentes, ya no emocionalmente y esa propaganda, sino en lo físico y en los cuidados que requerimos como bebes), y las aventuras con más personas suelen ser más divertidas. Si tienes la fortuna de tener un hermano, no sólo tienes a un cómplice y a un compañero de juegos, junto a ti tendrás a la persona que probablemente y sin que lo quieras, hará que abras tu alma a el y de todas las fechorías que un hermano o hermana pueda hacerte, probablemente siempre sea cuidarte. Tener una familia que te ame, es tener ganados al menos los primeros años de tu vida. Es jugar con ventaja. Es uno de los mejores trucos que te puede dar el mundo, tener gente que te apoya, te cuida, te ama y que algunos de sus miembros te defenderían aunque la vida se les fuera en ello. Si no tienes esta suerte, es empezar con una mayor dificultad la vida, aunque aun tienes dos ases bajo la manga. El primero es forjar tu propia familia, ya sea con amigos, con tu pareja e inclusive con algún compañero animal.

La segunda es que te tienes a ti mismo.

Ahora no veamos más allá de lo evidente. Veamos hacía dentro de nosotros mismos. No las tripas y las cosas negras, sino lo que somos realmente. Ese puñado de emociones, de sentimientos, de aprendizajes, de sueños, de miedos, de fortalezas y debilidades.

Normalmente diría que siempre puedes contar contigo mismo, pero a veces antes de que otros nos fallen, nosotros solitos nos metemos el pie o nos disparamos en la pierna. Pero, si realizamos ese ejercicio tan básico y fundamental que es amarnos, más allá de querer sobrevivir, si de verdad buscamos vivir, algo podremos hacer. Amarse a uno mismo, a veces es la tarea más difícil de todas. No es porque sea difícil, es porque en ocasiones, mirar hacia el abismo personal de cada uno, puede doler tanto que más vale rodearlo y evitarlo antes que tratar de entenderlo y darle lo que haga falta para llenarle. Nadie más que nosotros podrá jugar esta carta final, y si no sabemos nutrir este juego desde esta mano que nos toca (nosotros mismos), tendremos un camino algo accidentado aunque tengamos muy buenas manos en los otros ámbitos. Y es que el amor a uno mismo no necesariamente debe terminar en egos insufribles o reprimido en una autocritica mordaz que nunca nos deje en paz, amarse a uno mismo es una de las grandes aventuras de la vida y bueno, su truco es que sólo hay una o dos salidas, y ninguna termina del todo bien.

Finalmente estas son solamente algunas de las partes del gran esquema del amor que he visto manifestarse más seguido en mis últimos días. Una parte de mi quería compartirlo dirigiendo los reflectores a ellas, pero otra, simplemente quería hacerla como un recordatorio para ese Kai del futuro. Para señalar una de sus frases favoritas de un libro que jamás ha leído completo…

La preeminencia del amor, de la biblia, 1 de Corintios:
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.”

De todas las frases de amor que he leído (y aquí su puedo jactarme de haber leído chingos), dudo que llegue el día que algo supere esta “carta”. No importa su procedencia, lo que importa son las palabras, y a pesar de que tiene más peso que el amor todo lo pueda y perdone, me gusta más pensar que al final y pese a todo, la más grande de todas las cosas que podemos hacer, tiene que ver con el amor. Aunque exista odio, habrá amor. Y con el habrá esperanza, habrá fuerza, habrá voluntad férrea e incluso me atrevería a decir que habrá todo lo que nos hace grandes como especie. Porque el amor es lo más grande que podemos dar, y está en muchas partes, solamente tenemos que abrir un poco más los ojos y ver, más allá de lo evidente del amor.