Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

sábado, 29 de diciembre de 2012

De transmitir ideas y falacias de escritores.


La penúltima entrada del mes, y del año (doblete). Esta todavía abarcara las letras, la siguiente será una mirada retrospectiva a mi vida (coprotagonizando con las letras). Así que mientras todavía podemos, disfrutemos de este viaje ¿De acuerdo?

Hace poco, unas horas de hecho, leía un artículo de un ex profesor mío de la carrera que hablaba sobre la comunicación y la vida social. No lo leí todo, porque soy un pesado y huevón honestamente, pero, el articulo trataba a grandes rasgos acerca de la importancia de esta (muy brevemente hablado) y de que exploraría (algunos factores de la comunicación, en este caso del lenguaje no verbal y del comunicador)… pero bueno, eso es irme por las ramas.

El detalle es que, en una pequeña síntesis que logre hacer entre párrafos (y desvíos mentales de lo que estaba leyendo), llegue a una conclusión muy simple, todo a raíz de una pregunta no tan profunda.

¿Para qué necesita uno comunicarse? Pues, para transmitir una idea o un mensaje.

Sé que no hablo de una revelación realmente o de algo que ignorásemos, pero, creo que en justa medida hablare de algo que a veces gustamos de pasar por alto.

En el ámbito de la escritura, la mayor esperanza del que escribe sin duda alguna es ser leído, es poder transmitir sus ideas. Muchas veces la gente dice cosas como “yo escribo lo que a mí me pega la gana, no me importa si gusta a los demás o no” o también ondas tipo “Escribo lo que quiero, es un plus si alguien más lo lee”.

Ahora, respira profundo lector paciente, mírate en el reflejo de tu pantalla y piensa ¿Entonces pa que chingados muestran lo que hacen?

De verdad, si solo escribes para ti, te tengo noticias, puedes hacer un diario y en el escribes lo que quieras de manera intima, confidencial y muy a tu puto gusto. También están las redes sociales, para mostrar esas ideas tan anárquicas (pfff… que risa me da) de que haces lo que quieres.

Y separemos las hipocresías, los infantilismos y las pendejadas de la realidad, por favor.

Uno escribe porque quiere y lo que quiere, eso es verdad. Pero, si tus letras salen al mundo es porque deseas que te lean.

Cuando alguien esgrime el argumento de “no me importa que me lean”, yo por ejemplo, pienso automáticamente que se trata de un pobre tonto. Imagínate, vender la mentira a los demás es malo, pero que tú te la quieras tragar a huevo… es un acto de locura.

Todos queremos ser leídos. Pero ese fin, no justificara que rebajemos nuestros estándares o que hagamos cosas impensables para lograrlo.

Es aquí donde quisiera señalar un punto de ruptura: tener el deseo de ser leído no es malo, por las razones apropiadas.
Aquí en este quiebre solo hay que notar, que las razones apropiadas a veces son lugares comunes para todos: no cambiar tus ideas originales, no venderte, no prostituirte, no cegarte por la fama o el deseo, ser tu mismo, respetar tu trabajo, respetar el de los demás, etc, etc. Y claro, todo varía dependiendo de cada persona (hay gente que seguro jamás dejaría de ser “autentica” pero vendería a su madre a la menor oferta), cual debe de ser.

Ahora, es natural querer ser leído (ya, olvidemos de esos farsantes que “les da igual”), mientras mantengamos nuestros estándares de calidad o de originalidad. Eso de hecho es algo bueno. Seamos prácticos ¿De qué manera en el mundo de la escritura, sería malo que te leyeran?

Más claro no puedo ser… al menos no sin recurrir a insultos y a lo más bajo (y delicioso) de mi persona.

Ahora bien, queremos ser leídos, porque tenemos un mensaje, una idea que deseamos transmitir. No se trata de algo de paz o verdaderamente significativo y revolucionario siempre, pero no importa, aun así queremos tocar a otras personas a través de nuestras palaras plasmadas en párrafos. Es lo más natural y hermoso del mundo.

Por eso es que empecé con esa cháchara de la comunicación, porque de eso se trata, de comunicar un mensaje. No todo tiene que ser profundo y eso no lo hace malo o sobrante, en la vida también hay momentos para entretenerse y divertirse. En la otra mano, no olvidemos que al final cada cual le da su enfoque a las cosas, lo que para mí es trivial a otra persona le puede cambiar la vida.

Por eso amigo/a lector/a y compañera/o escritora/o no niegues jamás que quieres ser leído, de verdad que no lo hagas, simplemente ensucias tu alma, es como si escupieras a tu rostro o dijeras que no vales nada y eso, eso no es verdad.

Una vez leí que realmente, no es que uno tenga miedo al amor o a ser amado, sino que realmente lo que detenía a las personas era un miedo muy simple: el miedo de creer que no son dignos de ser amados.

No permitamos que eso nos pase, no suframos esa treta ilógica de “creer que no somos dignos de ser leídos”. Todos por malos o mejores que seamos, podemos y seremos leídos, así es la vida, esa es su belleza. Y si nos esmeramos puede que hasta nos lean más de lo que pensamos.

Esa es la verdad, todos tenemos historias que contar, y todos tenemos a alguien que las leerá o las escuchara, así que sacudamos esos miedos y esas mentiras, para así, poder transmitir nuestras ideas y narrar nuestras historias.

Caray, en el fondo soy un poeta eh… como sea, eso es todo por esta entrada, se despide como siempre su clown, y amigo Kaifan.

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