Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

jueves, 23 de mayo de 2013

Día quince de treinta días: Algo que te atormente.

Sin duda, nada pesa más en mi alma que todas las tonterías que he hecho. No me arrepiento pos los hubiera, no les he dado oportunidad, me arrepiento de los porque hice esto o aquello. Y no de todo, he cometido errores que han sido grandes lecciones y no me duele realmente reconocerlo, porque he aprendido y he tenido la prudencia de no reincidir en ese tipo de situaciones.

No soy de piedra, unos hubieras que me pesan mucho es en cuanto a las mujeres, aunque son efímeros... ¡son intensos!

Muchas veces he pensado cosas del estilo de: "Debí decirle tal cosa" "tendría que haberla besado" "debí haber sido más audaz e ir a parar a la alcoba" (y este último, esta escrito de una manera muy fina a comparación de lo que realmente pensé); cosas del estilo. Pero después de darle muchas vueltas, de castigarme mentalmente y de perdonarme también, entiendo que esa es la fortaleza de un hombre, en mi caso esa es quizá la mayor de mis fortalezas.

Tener palabra. Para conmigo en especial.

Como sea, muchas cosas que he hecho me atormentan, son pequeños piquetes de mosquitos constantes, que están ahí para recordarme que no la cague, que ya no cometa esos errores.

Pero sin duda, lo que más me atormenta es no cumplir lo que digo, y de manera sería. Yo también soy hocicon como todo mundo y a veces digo cosas imposibles, pero, cuando hablo de manera sincera de algo y no lo cumplo, eso es lo que más me pesa.

Equivocarse creo que esta permitido. Cagarla monumentalmente no cabe duda que lo haremos todos en la vida e igual es aceptable. Repetir incluso el mismo error, dos o tres veces, es cuestionable pero aun así perdonable. Lo que ya no tiene madre, es fallarse a si mismo...

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