Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

viernes, 31 de mayo de 2013

Día treinta de treinta días: Tú reflejo en el espejo.

Inside.

Día veintinueve de treinta días: el momento más intenso que hayas vivido.

Esto va sorprender a más de uno, pero ahí va.

Me encontraba leyendo tranquilamente un día del mes de mayo. Estaba afuera del salón de ballet, donde mi hermana toma sus clases. Sentado en una silla de plástico azul pinchurrienta; a un lado había varias mamás y abuelitas de todo tipo y edades, algunos otros retoños, nietos o hermanas de las bailarinas, correteaban alegres bajo la sombra de un árbol de jacaranda. Era uno de esos nuevos días de Mayo, llenos de calor, por ahí de las 4:30 pm. y con todo el poder del sol arrasando con quien se descuidara.

De una manera que yo no me esperaba, al leer el libro de padre rico- padre pobre, el autor, hace más o menos llega a un punto, al explicar la importancia del dinero, de como hacerlo trabajar y demás, en que concluye un párrafo con esta idea: "Lo que más duele, es no poder ser dueño de tu propio tiempo."

En ese momento, cerré el libro. Previamente puse mi separador Gandhi-navideño. Mire alrededor, no como en las películas así onda desorientado o desconociendo el sitio, no. Hice consciencia real de todo lo que me rodeaba, de cada chillido infantil, de cada palabra de las señoras de al lado, de la música de ballert, de las ordenes de la maestra de ballet, del puto viento y del pinche pajarillo que jugueteaba en los arbustos.

Ser dueño de tu propio tiempo.

Eso, es lo más importante. Para eso uno hace trabajar su dinero, para que el dinero te de más tiempo libre para hacer lo que se te de la chingada gana, para que hagas lo que quieras con TÚ tiempo.

Para que seas el amo y jefe de tu tiempo, y no alguien más.

Me quede petrificado por dentro.

¿Soy dueño de mi tiempo? No lo sé realmente.

En ese momento no lo sabía. Hoy se que malgasto mi tiempo, que quizá es algo tan malo como no ser dueño del mismo.

Lo malgasto porque, hasta ese momento, comprendí que no hacía por mi todas las cosas que debería estar haciendo para ser un yo del que me sintiera orgulloso. En especial mi yo infantil y mi yo viejo al contarle a su estirpe su camino por el mundo.

¿Que tanto dedico a crecer como persona, profesionista, como ser humano y como intelectual?

Muy poco, soy una sombra de lo que quiero ser en muchos ámbitos.

No necesite de una emoción fuerte, de música estridente, de un impactante accidente o de una situación de locura para quedarme, aunque sólo fuese un segundo, sin aliento.

Basto un simple libro, unas oraciones bien redactas y a conciencia y una mente atenta para darme el vuelco de mi vida.

Día veintiocho de treinta días: lo que nunca te atreverías a decir o hacer.

El mayor defecto de los seres humanos es que no tenemos limites, aunque quieran obligarnos a tenerlos (desde terceros a nosotros mismos), no los tenemos, los rompemos, porque esta en nuestra naturaleza destruir toda es pantomima de reglas impuestas, por un sistema, una sociedad o nuestras propias ideas y creencias.

Hace un año apuesto a que diría que no me atrevería a dañar a alguien, cometer algún acto vil,cobarde y despreciable o incluso paralizarme ante una situación embarazosa.

He hecho eso, más y peor.

No ahondare en detalles de si fue con la intención, si no lo fue, si sabía o no lo que estaba haciendo. No tiene caso, lo que cuenta y marca a los demás al final del día son tus acciones y palabras, no la retroalimentación que te generes después, ni tu remordimiento ni nada.

"Lo hecho, hecho esta y nadie lo puede remediar."

No se trata de que no se solucione, de que no se pueda resanar el daño, no. Claro que puedes coser una herida, pero dejas una marca, a eso es a lo que se refiere esa frase y todo lo que hacemos y deshacemos.

Yo pienso que no me atrevería a hacer o decir muchisimas cosas, como todo el mundo. Trato de acatar normas, de amoldarme a lo establecido, de respetar mi palabra y ser firme de principios.

Y aun así: "Del dicho al hecho, hay mucho trecho."

El ser criaturas hermosas y divinas y lo más bajo de los avernos, es algo encabronantemente difícil, porque a eso es a lo que jugamos. A ser seres del bien y del mal a base de nuestras palabras, actos, conductas y demás comportamientos y maneras de compartir con el mundo.

Que lejano me siento de las ideas del justo medio de mi aventurado y soñador Aristoteles.

¿Qué cosa nunca me atrevería a decir o hacer? La respuesta correcta es: darle una respuesta a esa pregunta... pues, ¡soy capaz de todo!

Día veintisiete de treinta días: algo que haya cambiado tú vida.

Ser hermano mayor con una diferencia de 20 años, es lo más cercano a ser padre, al menos que yo lo haya estado.

Tengo dos hermanas, pero a la del medio (la cual no veo...) le llevo 11 años; a la chiquita le llevo 21 años.

Eso si que ha cambiado mi vida, y me agrada. Me ha hecho entender muchas cosas, respecto a cuidar a una persona, a tratar de enseñarle cosas, incluso a tratar de entender realmente a los demás.

60% del tiempo hago una excelente labor de hermano mayor. La cuido, la mimo, a veces hablamos de otras cosas, le explico otras tantas, la reconforto, voy por ella a la escuela, la llevo a sus clases, a veces vamos a fiestas de otros niñitos y así...
El otro 40% se parte a la mitad. Un 20% soy un ogro, por inexperiencia, falta de paciencia o porque me nace. El otro 20% es algo así como, no saber que chingados hacer, y termino haciendo lo que caiga o siendo nada más alguien que la vigila, pero no se entromete.

A cambiado mucho mi vida tener una hermana tan chiquita y siendo yo tan grande porque, ahora puedo apreciar, atesorar y recordar todos los momentos que ella a vivido, buenos y malos. Ahora puedo entender la diferencia que ella hace en mi vida y lo hermoso que es que alguien diga que eres su hermano mayor.

Como a cambiado mi vida ser un hermano mayor.

lunes, 27 de mayo de 2013

Día veintiséis de treinta días: Lo que el resto ve en ti.

Aquí, esta vez haciendo un análisis exhaustivo, he llegado netamente a muchas conclusiones, ahora, soltare las principales que más me han dicho en estos meses.

Que soy un desenfreno total. Prácticamente, que vivo la vida de una manera salvaje y llena de buena vida. Ojala fuera así, que yo fuera esa persona que fiestea duro, que parrandea cabrón, que se luce siempre, vaya, un héroe del desmadre... pero pues no lo soy.

Que soy una persona con un vida de hueva. Es verdad que no trabajo ni estudio, mi vida es pasiva, es tranquila y ya. No veo que eso sea de hueva ni me hace sentir tan mal como todos esperan. Lo pondré fácil, llegado un punto en el que todo este contra ti sólo puedes pelear o rendirte... yo hasta ese momento pelea, como la mayoría. No espero que pasé, pero de ser así doy la cara, de modo que no me preocupo.

Que esto es un juego. No. Un día dije esta frase y me apego a ella "Sí, soy un huevón, pero que la gente se ponga a pensar que a mi me gustaba rascarme mi par de huevos con las dos manos, no con una." No está fácil la situación, no es de riesgo, pero creo que respetar nada cuesta.

Que soy una persona inteligente. Es halagador, me falta mucho camino, pero he logrado ganarme cierto respeto de los que me rodean por hacer o decir ciertas cosas, espero poder mejorar.

Hermano mayor. Una persona que cuida, procura y protege a los que son más jóvenes que el. Desde dando su apoyo o contando un buen chiste. Esto... me resulta difícil de creer, pero así es en apariencia.

Misterioso. Este me lo puse yo y los demás pueden sentir el peso de esta mascara. No lo hago adrede, tal parece que en mi naturaleza esta mantenerme hasta cierto punto al margen y de quien sea, desde en su momento el amor de mi vida a quien le contaba todo según yo, mis mejores amigos, mi mayor confidente... esta en mi naturaleza tal parece, alejar a la gente, sin importar que tanto la ame.

Que soy una buena persona. Esta es la visión de mi papá exclusivamente, la única persona que creo que prevé mis movimientos y sentimientos con más claridad que yo.

La última es algo así como "Me preocupa que no entiendas la gravedad de lo que haces. ¿Hacía donde va tu vida?" Esta es la visión de la mayoría de mi familia y bueno, no puedo echar en saco roto sus preocupaciones por mis actos o carencia de estos.

Eso es lo que, creo que en resumen y en su mayoría, ve el resto en mi. Ya dire en el último de estos días, como es que yo me veo a mi mismo...

Día veinticinco de treinta días: un deseo cumplido.

Debo admitir que este día me freno un poco, más que otros, porque sí, realmente llegados ciertos días me detenía a pensar realmente si tenía de que escribir, o peor, si valía la pena recordar o revivir esas sensaciones.

Retomando. Cuando llegue a este día no quise escribir al instante, me dio cosita. Vi el día y cerré todas las pestañas. Me negué tajante a pensar que tal vez no había cumplido ningún sueño este año, que quizá mi vida empezaba a ser una farsa o peor, el remedo de la vida de otras personas grises.

No es el caso.

Sólo para empezar, podría hablar de los viajes que he hecho. No por presunción, sino porque tenía años que no iba más allá del Toluca, que es un viaje de no mas de una hora y algo. Pero después de eso... fui a la cumbre Tajin en Veracruz, cortesía de mi amigo Leonel y su karnal del Aldo, donde asistí a una serie de buenas situaciones, disfrute de la playa, de grandes bandas y me sentí revivir a lo que era hace años. Después, en una especie de rito-diversión, fui a valle de bravo al fin; confrontando miedos de toda índole y saliendo, no se si victorioso, pero al menos bien librado.

No eran sueños que tuviera en mente, no como fragmento o piezas individuales, esto va más allá, en parte. Pues se trata de verlo como un todo, que es llevar una vida llena de momentos increíbles al lado de las personas que quiero. No todo son risas y alegrías, pero así como tendemos a ver los picos negativos, yo prefiero remembrar los positivos.

Además volví a viajar, deje detrás algunos temores y además me divertí y probé suerte. No es la guerra ganada, pero son bastantes triunfos.

Y todo esto, me acerca a otras metas, a otros sueños, quizá alguno se aleja más, pero en su mayoría se trata de cercanía.

Día veinticuatro de treinta días: La persona que te dio tu recuerdo favorito.

Recuerdo se puede usar para referirse a una memoria, o también aplica para un objeto que se te da como detalle o regalo. En este caso hablare de ambas.

A su vez, quiero aclarara que aunque no quisiera repetir personas de alguno de estos días (o de los anteriores), es inevitable, porque las personas que yo permito sean las más cercanas a mi, son las que más se repiten en mis días y en mi vida, obviamente.

Vamos a darle.

En esta era de lo digital que poco a poco nos va acabando o devorando, mejor dicho, uno de los mejores presentes que me han dado es un dibujo. Fue mi regalo de cumpleaños, me lo dio la persona del día catorce y es algo que atesoro mucho, al punto de tenerlo presente en todas partes de la red.

Pesé a que la tecnología con sus avances hace que el contacto y lo material sea sustituido, aun se reciben cosas así. Mi segundo "recuerdo" corresponde a un libro: padre rico-padre pobre. Me lo presto mi papá, pero el detalle no es que si me pertenece o no el libro, sino las lecciones que he podido sacar de el, eso es realmente el detalle principal.

Por último, varios días (en especial de este mes) que he compartido con mi hermana menor, forman una de las mejores memorias de toda mi vida, haciendo nuestro lazo más fuerte y dándome una perspectiva de mi vida muy distinta. Por plus, como diría una amiga, es una especie de entrenamiento muy especial.

Día veintitrés de treinta días: El beso más importante de tu vida.

No hay tal. Así acaba el día, ya hable de otros besos. Esta vez no hay tal. En este año, fuera de esas ocasiones, no hay nada que merezca recordar y mira que por labios no he parado, y no es fanfarronada, sino que simplemente he llegado a un punto, que este acto tan hermoso que es besar a una persona, ya sea por aprecio, por cariño o por deseo, no me llena, no me llega.

Porque hay besos de bienvenida o despedida, de extrañar o para olvidar, de amor o de traición sin duda. Y yo, no he recibido ni dado ninguno que merezca ser recordado.

No sé si es más triste por mi... o por las personas que voluntariamente y con total maldad, minimizo al hacer esto.

Día veintidós de treinta días: lo que más te hizo llorar.

El no llorar.

Me aguante tanto tiempo las lagrimas que ahora, lloro por todo. Los sentimientos ya no puedo contenerlos, me rebasan y se desbordan de las peores maneras en situaciones que yo no considero aceptables y que no debería de ser permisible hacer este tipo de escenas.

He perdido mucho por esto. En cierto modo he dejado de respetarme. Aunque no se diga siempre, se que a veces soy alguien indeseable para los demás en ciertas circunstancias. A veces provoco más dudas que alegrías y eso... eso como me emputa. He hecho cosas de las que no me enorgullezco, de las que ya sólo me río porque ya no se que más hacer...

Si hay algo, o alguien que más me a hecho llorar, soy yo mismo. Probablemente en mis peores momentos y fuera humanamente posible, disfrutaría de ver como me doy una madriza.

Por desgracia y fortuna a la vez, no es posible (puedo madrearme, no puedo desdoblarme y verlo como un tercero... ese es el detalle) y supongo que por algo siento o pienso estas cosas.

Finalmente, creo que tengo conmigo la mayor relación amor-odio que he visto.

Día veintiuno de treinta días: Esa persona o cosa que no querrías ser.

Esta es muy fácil. Ya no quiero ser una persona eh... no sé la manera de decirlo en una sola palabra, ni siquiera en una frase de un renglón. Es fácil, pero aparentemente no sencillo.

Tengo presente que quiero dejar de ser algunas cosas que ya soy ahora. Por ejemplo ya quiero moverme y hacer algo más de mi vida. Enfocarme a mis estudios y a lo laboral sería excelente. Dejar de ser un tipo triste sin duda sería fantástico y al final de todo, pero no menos importante, controlar la bebida y mi conducta.

Si en algún punto de mi vida, a corto plazo (6 meses) logró conseguir hacerme con tres de estas cuatro ideas (lo de la tristeza realmente lo descarto, mi vida no es mala y soy feliz, pero adentro de mi algo va mal, y no se muere y no se como matarlo)habré dado un gran paso al frente, hacía mi futuro real y no nada más a mis sueños.

Es así de fácil, eso es la persona que quiero dejar de ser, el yo de con esos fuertes errores.

jueves, 23 de mayo de 2013

Día veinte de treinta días: el día más extraño de tu vida.

Este día es infinito. Simplemente se renueva, en vez de ser el de toda mi vida, se podría volver anual.

Para ser una persona que sale poco de su casa entre semana, o que tiene una actividad muy marcada por la rutina y lo cotidiano (si, igual que todo el pinche mundo), se podría decir que no he tenido como tal días extraños. Creo que he llegado a un punto, en que mi día a día simplemente es algo así, tan común o tan en lo que para mi es común que ya no me sorprendo.

Temo, que a veces pueda perder la capacidad de sorprenderme...

O en un inesperado giro del destino, tal vez, todos mis días son tan extraordinarios y tan maravillosos, que de lo que carezco es de días comunes o carentes de esa magia que hace que valga la pena vivirlos.

¿Qué es mejor elegir la opción de una vida monótona? o ¿Elegir que todos los días son mágicos y dignos de ser vividos?

Aquí no apuesto a justos medios, le pese a cuantos filosofo muerto le pesé.

Mi elección, es obvia.

Día diecinueve de treinta días: lo que te causa más temor.

Esta esta sencilla. Me da miedo perder a las personas que quiero.

No sólo hablo de que se mueran, sino de que se alejen. En concreto en este caso hablo de las mujeres. No todas las damas me importan igual, pero hay unas que si quiero en especial, unas que realmente quiero, me importan y deseo que estén bien hasta el final de sus días.

Mi apego a las mujeres, a ciertas mujeres, se explica por el hecho de que al divorciarse mis padres, termine viviendo con mi papá. De este modo, de manera real y simbólica fui abandonado por mi madre y resentí la ausencia de la figura materna y femenina más importante en mi vida.

Por eso, me causa más temor que muchas otras cosas, perder el contacto con las mujeres que quiero y que pongo en un sitio importante en mi vida.

Es probable que tenga problemas, pero bueno, en algo tenemos que flaquear todos y lo mio son las damas en más de una maldita manera.

Bendición y maldición amar tanto a la mujer, tal vez para algunos, en mi caso, pese al miedo y a la incertidumbre, siguen siendo lo mejor para mi.

Día dieciocho de treinta días: la persona que te gustaría ser.

Creo que aquí no cambia nada. Quiero ser alguien digno. De confianza, de ser amado, estar con el, de todo. Quiero que la gente, la gente que me importa, sepa que cuenta conmigo y ya.

A veces, aunque es cómodo no ser llamado en la madrugada por alguien en llanto, al final sabe mal.

Cuando era un mocoso, leí que si tú eras de esas personas a las que la gente siempre les pide algo (su tiempo, un consejo, un abrazo, una palabra de aliento, ayuda, etc), no debías molestarte. ¡Como alguien que es capaz de dar se podía quejar! Teniendo un don tan grande.

Tú eres capaz de dar. Cosa que muchos quisieran hacer, no sólo saber recibir, sino dar, aportar.

Eso quiero ser, una persona que pueda dar.

Día diecisiete de treinta días: alguien de tu niñez.

Mi niñez realmente es un recuerdo borroso. No diré que perdí la memoria o alguna cosa así, pero,no la recuerdo muy bien. En especial lo que es prácticamente mi niñez temprano, en si, tengo ideas muy borrosas entre los antes de los 8 años. Ya después de eso, según recuerdo todo (como se supone todos lo hacemos, aunque no seamos el memorioso Funes o un hallazgo del señor Luria), así que es fácil esto.

¿No?

De hecho. Creo que lo más importante de esos días, es que siempre estuve rodeado de mi familia. De mis tíos y tías, de mis abuelos, de mi papá, de mis primos. De estos días, de mi niñez, de estas personas, surgio algo de lo que siempre me he dado cuenta, bueno, dos cosas.

La primera es que mi vida no fue bella,y eso, pues se notaba, creo que mi niñez fue, por el divorcio de mis padres, algo duro. No siempre me sentí contento (como hoy día), pero bueno, era niño y eso resbala de algún modo.

La otra es que me quisieron y cuidaron muchisimo. Nunca he sentido la falta de cariño de nadie de mi familia, de hecho, me atrevería a llenarme la boca diciendo que probablemente soy el sobrino más querido. Que porque convivimos más tiempo juntos.

Esta es una lección como con muchas visiones. Primero, mi familia es muy importante para mi. Siempre me he sentido apoyado por ellos, en los peores momentos. Hasta la fecha me he sentido respaldado y eso me ha dado fuerza y pese a todo lo malo que pudo haber pasado, siempre hay algo bueno que ver o que nace de estas cosas.

Alguien de mi niñez, toda mi familia. Y espero que sea algo de toda mi vida.

Día dieciséis de treinta días: lo que te da más orgullo.

Creo que en este momento lo que me da más orgullo es que me esmero por ser un buen hermano mayor. Si has leído los días anteriores, podrás ver la más grande contradicción en esta sucesión de días, al menos hasta llegar al último, que ese si va ser un desmadre.

Volviendo al tema, creo que eso es lo que, en estos días, en este momento, es lo que más me enorgullece, de mi. Siento que este es el parte aguas para formarme en ser, no el mejor padre, pero si al menos uno que sepa comportarse y apreciar la genuina bendición que es tener la oportunidad de cuidar a una personita más chiquita.

La mayor recompensa es que te digan que te quieren, sin embargo, el genuino gran logro (desde mi punto de vista) es darle al mundo una persona de bien. No porque sea "mi obra maestra", sino porque eso es lo que merece el mundo y porque bueno, finalmente creo que eso es lo correcto.

En fin, no hay más que tratar en esta incongruencia.

Día quince de treinta días: Algo que te atormente.

Sin duda, nada pesa más en mi alma que todas las tonterías que he hecho. No me arrepiento pos los hubiera, no les he dado oportunidad, me arrepiento de los porque hice esto o aquello. Y no de todo, he cometido errores que han sido grandes lecciones y no me duele realmente reconocerlo, porque he aprendido y he tenido la prudencia de no reincidir en ese tipo de situaciones.

No soy de piedra, unos hubieras que me pesan mucho es en cuanto a las mujeres, aunque son efímeros... ¡son intensos!

Muchas veces he pensado cosas del estilo de: "Debí decirle tal cosa" "tendría que haberla besado" "debí haber sido más audaz e ir a parar a la alcoba" (y este último, esta escrito de una manera muy fina a comparación de lo que realmente pensé); cosas del estilo. Pero después de darle muchas vueltas, de castigarme mentalmente y de perdonarme también, entiendo que esa es la fortaleza de un hombre, en mi caso esa es quizá la mayor de mis fortalezas.

Tener palabra. Para conmigo en especial.

Como sea, muchas cosas que he hecho me atormentan, son pequeños piquetes de mosquitos constantes, que están ahí para recordarme que no la cague, que ya no cometa esos errores.

Pero sin duda, lo que más me atormenta es no cumplir lo que digo, y de manera sería. Yo también soy hocicon como todo mundo y a veces digo cosas imposibles, pero, cuando hablo de manera sincera de algo y no lo cumplo, eso es lo que más me pesa.

Equivocarse creo que esta permitido. Cagarla monumentalmente no cabe duda que lo haremos todos en la vida e igual es aceptable. Repetir incluso el mismo error, dos o tres veces, es cuestionable pero aun así perdonable. Lo que ya no tiene madre, es fallarse a si mismo...

miércoles, 15 de mayo de 2013

Día catorce de treinta días.

Día catorce de treinta días: Alguien "desconocido" para ti, y que, probablemente, nunca vayas a conocer.


Son varias promesas

Bailar cuando nos veamos. Beber cuando nos encontremos. Yo no mal copear y evitar ponerme agresivo (no contra ti, contra la vida). Probablemente e implícitamente reír a carcajadas o callar incómodamente en el intento. Pese a todo o con todo, ser feliz. Y claro lo más importante... vernos.

Se que tú sabes quien eres, no necesito dar explicaciones ni descripciones, porque contrariando al texto, pienso que tú me conoces.

Y tampoco son tantas promesas ni las grandes promesas, pero no cuenta la cantidad ni la calidad de las palabras o la interpretación en este caso. Lo que contará es lo que vendrá. Es así de fácil.

Lo tengo bien presente, es algo que sí o si he de hacer.

Día trece de treinta días: Alguien que quieras que te perdone.

Puedo decir que este año aparentemente no le he hecho daño a nadie. Incluso, creo que me he portado como un mejor amigo y una mejor persona. No es por dárselas a desear, pero creo que esta vez soy un mejor tipo... y más egocéntrico.

Siendo tal vez más objetivo, no quiero que nadie me perdone, pero tampoco que me odien.

El perdón da la facilidad de pensar que podemos cagarla de nuevo y seremos perdonados con simple y llanamente pedir se nos disculpe la ofensa/agravio. Borrón y cuenta nueva, para llenar la tarjeta de chingaderas una vez más.

No me des tu perdón si te he ofendido, dame la oportunidad, eso sí, sin rebajarme ni insultarme, de ganarme tú perdón. De subsanar la agresión. De limar la aspereza, de limpiar la herida.

Amigo/a no me des tu perdón, te pido por favor, que me des la oportunidad se que con mis actos, salde esa cuenta pendiente.

Así, podre ser mejor persona, con suerte me ganare tu confianza de nuevo y tu afecto y al final, todos habremos ganado algo nuevo y andado un poco más nuestro camino.

Mucho mejor ¿No?

Día doce de treinta días: la persona que más odias o la que más dolor te causó.

Sin miramientos, sin elegancia y directo a la cara.

Quien más dolor me ha causado es uno de mis mejores amigos. Un colega que seguramente mis retoños algún día terminaran por llamarlo tío.

Es un proceso largo el que he pasado desde mi accidente. Desde hace cuatro casi cinco años, tratar de limpiar mi ser de resentimientos y cosas que trato de hacer lógicas para que no me reviente el trasero de lo ilógico que a veces es mi pensar.

No se trata de una platica zen, de ascender a la iluminación budista o de amar a nuestros enemigos a la mejor y más radical manera cristiana.

Se trata de un proceso de años en el que un tipo de 20 años, tuvo que afrontar (con ayuda de sus amigos y de gente a la que amo y ahora no esta ya a su lado) a sus demonios. Que se forzó a un aprendizaje para ya no escucharlos... y que finalmente se dio la oportunidad de crecer como persona para poder estar en paz, consigo mismo, antes que con los demás.

Es la historia de un hombre, mi historia y de como sin querer y por accidente, uno de mis mejores amigos y de las personas a las que antaño más respetaba, me causo el dolor físico y emocional más grande, al menos recientemente.

Porque claro... aun queda camino por recorrer, y no sé que aventuras y desaventuras tendré que ver.

Pero venga, esto es parte del camino y lo acepto con gusto, no en vano, ya no soy el mismo tipejo de hace unos años.

Uno no mira al frente porque no tenga de otra, uno lo hace porque si no ¿Quién más verá por mi? Además, se cuenta que antaño, los grandes héroes de leyenda eso es lo que hacían.

Reír ante la adversidad, recoger tus pedazos y seguir adelante hacía tu destino.

Día once de treinta días: Tu amor o enamoramiento.

Enamorado de...

Es interesante que siempre que evoco estas ideas, estas concepciones tal vez demasiado estereotipadas o manoseadas por el mundo, no pueda evitar sonreír, no nada más con los labios, sino de algún modo especial y que va más allá del poder y entendimiento de mis palabras, como si mi alma inmortal sonriera con mi ser terreno y caduceo.

Es realmente difícil de explicar, pero eso no le quita ni un ápice de divinidad.

En este año, hablaba de como me apasiona la idea de amar a alguien. De como me imagino algún día genuinamente entregando amor sin esperar recibir nada a cambio. De como seré algún día uno de esos hombres de leyenda que por amor lo pueden hacer todo. Que el amor es tan mágico que te hace ser mejor persona, por el gusto, no por las ganas o la obligación. De como sin amor, probablemente la vida sería más que aventura, tormento. De que el amor es tan maravilloso...

Y me detengo. Me detienen más bien.

Hablaba con una amiga sobre esto y la conclusión fue sencilla "Tú estas enamorado del amor."

Y es verdad. Amo al amor desde que entendí que era una fuerza en la que mucha gente dice no creer, pero aun así añora en sus vidas.

Y pese a lo amargo que sea el día, a lo duro que sea el momento, a lo gris que sea ahora el mundo, gracias a que creo en el amor, a que amo al amor o tal vez a que estoy tan enamorado del amor... aun puedo ver e imaginar luz donde otros sólo ven penumbra.

Como no soñar con el amor, si me ha dado tanto sin que yo le de nada a cambio...

Día diez de treinta días: Alguien con quien te gustaría hablar más.

Este día lo tenía dividido en dos mujeres este año, pero para no romper las tradiciones, porque todo tiene su espacio, y porque al final de cuentas la vida es lo más hermoso que tenemos, sólo será de una persona este día.

¿Qué te gusta más...?

Cuando caminos de regreso a nuestra casa, muchas veces te hago esta pregunta ¿Qué te gusta más...?

Las opciones a veces se repiten, pero siempre te doy a elegir entre dos cosas, para saber, que es lo que te gusta más.

Es una manera tonta y algo infantil para alguien que ya pasa de sus veintes, para conocer más a otra persona. Pero aun así poco me importa y hago diario y a rajatabla el mismo ritual de preguntas. Me gusta, me gusta mucho.

Me gusta que no te aburre. Me gusta que no te cansa. Me gusta que me contestas a todo. Me gusta que a veces respondas que te gustan las dos cosas. Me gusta que a veces inventas respuestas. Me gusta realmente saber esas pequeñas cosas... porque me gusta compartir mis días, mi tiempo y mi vida (que los tres son cosas invaluables) contigo.

Pues me gusta saber de ti, aunque esas por tu boca y por medio de preguntas tontas. Lo demás, nuestra convivencia y lo que me cuentas ya me mostraran las demás facetas de tu ser.

Eso sí, no sólo se trata de hablar más y ya. Se trata de llegar a un punto, en que no solamente yo te atosigue con preguntas, ideas y discursos, no. Se trata de que un día cualquiera, te me acerques y me hables y me digas cosas y me dejes ser parte de tu vida, aunque no lo sepas.

Se trata de que, un día, tú me preguntaste "¿Qué te gusta más...?" y aunque repetías mis preguntas, no pude evitar responder con una sonrisa radiante y mi corazón lleno de alegría.

¿Qué me gusta más: mi vida antes de mi hermanita o con ella?

Creo que la respuesta, es demasiado obvia.

Día nueve de treinta días: Algo que te es indiferente.

Es curioso, llegado a este punto no sé por cual de todas las cosas que no me interesan hablar.

No tengo ganas de hacer una lista, porque no me interesa eso y me da pereza. El problema es que tampoco quiero dejar pasar la oportunidad de quejarme, de manera muy "sutil", de todas esas cosas que, ay caray "No me interesan".

Curioso... que a veces podamos ser tan contradictorias las personas.

Finalmente, cuando algo te es indiferente, no le dedicas la atención suficiente como para pensar que tan indiferente te es... simplemente, no es parte de tu vida o figura entre tus intereses.

Pero allá vamos, a hablar de lo que no nos importa, de lo que no creemos, de lo que no queremos o toleraremos.

¡Ah! ¡Tan poco nos importa que mira como le dedicamos más de dos minutos!

miércoles, 8 de mayo de 2013

Día ocho de treinta días: Un intercambio de miradas.

Lo he pensado mucho y creo que jamás conoceré al amor de mi vida saliendo a la calle, intercambiando miradas y jugando a coquetear con lo que se ponga enfrente.

Ok, tal vez "jamás" es una palabra que le queda demasiado grande a lo que planteo, pero la neta, lo veo muy, pero muy poco probable.

Deje usted que sea feo o agraciado, que vista a la moda o como payaso, que me peine o el viento me despeine, todo eso es lo de menos. Sé que el amor no entra por los ojos, al menos no sólo por ellos.

El amor nace cuando escuchas las cosas que dice el otro y te interesan o divierten. Cuando sientes el roce de su piel contra la tuya, aunque sea al tomarte de la mano o pasarte una pluma. Cuando al acercarte a saludarle hueles su loción o el shampoo de su cabello. Finalmente, cuando le miras caminar hacía ti o hacer una mueca de esas que tanto te gustan.

Creo que un intercambio de miradas entre desconocidos no dice nada que vaya más allá de "¡Hey! ¡Que bien luces chic@!" o dependiendo de la circunstancia "No puedo creer lo que esta persona esta diciendo" o "¡Que buena esta esta rola!". Y aunque sean casos "importantes", no te dirá más su mirada que eso...

Viéndolo por otro lado, cuando conoces a alguien y tienes una buena comunicación, a veces un cruce de miradas, un intercambio de palabras, el más sutil sonido o la seña más sencilla, bastan para entender que ocurre con la otra persona.

Llegado a ese punto, a veces un intercambio de miradas es lo que basta para saber que la otra persona sufre o esta contenta.

Incluso para saber que tanto te ama, sin necesidad de palabras.

Día siete de treinta días: el peor dolor de tu cuerpo.

Esta es fácil. Ya hable de eso el año pasado. El detalle que lo hace trascendente es que no se trata de una cosa eventual (y no hablemos de relatividades y mediciones, por favor), sino de algo que aparentemente llego y con todas las ganas de quedarse.

De todas las lesiones que tuve a raíz del accidente de hace 4 años, nada me parte la madre como lo de los nervios que han dejado "colgado" mi brazo derecho (humor negro para sazonar estas letras). No se trata sólo de funcionalidad, también va de la mano (llevamos dos) del hecho de que la secuela de ese arrancamiento de nervios, me da la sensación de un miembro fantasma. Ya exprese anteriormente como es la "sensación", así que esta de más darle vueltas a lo ya dicho.

Lo que sí he de mencionar, es que es algo que como jode y hace pesado el día a día. A veces, cuando la gente cree que estoy en silencio, en mi mundo de fantasías o en la pendeja, no es así. Ojala me la pasara en la pendeja, ojala fuera así... pero no.

Si me quedo quieto de repente, como si pensara profundamente algo o me extraviara en un mundo de ficción, no lo dudes, estoy aguantando el pinche dolor. Focalizo toda mi mente y voluntad en no retorcerme o hacer una escena, pese a que me dan ganas de morderme la mano hasta partirla en dos...

Y no digo esto por simpatías o ganarme algo, yo se que allá afuera hay gente que lo pasa peor. Sí lo expreso, es porque quiero que exista un entendimiento y nada más, no para recibir aplausos ni lagrimas... hace tiempo que le agarre desprecio a esas actitudes "lastimeras", y NO por los aplauden, sino por los que usan su circunstancia o sufrimiento como una treta para ganar algo de los demás.

martes, 7 de mayo de 2013

Día seis de treinta días: Un desconocido en la calle.

Todo sea por las generaciones futuras.

Siempre pienso eso, para levantarme el animo, cuando veo a personitas más pequeñas que yo. El futuro esta ahora en mis manos, y algo bueno debo hacer con él por el bien de los que vienen detrás de mi. Desde mis hermanas, hasta sus amiguitos, e incluso los hijos de mis amigos o los del vecino.

Tenemos que hacer algo, para mantener esas sonrisas, esa alegría y esas ganas de vivir en esos cuerpecitos.

Día cinco de treinta días: tus sueños.

Hablare esta vez de metas a corto plazo.

Quiero acabar mi servicio, titularme y tener un trabajo. Quiero hacer lo que hacen todos, trabajar, quejarme del trabajo, fingir que amo ser un esclavo y disfrutar al limite las horas libres que llegue a tener.

En un futuro no lejano, quiero tener mi propio departamento. Un lugar agradable para tal vez dos personas. Conocer a muchas damas, superando así mi marca personal y a su vez mi timidez al abordar mujeres.

Finalmente, conocer a la mujer que pueda amar tanto como yo sepa y pueda (porque día a día mejorare eso), tener hijos y ser más feliz.

De vez en cuando (una vez al mes) reunirme con los amigos en un bar, beber cerveza, reír ponernos al día, darme la vida de empleado remunerado que no tengo.

Eso es lo mundano. En la otra cara de la moneda tenemos.

Que quiero publicar algún día. He decidido tomar algunos cursos de redacción, de hablar en publico y quizá de ventas. Quiero dar consulta privada y quizás trabajar en alguna dependencia. Finalmente, quiero tener una hermosa familia, y desde luego, quiero seguir unido a la que tengo y allegarme más a quienes faltan.

Como dije... soy un tipo de gustos y metas muy claras. Eso no las hace fáciles, simplemente son sencillas de entender.

Día cuatro de treinta días: La persona a la que más extrañas.

Aquí huelgan las palabras. Extraño a mi hermana del medio, y no he hecho nada para volver a verla. No hace falta decir más, a veces, en un párrafo, se entienden todas las cobardías, las culpas y los sufrimientos. Finalmente, soy honesto, esta vez ni siquiera tengo deseos de engalanar toda la vileza de mi falta de acción. Ni siquiera con palabras hermosas.

Día tres de treinta días: Un familiar.

Curioso que llegados a este punto no tenga nada que decir. Ya hable de mi papá y he hablado de mi familia paterna y nuestro característico sentido del humor. Ante este momento, y en aras de no ser repetitivo, hablare de mi mamá.

Ella es una mujer independiente, con sus problemas. No sólo es personal, nuestra relación fue muy dura y hasta la fecha es algo más complicada que otras relaciones. Probablemente (y dicen) que se deba al abandono de su parte, que me duela y a su carácter. Puede ser eso y más, en el juego de dos, siempre son dos en mayor o menor medida, los culpables.

Aun así, es mi mamá, la quiero y aunque a veces no sé a donde carajos hacerme cuando discutimos, trato de llevar las cosas bien con ella.

Mi motor es simplemente no preocupar de más a nadie, por supuesto primero están mis padres, luego mis amigos y al final yo. Es curioso, mucha gente pensara que debo "pagarme" a mi primero para rendir a los demás, pero, nadie se pone a pensar que la mayoría del tiempo, mi paga es que los demás estén en paz.

Soy un tipo de costumbres simples, de ideas brillantes, placeres mundanos y ambiciones por encima de lo normal. En sí, nada que no hayas conocido antes.

Mi mamá es la otra cara de la moneda que me representa. De ella herede sin duda el carácter cabrón, que no es ni de cerca fuerte, la personalidad valeverguista se duplica con ella y sin duda mi terquedad (que tampoco es tenacidad), salio de allí.

Como sea, eso no quita que gracias a eso, ahora conozco y reconozco más estas ambivalentes cualidades de mi persona. También sumamos a la ecuación que es una persona muy estudiosa, que me ha mostrado a pesar de todo el rostro del afecto de una madre, y que se diga lo que se diga, hasta donde recuerdo a estado conmigo.

Si la vida no es perfecta, menos lo serán las relaciones humanas y mucho menos las personas. Esta es una de esas historias... que no aspiran a la perfección, sino a simple y llanamente, vivirse mejor.

jueves, 2 de mayo de 2013

Día dos de treinta días: Alguien ya fallecido con quien desearías hablar.

Hermanos hasta el final
Ese es el enlace al segundo día, ya sabemos de que va esto.

Acá abajo, la lista de los 30 días y que temas abarcan.

Día 1: Tu mejor amig@.
Día 2: Alguien ya fallecido con quien desearías hablar.
Día 3: Un familiar.
Día 4: La persona a la que más extrañas.
Día 5: Tus sueños.
Día 6: Un desconocido en la calle.
Día 7: El peor dolor en tu cuerpo.
Día 8: Un intercambio de miradas.
Día 9: Algo que te es indiferente.
Día 10: Alguien con quien te gustaría hablar más.
Día 11: Tu amor o enamoramiento.
Día 12: La persona que más odias o la que más dolor te causó.
Día 13: Alguien que quieras que te perdone.
Día 14: Alguien desconocido para ti y que, probablemente, nunca vayas a conocer.
Día 15: Algo que te atormente.
Día 16: Lo que te da más orgullo.
Día 17: Alguien de tu niñez.
Día 18: La persona que te gustaría ser.
Día 19: Lo que te causa más temor.
Día 20: El día más extraño de tu vida.
Día 21: Esa persona o cosa que no querrías ser.
Día 22: Lo que más te hizo llorar.
Día 23: El beso más importante de tu vida.
Día 24: La persona que te dio tu recuerdo favorito.
Día 25: Un deseo cumplido.
Día 26: Lo que el resto ve en ti.
Día 27: Algo que haya cambiado tu vida.
Día 28: Lo que nunca te atreviste a decir y/o hacer.
Día 29: El momento más intenso que hayas vivido.
Día 30: Tu reflejo en el espejo.


Estos días, al llegar acá y escribir, pareciera que lo hago de malas o así. No es el caso, estoy más seco, no por viejo o amargado, sino que me pongo serio de repente. Es como si el hechizo del bufón se disipara y en su lugar se renovara el contrato del héroe de leyenda. No sé, nunca fui un gran poeta.

Hasta mañana.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Día uno de treinta días: Mi mejor amigo.

Dejaré atrás cortesías, ya que a nadie le sirven. Obviare y me importara poco hacer ya mención al pasado o lo escrito antes. Aunque mi historia es lineal y tiene cierta continuidad, en este caso, en pedazos de mi vida, no tiene caso hilar todo para entender a donde vamos.

Esta vez me gustaría hablar de mis amigos de la carrera, y aun me quedan amigos para dos años más, antes de que desmenuce y hable uno por uno (que no me agradaría). Son 4, uno esta muerto y quedan tres. Y sí, es del que siempre hablo en el 2do día.

Es una cosa simple, realmente, somos muy distintos. Congeniamos en el gusto por la psicología clinica y no llegamos más allá de eso. Y que somos hombres, porque a uno no le gustan las mujeres, así que ni en eso.

La diversidad se cree que es lo que mantiene a nuestro grupo de amigos tan unido, haciendo a un lado el hecho de que la tragedia es la que se encargo también de afianzar esos lazos y quizás de dividir un poco o hacer las grietas más evidentes. Aun así, la amistad la elegimos nosotros y pesé a sus bajos y sus altos, decidimos mantenerla lo mejor que se pueda.

Como sea, pienso que no hace falta mencionar sus virtudes y defectos, ni sus nombres o el peso que tienen en mi vida, para que se entienda que clase de personas son, o al menos para mi.

Una amiga atino a hacer una metáfora muy cierta sobre la vida (No sé si fue ella o yo, así que por default se la doy por buena a ella) y simplista. Esto es una gran obra, algunos somos personajes principales o el romance de otros y en algunos momentos somos actores secundarios y de relleno. Todo depende de nuestro lugar con X o Y persona.

Así pues, tu compañero de la prepa es un secundario en tu vida (de la cual tú eres protagonista) porque jamás volverás a verlo o no impacto. Es uno de esos rellenos y segundones que sólo son incidentales en esta puesta en escena. En cambio, tú novia de la universidad, tu esposa y algún día madre de tus hijos, bueno esa es una co-protagonista de tu aventura. Incluso ese mejor amigo de la infancia que hasta la fecha te habla para contarte bromas tontas o sus preocupaciones.

Ahora, ya sabemos ara donde va esto.

Con mis amigos del a carrera he dicho muchas veces esto (y desde hace unos años, con varios amigos míos) "Esta historia se la voy a contar a mis hijos, de como su tí@ "tal" hizo "cual" cosa". Eso pasa, porque imagino mi vida al lado de mis amigos. No en físico, sino, llanamente compartiendo experiencias y la vida misma.

Finalmente, pienso que cuando seamos vejestorios, aun nos reuniremos en las noches de sabado, en esas noches calurosas del verano a degustar una cerveza, a escuchar nuestras sandeces de viejos amigos y a jugar un poco de domino o los dardos. Sí, pienso que estarán conmigo hasta el día de mi muerte...

Finalmente, en esta gran puesta en escena que se llama "La historia de un hombre..." ellos son pieza fundamental, son compañeros y amigos de vida. Sin ellos, este show sería más monólogo que aventura. Sencillamente son parte de el...

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