Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

jueves, 23 de mayo de 2013

Día diecisiete de treinta días: alguien de tu niñez.

Mi niñez realmente es un recuerdo borroso. No diré que perdí la memoria o alguna cosa así, pero,no la recuerdo muy bien. En especial lo que es prácticamente mi niñez temprano, en si, tengo ideas muy borrosas entre los antes de los 8 años. Ya después de eso, según recuerdo todo (como se supone todos lo hacemos, aunque no seamos el memorioso Funes o un hallazgo del señor Luria), así que es fácil esto.

¿No?

De hecho. Creo que lo más importante de esos días, es que siempre estuve rodeado de mi familia. De mis tíos y tías, de mis abuelos, de mi papá, de mis primos. De estos días, de mi niñez, de estas personas, surgio algo de lo que siempre me he dado cuenta, bueno, dos cosas.

La primera es que mi vida no fue bella,y eso, pues se notaba, creo que mi niñez fue, por el divorcio de mis padres, algo duro. No siempre me sentí contento (como hoy día), pero bueno, era niño y eso resbala de algún modo.

La otra es que me quisieron y cuidaron muchisimo. Nunca he sentido la falta de cariño de nadie de mi familia, de hecho, me atrevería a llenarme la boca diciendo que probablemente soy el sobrino más querido. Que porque convivimos más tiempo juntos.

Esta es una lección como con muchas visiones. Primero, mi familia es muy importante para mi. Siempre me he sentido apoyado por ellos, en los peores momentos. Hasta la fecha me he sentido respaldado y eso me ha dado fuerza y pese a todo lo malo que pudo haber pasado, siempre hay algo bueno que ver o que nace de estas cosas.

Alguien de mi niñez, toda mi familia. Y espero que sea algo de toda mi vida.

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