Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Feel's So Good (X Meses)

Se siente bien nacio como la idea mas ambiciosa de mis relatos despues de botas negras...pero decidi hacerlo algo mas util.

Feels so good (se siente tan bien o se siente muy bien, komo les guste mas) no es una historia ni nada, son, los sentimientos que tengo al llevar X meses de relacion con mi Novia.
No es nada del otro mundo y kien no krea en el amor o similares, tiene su dedikatoria en la parte del amor juvenil.

Kuslkier komentario es bien recibido, pero, estas letras "Son solo para Viri" como ella escribio en otro lugar.

Ke puedo decir ke no sea kansino y no te haya dicho ya amor, sabes ke te amo y sigo buskando la forma de expresarme mejor, gracias por ayudarme en todo y bueno...para ti es esto...ke no se komo llamarlo...te amo.

Extra Especial: Se siente muy bien.
Feels So Good

“Te levantas con una cara de estar acabado, las ojeras se comen tus pómulos y ni que decir de la barba que ya parece de vagabundo; ropa apestosa que usas por pijama; una cara tan desencajada por la fatiga que haría llorar a tu propia madre y bueno, peores cosas.

Levantarse y desperezarse con un movimiento que haga que todo el cuerpo se estire y tiemble es clásico, nada se compara a esa sensación de que tu columna se partirá en dos.
Si, es hermoso levantarse con la boca apestando a rayos, los ojos hinchados y un dolor de cabeza que advierte que aumentara en los próximos minutos, vaya que todo se siente muy bien.

Un mensaje en el celular advierte que ya es hora de ponerse en pie y empezar a ser funcional otra vez. Un: “Despiértate ya cabrón” debería decir el mensaje, en lugar de eso, un: “Amor, ya despierta ¿Si?”. Eso es lo que hace la gran diferencia de blasfemar y decir un “Gracias” viendo al cielo, y a su vez, es solo una pequeña parte.
No duermes por todo tipo de cosas; hay días que los deberes de la universidad te comen, otros simplemente los empleas en divertirte leyendo novelas o “juegando” videojuegos o escribiendo algunas líneas que hoy suenan a obra magistral y que en meses sonaran burdas. No importa como gastas el tiempo, lo que cuenta es que te desvelas y por eso amaneces hecho una plasta y con ganas de retrasar el tiempo y tener mas hora de sueño o nunca haber salido de la cama; aun así, recuerdas el mensaje y con una sonrisa te levantas y te metes a la regadera, se siente muy bien.

Ya después de un buen baño y vestirte te sientes diferente, tienes más ganas de hacer todo, pero el encanto de energía revitalizadora del baño solo dura un par de horas, nada de todo el día, pero tienes energía en ese momento y el ahora es lo que cuenta…sobre todo porque otra vez es tarde.
Vestirte como puedas y sin matarte o caerte o romper la ropa ya lo has hecho un arte, el ir a lavarte los dientes sin machacártelos, pero de un modo rápido, eficaz y limpio; tomar tus cosas y aventarlas dentro de esa mochila de mujer (prestada), salir disparado a la puerta, abrir rápido (azotando la reja) y salir disparado a darle encuentro en la universidad. Otro día más que se siente tan bien en verdad.

Caminas lo más rápido que puedes, te esfuerzas por caminar a paso raudo sin distraerte con nada (aunque en el intento fallas), y no dejas ceder a la velocidad de tú marcha.
No corres porque el tiempo te ha enseñado que tratar de vencer al tiempo no da nada bueno, la prueba es tu situación actual, los años que llevas como estudiante y esta relación. Al tiempo nadie le gana, pero es sabio y la mayoría de veces, a todos les brinda lo que se merecen. Si, realmente no siempre es justo, pero aun así, poder afrontar sus embates como reto y no como derrota, se siente tan bien.

Llegar al lugar y aun poder sentir esas punzadas de emoción y terror en el estomago, aun después de diez meses de estar juntos. La gente creerá que se debe a que apenas ha empezado tu relación, lo tildaran de nada más que un simple y juvenil enamoramiento de universitarios...
Pobres pendejos los que llegan a creer eso.
No solo el “amor” esta de tu lado, sino que la ciencia ha comprobado que el enamoramiento no rebasa los seis meses de pasión, así que lo tuyo, lo tuyo ya es amor. Si, se siente tan bien, como la primera vez.

Estas ahí y la vez. Siempre esta radiante, siempre tan hermosa, siempre tan bonita, siempre tan plena, siempre tan increíble. La fusión perfecta de mujer ideal esta frente a ti: Poseedora del temple y sabiduría de una mujer madura, con la vitalidad y alegría de una niña, con los gestos y dotes elementales de una mujer fatal y con el afecto, ternura y comprensión que tiene una madre. No puede existir nada mejor…al menos, no para ti.
No te importa que la demás gente lo dude, o que no vea en ella lo que tú ves, eso es lo de menos, de hecho así está mejor, porque de esta forma, te evitas dar explicaciones o tratar de describir (en vano) algo que, quizá y con suerte, solo las palabras del alma o del corazón podrían expresar en el silencio de un abrazo o una caricia. Si, ese tipo de amor, se siente tan bien.

Ella siempre te recibe igual, llegues a la hora que llegues y como te veas, una sonrisa radiante invariablemente surcara su rostro y sus ojos se llenaran de la alegría de verte. Un beso y un abrazo serán lo que te espera al llegar a su lado y el solo hecho de saberte amado, es suficiente para sentir por un instante que nada en el mundo está mal y que todo podría ser mejor. Sí, eso se siente bien.

Toda la raza humana vive con ideas falsas de lo que son las citas, de cómo debe ser llevada una relación y más cosas así. La verdad es que tú sabes que no existen manuales. Lo sabes porque al conocerla a ella rompió tus esquemas y tus ideas; amplio tu mundo y te enseño con tacto lo pequeño que era tu saber hasta ese momento en esos menesteres. Aun así, esa expansión de tu universo no la sientes como un daño o molestia, por el contrario, agradeces tener a alguien que te guía y te ayudo a percibir lo que estaba más allá de lo evidente.
Pero ante todo, agradeces tener a una persona para crecer junto a ella.
Una persona que en tus noches de pena será tu compañera, en los momentos de tormenta tu consejera, en el momento de abatimiento tu fuerza, de dolor tu cura, de temor tu temple. De batallas tu aliada y de pasiones tu pareja. Crecer juntos en algunas artes y aprender uno del otro es lo que hace la diferencia.
No lo puedes negar, se siente bien el tener una persona a tu lado a la que sabes que le puedes decir te amo y que, aunque no recibas una respuesta inmediata, sabes que ella es reciproca en su afecto hacia ti. Oh si, en verdad, se siente tan bien.

Te das cuenta que no tienes un plan de acción. No tienes idea de a dónde ir, de que hablar, ni siquiera tienes idea de qué diablos proponer para hacer en ese día que es tan largo y tan corto a su vez por los horarios que dividen su tiempo de estar juntos.
Ella siempre dice lo mismo a tus preocupaciones: “Me basta con estar contigo”.
Te cuesta dar crédito a las palabras. ¿Cómo alguien tan perfecto llego a tu vida?
No lo sabes y no importa, ya lo has dicho: “lo que interesa es que estamos juntos” y esa es tu mayor verdad.
Ahora entiendes lo que significa amar a toda costa, lo que para el poeta es su poesía, para el caballero su doncella, para el escritor la inspiración, para el pintor su musa, para el héroe su razón…
Eso es ella para ti, la razón de estar aquí, el artífice de de tu fuerza. Aun a sabiendas de que eres libre, te entregas a ella y eso, se siente bien.
Creciste escuchando y leyendo empalagosas historias de amor con encuentros inesperados, amor a primera vista, perfección y belleza únicas e invaluables, batallas y retos increíbles, duelos a muerte por el amor y finales felices que ya ha nadie sorprende, pero que a todos o al menos, a la mayoría le encanta.
Sin embargo la realidad es otra. Bien dicho es que la realidad siempre supera a la fantasía y este es el caso, tu amor es mejor que esas historias.

Te das cuenta al verla, que cuando tu creías que los grandes autores de poesía y letras relacionadas al amor parecían maestros que no tenían comparación, que escribían como nadie, ahora son solo simples hombres.
Lo entiendes todo ahora. Su conocimiento basto (como el de Paz) o su conocimiento rico y común (como el de Sabines) tienen un punto en el que se unen. La hermosa lirica de verso (como la de Bécquer) y las palabras simples (como las de Benedetti) hablan al final de lo mismo por una razón…
Ellos no eran genios, eran simples humanos que conocieron el amor, tan simple como eso. Al fin logras entenderlo, en este momento y no antes, y tu logro es descifrar lo que (para ti personal e íntimamente) es el amor, y con sus vueltas y derrotas es algo que, pese a todo, se siente tan bien.

El día se va volando les guste o no, y aunque parezca increíble, duele separarse de ella, duele ver cómo se aleja. Por eso siempre, es en ese último instante que, al despedirte sostienes su mano, para así mantener en los sentidos, un burdo recuerdo de ella hasta su próximo encuentro.
No todo es poesía o un hermoso amor espontaneo a veces sufres irremediablemente por la brecha de la distancia, por la carencia de tiempo para estar juntos y mas…y aun así, aun así todo eso está bien.
Más que un reto, sientes que es el párrafo de esta inmensa historia que representan. Es un dolor muy grande y aun así, sabes que no será eterno, sabes que vendrán mejores días y le sonríes.
Sonríes y dices que la amas, que pronto estarán juntos de nuevo y que mientras puede “juegar” o ir a “mormir”.
Tratas de hacer un buen papel, a ciencia cierta no sabes si haces bien el personaje del “buen novio•”, te carcome la ansiedad y el temor de fallar en tu representación, no. No es una representación, es un nuevo modo de ser, y temes que te quede grande ese “saco”…y aun así, sigues y tratas de hacerla sonreír siempre. No sabes que pasara mañana, pero no importa, tu quieres que ambos sean felices, y aunque te cuesta desvelos, desmañanarte, perder dinero y a veces mas “sacrificios”, no te importa.
La vida antes de ella era mas cómoda, si, pero, no daba tantos placeres como esa hermosa sonrisa, esos bellos ojos rasgados mirándote con emoción, esos comentarios de emoción y alegría, esos cuidados tan especiales y sencillos como recordarte que te laves los dientes o hacerte una pequeña canción, son esos detalles los que te hacen entender que si, la vida ahora exige más de ti, pero, aun así, por todas esas pequeñas y hermosas recompensas, vale la pena todo. Y por supuesto, eso, pese al esfuerzo, se siente tan bien.

No hay romances perfectos, el tuyo tuvo sus altibajos, sus dudas y momentos de desespero, aun así, tú no quitaste el dedo del renglón y ella jamás despojo de esperanza a esta nueva pasión.
No todas las historias de la vida siguen el mismo patrón, aun así, la que los dos han forjado en este corto (pero a su vez hermoso tiempo) tuvieron también un sabor de aventura con retos más comunes como seguir amándose incondicionalmente ó una clásica de los cuentos que es el confrontar a una madrastra, los encuentros inesperados pasaron al no esperar encontrar a su respectivo complemento en un momento como este, la belleza existe aunque no todos la vean y así es mejor, ya que su amor no es premio para presumir, es un tesoro a salvaguardar y ni que decir de los duelos a muerte que también de eso hay en esta historia…
Solo carece de final este relato, pero, de este modo está bien.
Las buenas historias, tardan años en escribirse, y esta historia, nuestra historia, todavía tiene mucho que dar, puesto que este gran relato de pasión, es una de las historias de amor más grandes que jamás se han escrito.

Y claro, no sé cuantos retos y mas duelos a muerte trate de imponernos la vida, pero no importa, en su momento sentiré miedo y querré escapar, pero, al verte recobrare mis fuerzas (como hasta ahora) y podremos seguir adelante, los años que nos queden al frente, los viviremos juntos.

Y por supuesto, vengan cosas buenas o malas, no me cansare de decirlo…

Amarte a ti, Viridiana, mi amor de mis dos vidas, es algo que en verdad, es algo que espero pueda hacer el resto de mi vida y hasta el final de mi camino porque, en verdad, amarte y que me ames es algo que se siente tan bien.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Devil's Dance Floor

Bueno una novela de corte realista salio de esto. El nombre lo sake de la kancion homonima de Floggin Molly, muy buena banda.

Ambientada en un ambiente urbano ke exige la ley mas grande de la jungla de asfalto: Salvaguardar la vida por encima de todo.
En fin, sin mas preambuos.


Uno: Lex (Psicopata)
La ciudad estaba bañada con un negro sepulcral y el aire gélido le daba un ambiente más tétrico a esta urbe podrida.
Toda la gente estaba a la expectativa de cualquier acontecimiento raro o un comportamiento inusual o que despertara a los instintos básicos de conservación. No eran días para andarse con juegos o creyendo que la vida es bella, no señor.
El tiempo ahora pedía a gritos que se hiciera uso de los mayores recursos para poder sobrevivir; ya no solo en este pesado ámbito de competencia laboral, ahora también por el pellejo.
Desde un par de semanas atrás, se hablaba de brutales crímenes que mutilaban la humanidad. Una simple muerte era un regalo divino en estos días, y más viniendo del ingrato ser que atemorizaba la ciudad.
Todos los medios, amarillistas por excelencia, buscaban atemorizar a la muchedumbre con capturas atroces de las víctimas o la escena donde estas eran halladas; nada como atemorizar todavía más a las personas.
Sin duda debe sonar exagerado e incluso fantástico. Muchas veces así es, siempre la realidad acaba consumiendo sin piedad a la fantasía, así es hoy y siempre. Más tomando a consideración que la mente humana es el artífice de esto.
El sujeto causante de estos malestares sociales se le atribuía fama de ser una bestia con las más altas capacidades humanas para destrozar el valor de una persona. Se le creía un ser culto, creativo, de maravillosa experiencia y letrado, es decir, aunque se le temía y vomitaba, la gente le atribuía virtudes y habilidades dignas de un genio.
Curioso en verdad, como la gente tiene dos caras, por un lado está el temeroso y decente hombre que desprecia ese tipo de conductas aberrantes y por el otro está su careta del asqueroso masoquista que idolatra y reconoce en su agresor a un ser virtuoso.
La gente que para su desgracia era víctima de este macabro ser, jamás volvía a ser la misma. El daño mental era más que evidente en muchos casos, y era a su vez un fiel acompañante de las laceraciones que recibían los cuerpos de sus víctimas.
Este hombre era el tema central de una de las agencias de investigación de mayor renombre, cantidad de agentes y poderío del lugar. No tenia nombre rimbombante ni nada por el estilo, solo era la “agencia de investigación” y con eso bastaba, ya que era la única de todas las entidades especiales gubernamentales que, merecía ese nombre.
Dentro de sus instalaciones un grupo de agentes se encontraba en una sala de reuniones, no rebasaban más de veinte individuos. En sus facciones curtidas por la vida y sus peripecias, podía verse que eran la crema y nata de los servidores de ese lugar, lo mejor de lo mejor para bien y para mal.
Un hombre calvo, de bigote grueso y facciones duras, se puso al frente del lugar. Tosió para que se callaran los ahí presentes, una vez que el silencio se hizo, el tomo la palabra.


Una de sus víctimas: mujer de cuarenta años, alta ejecutiva de una paraestatal, soltera y feminista reconocida en la mayoría de estratos sociales. Fue maltratada de todas las maneras posibles. Su cuerpo presentaba un desgarramiento anal y vaginal, aparentemente provocado por introducir grandes objetos de algún metal y con pequeñas navajas; su mano izquierda había sido reducida a un muñón a base de constantes cortes con un objeto poco afilado, los dedos del mismo miembro, al momento de ser hallada la víctima, estaban introducidos en su ano de forma metódica, del más grande al chico. Su cuerpo había sido cortado en varias partes y en otra faltaba piel o se le había cosido un pedazo de piel ajena a la suya, finalmente, fue rapada íntegramente de su cabeza y en la nuca una leyenda cosida: “Puta asquerosa”. De la mujer no se pudo obtener mayor información, su mente estaba destrozada por el maltrato físico (consecuencia de golpizas brutales) y por el trauma. Se le diagnostico alejada de la realidad totalmente, en pocas palabras: Esquizofrénica.
Otro pobre desgraciado que cayó en sus manos: Hombre de veinticinco años, estudiante de la especialidad en letras ibéricas, trabajador de medio tiempo en una editorial de renombre, conocido e incansable activista político y social en el medio donde solía desenvolverse.
El presentaba la pérdida de su pierna derecha hasta la rodilla, la cual había sido arrancada por medio de una fuerza descomunal; el brazo derecho había sido machacado a golpes con un objeto contundente; el ojo izquierdo había sido destrozado en la cuenca y ahí se mantuvieron los vestigios del mismo; el ojo derecho había sido mutilado con agujas aparentemente y aun cumplía su función; aparte de los múltiples moretones en su cuerpo, resaltaba el de su pómulo izquierdo (parte que a su vez mostraba una fisura a nivel óseo). Finalmente, en su mejilla derecha, estaba escrita una frase: “Hipócrita de mierda” la cual quedo grabada por medio de quemaduras hechas con un pirógrafo. Ningún dato podemos obtener de él, debido a que por los golpes en la cabeza perdió la capacidad de interactuar con otras personas, y en sí, la habilidad de comunicarse.
Ambas víctimas, aparte de ser halladas en espantosas escenas criminales hechas solo para ellas, tenían a su lado una nota hecha a computadora: “Otro juguete más que he disfrutado. Otro día en el que se ha modificado la ley. A sido un buen día”. No dejo ninguna firma ni nada más aparte de lo ya mencionado.
Al decir esos horripilantes casos, sus ojos grandes y expresivos miraron con severidad el recinto en busca de alguna palabra.
-¿En verdad solo contamos con esos datos?- Pregunto uno de los agentes que parecía ser de los más jóvenes.
-No tenemos más información- Respondió tajante el hombre a cargo- De “Lex” se dicen muchas cosas, pero, lo cierto es que no sabíamos nada de él, o al menos, aun no.
-Esto tiene que ver con ese pobre diablo que se entrego hace apenas unos minutos, ¿verdad?-Cuestiono uno de los agentes que parecía más experimentado.
-Así es. Muchas conjeturas habíamos hecho sobre el modo de trabajo de este desgraciado, pero este sujeto, dice ser cómplice de “Lex” y quiere brindarnos valiosa información.
-¿Y qué demonios hacemos aquí esperando? ¡Hagamos que hable!- Dijo un tercer agente.
-Requiero de dos voluntarios que lo interroguen. Esta muy perturbado y no quisiera que esta pieza clave se pierda o se le bote lo último que le queda de cordura. Esto es delicado señores, necesito un shaman de la mente-Dijo en tono de sorna- Y a un diestro agente sin temor a torturar.
Las voces se alzaron rápidamente y las miradas recaían en unos y en otros. Nadie quería quedarse atrás. En el acto, todas las manos se alzaron para ofrecer voluntarios, al ver eso los sujetos, se alzaban de sus asientos y gritaban que ellos eran la mejor opción.
En menos de un minuto varios estaban ya metidos en encarnizadas disputas, que pronto se detonarían en peleas a golpes para decidir quién sería el elegido.
Un joven delgado de cabello azabache se levanto con calma e ignorando el ambiente tan ajetreado hablo.
-La palabra psicólogo nos gusta más que shaman de la mente- Dijo irritado- Y creo que, no, se que yo soy la mejor opción para escarbar en la mente de ese sujeto.
-Muy bien- Dijo serio el hombre a cargo- Tu servirás perfectamente Escorcia.
Uno de los agentes se acerco abriendo a empujones a quienes se le cerraban y se paro frente al hombre que daba las órdenes.
-Yo quiero tratar con esa escoria- Su voz era áspera y no mostraba emoción alguna- Tengo el suficiente temple para torturarlo sin llevarle a la muerte ya que yo no tengo cuentas pendientes con “Lex”.
-Bien, me agrada que tengas los huevos bien puestos en su sitio Corona. Ustedes dos vayan a la cámara de Gessel rápido y prepárense para tratar con el sujeto. ¡Ahora! ¡Los demás tranquilos ya! ¡Todos tendrán su parte así que conténganse!
Escorcia y Corona salieron rápidamente del lugar, ni se miraron ni hablaron un solo momento. Tras pasar por varios escritorios y una zona de detenidos, llegaron a la conocida sala de interrogatorios con el vidrio polarizado de un solo lado. Entraron y vieron al sujeto sentado en una silla de madera y con la cara recargada y tapada en la mesa de metal.
Daba pena ver a un ser tan patético.
-¡Al fin han llegado!- Grito como niño asustado y se abrazo de Escorcia.
-¡Vete a tu asiento basura!- Grito Corona y de un jalón le soltó de Escorcia y lo lanzo a la mesa- Habla.
-Necesito que me ayuden, me pesa mucho lo que hicimos, no, no nosotros- Dijo con voz cortada por el dolor de su arrepentimiento- El nos obligo
-¿Qué fue lo que paso?- Cuestiono frio Escorcia.
-Nos dijo- Estaba perdido en su habla- Que lo mejor de los bebes, era que todo lo que pusieras en su boca lo-lo…-Empezó a temblar y chillar como poseso- ¡Que lo chupaban!
Los dos agentes se miraron y entendieron que esta era su llave que les abriría la puerta a la captura de “Lex”.
-Dime más- Dijo Escorcia frio y tranquilo mientras Corona se iba a un rincón y cruzaba los brazos- Dime más, anda.
-Todo sucedió hace unas horas, en la tarde- El sujeto temblaba y se notaba en su fisonomía el esfuerzo de hablar y rememorar lo ocurrido- Atrapamos a una alta política de n la puerta de su casa. El la golpeo hasta dejarla inconsciente y entonces –Se tapo la cara- Trajo al bebe y nos mando fuera a todos y-y dijo qu-que nos veríamos en el sitio acordado-Concluyo y empezó a lloriquear.
Corona se quito de su lugar y se acerco a Escorcia. Este rápidamente entendió y se levanto y salió de la cámara.
-Ahora estamos, solo tú y yo escoria- Amenazo Corona.
Afuera, Escorcia observaba al “jefe” y a otros dos sujetos deliberaban sobre el siguiente movimiento.
-¿Y bien?
-Bien es simple Escorcia. Hazlo que los lleve a ti y a otros diez sujetos a ese sitio de reunión y listo- Dijo un agente.
-Bien. Antes, le preguntare que encentraremos ahí, cuántos son, la hora en que acordaron verse y detalles así, insignificantes- Dijo en tono sarcástico el shaman de mentes- Estúpido que solo piensa en matar y golpear-.
-¡Te escuche!- Dijo molesto el agente y le sujeto del cuello de la camisa- ¡Repítelo!
Escorcia inmutable le sujeto de la muñeca, con un movimiento deslizo su puño hasta su cara impactando en el tabique al agente.
-Que trabaje con las mentes no me hace un debilucho fácil de amedrentar. ¿Puedo entrar?
-Andando Escorcia- Dijo el “jefe”- Yo iré por los demás y prepare lo que falte.
-Gracias señor.
Sin dilatarse, Escorcia entro una vez más a la cámara y vio como el sujeto estaba tumbado encima de la mesa en posición fetal y chillando.
-Veo que se divirtieron sin mí.
-No le he tocado un solo pelo, al instante se tumbo ahí y empezó a mecerse, que aburrido.
-Dime donde es el sitio acordado- Dijo serio Escorcia.
-¡N-no no puedo!- Chillo el sujeto.
-Pero quieres hacerlo, por eso estas aquí, anda dínoslo.
- ¿Qué he hecho? Tengo miedo.
-Yo te enseñare a temer si no colaboras con nosotros- Dijo amenazador Corona- ¡Anda!- Dio un puñetazo en la mesa- ¡Habla de una jodida vez!- Lo sujeto por las axilas y lo cargo-¡Habla escoria!- Le grito en la cara salpicándole de saliva.
- Y bien, ¿Hablaras?- Cuestiono Escorcia.
El sujeto temblaba, de verdad parecía asustado y no solo uno de esos tipejos que se hacen los duros. Pese a todo, el sujeto negó con la cabeza y susurro algo.
-¡Que!-Le grito Corona- Dilo fuerte animal porque si no…-
-Mátame- Dijo el sujeto- Mátame- Repitió con ira-Mátame…mátame… ¡Mátame cabrón! ¡Que me mates! ¡Mátame!
-Basta de pendejadas- Corona le agarro la cabeza y se la estrello contra la mesa- No lo hare- Le sujeto el brazo derecho y sin tapujos le rompió un dedo- Serán horas de tortura hasta que cooperes- Le inclino sobre la mesa y le pateo los testículos- Horas que disfrutare como no imaginas.
El tipo se resbalo de la mesa hasta quedar tirado en el piso como muñeca de trapo.
-Bien, ahora que todo quedo claro, cambiare un poco mi pregunta para retomarla después. ¿A qué hora quedaron de verse otra vez?
-A…a las…ocho treinta- Dijo el detenido mientras se tocaba sus partes.
-Muy bien. ¿Cuántos son?
El silencio inundo de nuevo la cámara. Escorcia miro a Corona y este asintió. Se acerco nuevamente al detenido y le piso el dedo roto.
-Habla basura- Dijo frio Corona- Por tu bien.
-¡Ah! ¡Déjame!
-Jamás-Dijo Corona y su sonrisa se ensancho- Nunca- Dejo de pisarle el dedo y paso a pisarle los testículos con fuerza- Por mí, mejor que calles.
-¡Basta! ¡Basta!
-Lo repetiré- La voz impasible de Escorcia se oía perfectamente a pesar de los gritos- ¿Cuántos son?
-¡Somos siete!- En el acto Corona dejo de lastimarle- Somos siete sin contarlo a él, Nos veríamos en una fábrica abandonada que está en sur #37- Gimió.
-Bien. Corona, ¿Podrías ir por unos cigarrillos?
Corona simplemente asintió y en silencio salió del lugar.
-Bien. Llévanos allá y te prometo un mejor trato a partir de ahora.
-Tengo miedo, no debí delatarle pero…lo que hace es despreciable- Se sujeto la cabeza y empezó a mecerse nuevamente- No sé, no sé.
-Iras con varios agentes mas y te protegeremos. Solo necesitamos saber el lugar y como llegar sin ser detectados.
-No sé, no lo sé-.
-Bueno es tu decisión, pero te recuerdo que aquí hay muchos agentes dispuestos a descargar su ira en ti. Y si pensabas que tienes derechos, al ser cómplice de este sujeto, dudo que el valor de tu vida y dignidad este por encima del de un animal rastrero- Escorcia se levanto y se encamino a la puerta.
-¿Qué hora es?- Pregunto conteniendo el temor en su garganta.
-Son las…-De su bolsillo el psicólogo saco un reloj redondo- siete veinte, que cosas, te daré diez minutos para que pienses si quieres cooperar. Y por cierto, puedes ir pensando si nos dirás quien es tu jefe- Sonrió mordaz- Yo te recomiendo que trates de ganarte puntos con nosotros.
Dicho eso abrió la puerta y al cerrar la azoto dejando tumbado al sujeto muerto de miedo y debatiéndose a muerte sobre cómo actuar.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Cancionero: Relato cinco "Violencia"

Notas:

Bien este sera un relato corto, de no mas de tres cuartillas de word. Lo importante no es en si el relato, sino de que lugar se deslinda, es decir, cancionero.

Cancionero es una especide de "lugar de recopilación de relatos" que tengo basandome en letras de canciones. Digamos que es mi antologia de relatios breves.

Violencia, no es otra cosa mas que un relato que hice basandome en una historia que alguien mas me conto. Modificado a mi antojo casi todo, solo respete la idea central y bueno, este es el 5to relato de una gama de mas de 10 historias hasta ahora a medias, escritos o por escribir.


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Violencia.

La ciudad de México es conocida a nivel mundial por muchos de sus atractivos que son bastos y varían en diversidad tanto como las especies de flora y fauna que habitan al país entero en si. Se podía escuchar hablar de lugares tales como la plancha del zócalo capitalino; también era famoso el palacio de bellas artes no solo por que la construcción era de mármol, si no por su estilo arquitectónico; como pasar por alto a su vez la alameda central, que aunque estaba vieja y descuidada, aun lucia hermosa como para pasear unos minutos bajo la sombra de sus árboles.

Muchas cosas había que ver y admirar en la capital del país, pero no todo era un retachado de virtudes en esta, una de las ciudades más pobladas de todo el mundo. También tenía sus lugares malos, como por ejemplo el barrio bravo de tepito. Del cual se decían infinidad de cosas, o de los arrabales que circundaban el centro de la capital, y justamente, es en una de estas callejuelas que existen desde la época colonial, donde tuvo lugar un acontecimiento, común.

Común usualmente se considera a ciertas cosas, comportamientos o situaciones que son típicas de ver en determinado lugar, algo que ya no asombra a la gente, que ya no le sorprende, pues bien, este acontecimiento “común” que se estaba llevando a cabo en una de las calles escondidas del centro del Distrito Federal, para ser mas exactos a un costado de la plancha del zócalo, en la calle de “Republica de el Salvador”.

Un hombre joven que no rebasaría los veinticinco años caminaba con paso firme, recto como solo un militar lo estaría y con la mirada en alto en la hora pico de los asaltos. No parecía importarle donde estaba ni la hora en la que estaba llevando a cabo su paseo nocturno, puesto que caminaba con una parsimonia equiparable solamente a la de los seres que no conocen el miedo, o que suprimen sus instintos mas básicos de auto conservación.

Vestía de manera sencilla. Una playera de mangas largas blanca, un pantalón de mezclilla de corte recto, un cinturón de hebilla normal y de remate un par de zapatos de color café eran todo su atuendo. Su tez morena resaltaba a por el uso de colores que portaba, y su musculatura se veía definida a perfección a través de la playera, no era pegada, y el no estaba hecho un cúmulo de músculos, pero estaba definido y con tono la gran mayoría de su cuerpo. Lo característico del sujeto, además de lo antes mencionado, era que tenía el pelo cortado ínfimamente, era un corte casi militar, o más bien, como si el cabello estuviera creciendo después de un corte militar.

Como se dijo antes, el joven caminaba sobre aquella sucia acera de la ciudad, como si estuviera paseando por la calida arena de alguna paradisíaca playa, no parecía importarle en lo mas mínimo que un hombre de no mas de treinta años, con las manos metidas en su chaqueta de cuero vieja y sucia se le acercara con paso raudo para darle encuentro antes de que terminara de abarcar toda la calle.

El joven pese a todo noto la presencia del sujeto pero no se inmuto en lo mas mínimo, simplemente le vio con indiferencia mientras se le aproximaba.
-¡Arriba las manos hijo de la chingada!- Exclamo el hombre treinteañero mientras de entre su chaqueta sacaba una pistola- ¡Dame todo lo que traigas si es que valoras tu vida cabrón!-

-Vaya que la valoro- Dijo el joven moreno alzando sus manos con calma- Tanto como para darte mis bienes con tal de que me perdones la vida- Dijo apenas con un tono suplicante, que mas bien parecía fingido.

-¡Pues entonces dámelo todo maldito imbécil!- Rugió el asaltante.

-Pero tendría que mover mis manos para darte mis cosas- Sonrió perspicazmente el joven.

-Te sientes muy listo solo por que yo soy un ladrón, ¿no cabrón?- Acto seguido, con la culata de la pistola le propino un golpe al rostro- Quédate como estas grandísimo idiota y no te matare- Dijo confiado el delincuente.

El joven por el golpe había volteado el rostro, pero cuando lo regreso a la posición previa ya no sonreía y un hilillo de sangre nacía de su labio inferior partido y corría entre su piel morena.
Con su par de ojos molestos, miraba con paciencia el semblante del ladrón sin mostrar expresión alguna, estaba realmente molesto y temblaba, pero no se podría decir que lo hiciera por miedo, más bien daba la impresión de estar temblando por la ira que le había provocado la agresión previa.

El asaltante sostenía con firmeza en su mano derecha el arma de fuego apuntando al cuerpo del joven, mientras que, con su otra mano empezó a investigar cada bolsillo de los pantalones del chico extrayendo lo más que le permitía su torpe mano de criminal.

La operación le tomo un par de minutos que le parecían eternos, no era su primer asalto a mano armada del delincuente, pero aun así, siempre se encontraba nervioso por los contratiempos que se le presentaban en el “oficio”.

Finalmente, con una exclamación por lo bajo de victoria y alivio, el criminal logro conseguir hasta la ultima pelusa de los bolsillos del joven. Una vez terminada su labor, volvió a darle un golpe con la culata en la cara al chico y lo miro con desprecio.

-Así me gusta, que los riquillos como tu le tengan miedo a los de mi tipo, ustedes no mandan –Dijo poniéndole cañón del arma en la sien al chico- Aquí mandamos nosotros, los pobretones jodidos de mierda, ¿te queda claro?-

-Perfectamente- dijo secamente el joven.

-Y para que lo sepas estúpido – Decía el hombre mientras que con la culata le golpeaba con brutalidad el rostro al agredido- Tu eres el tercero de esta noche en donarme todas sus pertenencias- Detuvo el ultimo golpe y le escupió para rematar la humillación- Si algo me gusta de los de tu clase, es que son tan estúpidos-recalco la ofensa- que jamás se dan cuenta que no deben meterse en nuestro territorio ni con nosotros en absoluto-

El chico le miraba con furia que parecía que atravesaría sus ojos y perforaría al delincuente, era tan notorio su odio que si el ladrón se hubiese detenido en ese momento un instante para palpar el aire, hubiera sido capaz de sentir esa fuerte presencia de desprecio.

-¿Qué me ves todavía pendejho?- Dijo el criminal con sorna- Seguramente te guste – Con el puño que había usado para violar los bolsillos del joven, le dio un puñetazo a la ceja- ¡eso te pasa por putote!- Exclamo lleno de orgullo.

El muchacho una vez más por el golpe volteo el rostro hacia un costado y en ese instante exhalo hondamente. El villano escucho el sonido característico de un resoplido, pero no le importo, sintiese miedo a ira el muchacho poca cosa le importaba a el, ya tenia su dinero y lo estaba humillando por que el tenia el poder, el tenia la fuerza, el era mas chingón que el y por eso, lo trataba así.

-Bueno, ahora date la vuelta y vete lejos de mi vista tarado- Dijo el ladrón con aire despreocupado- No quisiera verte por aquí y tener que matarte, no me gusta dispararle a la gente- Dijo con saña y burla- Así que lárgate-

-Si, claro- Farfullo el chico.

-¡Ahora pedazo de mierda!-

El joven se dio la vuelta, bajo las manos y empezó a caminar de con un ritmo normal para alejarse del ladrón, peor lo hacia en silencio, estaba atento a los sonidos que emitía su atacante.

El delincuente confiando en su suerte se dio la vuelta y resguardo la pistola de la vista de los demás.

El joven estaba molesto, había gente ahí a los otros lados de las calles, mirando todo el crimen y nadie había hecho nada, estaba furioso, pero a la vez, le daba gusto que el criminal fuera estúpido.

Sin dilatar mucho sus acciones, de entre sus pantalones, a la altura de donde iba la hebilla de su cinturón, el joven sustrajo con calma una pistola, se dio la vuelta y dio dos disparos al delincuente.
Dos disparos se oyeron en toda la calle y calles aledañas a la republica de el Salvador, la gente emitía gritos y chillidos de miedo ante la brutalidad del ataque perpetuado. Un grito de dolor desgarrador abrumo a los demás alaridos. Solo una persona sonreía, y era el joven al que habían asaltado.

-Te sentías muy cabroncito, ¿No es así?- Decía mientras se acercaba al delincuente- Estuve sirviendo a los militares mas de lo que tu te imaginas escoria, por eso tengo tan buen puntería- Se acerco al delincuente y le piso con desprecio la herida que le había provocado recién con el arma de fuego- Tú error fue haberme robado, solo fue esa pequeñez, pero siéntete agradecido, si fuera apenas un cadete las balas pudieron haber errado y pude robarte la vida…y esa ni con todo el dinero del mundo la compras-
-N-no me mates-Suplico el delincuente mientras se sorbía los mocos por el dolor- Por favor no me…-

-Eres patético- Dijo serio el joven- La gente como tu me da asco- Miro a su alrededor y la gente se arremolinaba lentamente- Si se acercan no prometo que regresen sin balas en sus cuerpos- Amenazo y dicho eso el gentío se alejo rápido- Muy bien, así me gusta…ahora, dame lo que te robaste-

-Tómalo-Dijo el ladrón haciendo acopio de fuerzas para no llorar de nuevo- tómalo…-

-No.- El joven sonreía aunque su tono era áspero- Dámelo tu jefe, anda, se que puedes hacerlo- La presión de su pie se hizo notar en la herida del ladrón.

-¡Por favor!-Gritaba muerto de dolor el delincuente- ¡Solo agarralo y déjame!-

-¡Que me lo des hijo de la chingada!- El chico no e contuvo mas y con fuerza di un pisotón en la herida haciendo brotar la sangre-¡Dame tu botín pedazo de mierda! ¡Dámelo ya o te ira peor!- Grito el chico con los ojos saliéndose de las orbitas.

El ladrón empezó a proferir aullidos de dolor, pero con todo y eso el chico no quito el pie de la herida, así que con esfuerzo lastimero, el delincuente que paso a ser la victima en poco tiempo, tomo de sus bolsillos el fruto de su ultimo robo y torciendo el brazo y su rostro se lo puso en una mano al joven.

El chico lo miro con desprecio y quito el pie de la herida. Camino hasta ponerse enfrente de el, y con una mano alzo al ladrón del cabello hasta tenerlo a la altura de sus ojos.

-Que no vuelva a pasar, ten mas cuidado, es peligrosa esta ciudad, ya ves que no sabes ni para quien trabajas, digo mira- Le enseño en su otra mano lo que acababa de darle- Te acaban de “robar” y eso que tu eres el ladrón- Se mofo- Ah si y algo mas, nunca olvides revisar las pistolas de tus contrarios, así es como se le dice a los músculos que están arriba de las ingles, ahí es donde algunos militares, como yo, se guardan el arma. Ten mas cuidado, y casi lo olvidaba- Le sonrió- Que tengas un lindo día.-

Sin mucha importancia, el joven dejo caer la cara del ladrón haciendo que se estrellara contra el piso. Dio unos pasos y con una patada volteo boca arriba al sujeto, con la misma pierna que le pateo le saco el arma de entre la chamarra y se la llevo.

Y así, el cazador se volvió la presa por no haber podido mantener la suficiente prudencia para cuidar todos los detalles al mínimo. De esa forma, un delincuente perdía sangre lentamente en la calle de Republica de el Salvador y un joven Militar que estaba en un día de asueto, se iba tranquilamente de la escena en donde lo habían robado.

El destino es una cosa curiosa, y sin duda llega a serlo mas cuando no sabes para quien trabaja y mucho menos en favor de quien.