Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Una (no tan) breve opinión: Calamity

Titulo: Calamity
Autor: Brandon Sanderson
Género: Ciencia ficción, fantasía
Clasificación: Literatura infantil y juvenil, ficción, novela
Páginas: 416
Editorial: Ediciones B
Saga: The Reckoners (Tercera parte de la trilogía)

Lo que dice en la contraportada:
El que redacta esta opinión se niega a poner ese texto debido a que podría revelar secretos cruciales de la trama de otros libros. Que esto quede como advertencia de que NO debes leer la contraportada de Calamity sin haber terminado de leer Steelheart y Firefight.
Este formato irá mejorando con el tiempo, pero en general, podemos dividirlo de este modo:

Argumento.
De otro modo, el transgredir la regla de hablar abiertamente de partes de la trama en la contraportada, me debería permitir a mí la libertad de “abordar” el argumento de la forma más grata posible. La entrega final de esta saga resuelve al fin muchas dudas de los otros dos libros, ya sea de los personajes o del universo/reglas a las que los mismos se someten. Nuestra historia girara en torno a tratar de “entender” a los épicos. No nada más para entender su punto débil y eliminarlos, en esta entrega nuestro peculiar protagonista busca ir más allá y lo que intentara es lograr comprenderlos. No en un sentido romántico de “sus sueños, lo que los hace reír y llorar”, eso no. La misión es algo aun más descabellado, pues al entender a los épicos y su punto débil, no será para destruirlos, sino para ayudarlos. Ir más allá de este punto, sería revelar información crucial de este libro o el anterior. La otra parte del argumento es ir tras “un gran épico” que hizo su terrible aparición en la parte final de la entrega antecesora, llevándonos por dos caminos nuevamente. El primero es orientado a entender a los épicos (algunos especialmente más que otros), el segundo punto es vigilar a este épico poderoso que he mencionado. Supongo que se podría considerar como otra parte del argumento todo lo que acontece en la cuarta parte del libro, pero venga, ya he dicho antes que hablar de información valiosa es feo y no caeré en lo mismo que yo considero que es “grosero”.

Personajes.
Repite nuestro protagonista, David Charleston. En esta ocasión ostentando (si es posible), un papel más importante entre páginas del que ya nos tenía acostumbrados. En esta entrega, vemos el resultado no nada más de todas las cosas que le han sucedido al personaje o en las que se ha visto involucrado, sino que llega a una conclusión de muchas cosas a nivel personal. Más allá de épicos y actividades de guerrilla, nuestro muchacho es sólo eso, un muchacho con peculiares habilidades y talentos, pero al final de cuentas, un chico “común” en un mundo torcido a la mala. Sí, habrá muchas revelaciones sobre los épicos y como afecta esto a David, también entenderemos más sobre el mundo alrededor y sus leyes, incluso como si no nos bastara ahondaremos más en los personajes o en los peculiares épicos talentos. Y aun así, no hay que perder de vista que pese a todo, esta es la historia de nuestro muchacho. Seremos participes de cómo el chico que soñaba con unirse a los reckoners/exploradores y que tenía deseos de venganza hacía Steelheart, termina siendo alguien totalmente diferente, no al final del libro, sino a lo largo de todo este libro. Y eso es algo que se siente, se nota y se disfruta, y mucho. David es uno de los mejores personajes de la literatura juvenil, al menos en mi gusto y mi poca experiencia. Y no lo es a nivel de cómo está construido, o bajo que o cual autor o corriente literaria. Simplemente por la naturalidad de la que hace gala y de lo creíble que puede ser. Por desgracia y para ser sincero, no se libra del feo cliché de ser un “niño elegido” de un modo u otro, aunque se sienta/note menos, está allí presente. La magia de David es que Sanderson, logra hacer algo bueno con el cliché. Y me atrevo a comentar esto, tanto por el recorrido de leer las tres novelas, de sentir empatía e incluso cariño al personaje y también, porque David es uno de los personajes de la literatura con los que más me he encariñado. Estaba a punto de faltar a mi palabra, pero todavía soy fuerte. Respetando el importante contrato no escrito de las opiniones breves de no revelar la trama, me basta decir que he podido sentir todo eso (y más), porque el personaje de David es uno de los mejor estructurados, más creíbles, pero especialmente, emocionalmente más similares a los adolescentes que he leído. Y es por hacer gala de toda la “simpleza” de las emociones adolecentes, que tanto saga como personaje, son de lo mejor.

Dejando a un lado toda la saliva que he usado en el párrafo anterior para lamer las botas de Sanderson (que a diferencia del servilismo o fanatismo, el autor y su obra lo tienen merecido), no podemos dejar a un lado a los demás personajes. El problema es como hablar de ellos, sin caer en un sucio y feo exceso de divulgación de temas centrales de la trama…

Tenemos al equipo explorador/reckoner, el cual aunque presenta a viejos conocidos, nos permite ahondar un poco más en ellos, principalmente a través de David y sus preguntas u observaciones. Debo destacar que en parte cliché, y en parte no, el recurso del “pasado tortuoso o difícil” es algo que siempre nos toparemos aquí (no vayamos lejos, el protagonista nos es presentado así, sin avisar), eso es el cliché. Lo que no es que salga del cliché, sino que es “lógico”, es que no puedes tener personajes sin este pasado, tomando en cuenta que este mundo teniendo tantas posibilidades, se decante por la que es “un poco perversa”. Dejando los desvaríos, todo el plantel de la guerrilla es un apoyo importante tanto a nivel narrativo como para el personaje. Desde esos momentos de planificación y estrategia cual novela de espionaje moderno, hasta esos momentos relajados de risa que anticipan la tormenta o el temor latente de que tal vez, ese sea el último día. El grupo es peculiar sin duda, y eso también por sí mismo es un cliché, vaya, si me detengo a contar cada uno de estos de breve ya no tendrá nada esta opinión. La importancia de señalarlos es, como dice un amigo mío, que es lo que haces con ellos. Como mencione de las otras dos entregas, un punto fuerte de los libros son los personajes, ya sea de forma individual (los principales) como en conjunto (los secundarios) y la forma en que interactúan y como desenredan la trama ante nosotros. Es por eso que considero a los reckoners/exploradores como un grupo solido, dadas las circunstancias y bastante grato. No puedo comentar más allá porque volaría la trama de los otros libros, de una u otra forma y bueno, siendo reiterativo, eso es grosero y no se hace.

En la otra esquina, cual lucha libre, tenemos a los malos, los épicos rudos rudísimos (chiste local, perdón si no estás familiarizado con la lucha libre mexicana, lector/a constante). Este es el libro que más tiene, desde los más poderosos hasta los que pareciera que su poder es ser inoportunos. Basta decir que los secundarios o menos relevantes (argumentalmente y en poder), cumplen su cometido, ya sea para interactuar, para ampliar el universo dando muestra de sus leyes y limitaciones o simplemente para argumentalmente demostrar en qué clase de situación nos encontramos, lector y personajes. Sin embargo, este libro tiene a los 4 épicos de primer nivel, los más importantes de la saga. Dos de ellos porque nos permiten entender aun más a los épicos en diversos niveles. Otro por su arrollador poder y su visión tan peculiar del mundo. El último, no sé cómo decirlo sin que suene ingenuo y soñador, y como sea aquí va como lo pienso: este último sin quererlo muestra la esperanza. Si, parezco señora de clase alta que llora en los cines cuando las parejas de las comedias románticas se besan, lo sé, pero es la verdad. Aquí el truco, al cual te invito de corazón, querido/a lector/a constante, es que interpretes, a que épico le corresponde que descripción. Únicamente agregare, que ninguno de los 4 defrauda (ya sea como personaje o para esclarecer la trama o ambas) y son sin duda los que se llevan la novela, de principio a fin.

Estilo.
Nos encontramos ante un libro narrado en primera persona, todo desde la visión de David Charleston, esta narrativa jamás cambia en todo el libro. Aunque ninguno de los libros es el mejor que he leído bajo este estilo narrativo (para mí el mejor es Dracula), Sanderson hace un trabajo excelente en esta dualidad que es “narrar bajo la percepción de un adolescente”. Y no es trabajo fácil, pues a los adultos nos pueden traicionar las palabras rebuscadas para sorprender al editor y olvidamos la coherencia para con el lector. Obviamente (gracias en verdad por eso), este no es el caso.

La pluma del autor (¿Será ya momento de cambiarlo por teclado?), como ya me tiene acostumbrado, se mantiene ágil y con un lenguaje sencillo acorde a lo que nos presenta. Es un sentimiento, difícil de expresar en una palabra como logra cautivarte su prosa, al punto de hacer los viajes largos y cansinos (de su querido opinador, Kai), en algo que se pasa tan rápido que en más de una ocasión me quedaba en los andenes o en las calles leyendo hasta terminar ese capítulo. No creo que pueda explicar de mejor forma, como cautiva Sanderson al lector.

Finalmente, la maquetación es idéntica a la de Firefight. Mi edición es de tapa blanda, una edición grande y tosca (en especial para alguien acostumbrado a los libros de bolsillo), muy resistente al ajetreo de leer en la ciudad de México (lo cual cabe esperarse por el precio). La imagen de portada es lo que yo asumo debe ser Calamity visto desde cualquier lugar del mundo en que sucede nuestra historia. En la parte de arriba te dice que es un hit de ventas y en la de abajo en qué lugar queda dentro de la trilogía. Después de la ya conocida presentación editorial, nos encontramos con un libro que consta de 51 capítulos, distribuidos en 4 partes, sin contar prologo y epilogo, desde luego.

Desarrollo.
Aquí hay mucho que decir, aunque con el correspondiente decoro y precaución (ya sé, gasto muy rápido los chistes). Para mí el punto fuerte de Sanderson es como desenvuelve la trama ante el lector y el carisma y realismo de sus personajes. Parecerá obvio, pero hay gente que aplaude los sistemas de magia, como de real se pueda sentir o que tan coherente pueda ser el conflicto político/social, incluso hay gente que idolatra la forma en que un autor embota tu mente al utilizar lenguaje ya sea simple o extraordinariamente complejo. Y no hago hincapié en esto para justificar mi opinión o al mismísimo Sanderson. Señalo esto porque honestamente, aunque parezca “burdo” o muy general aplaudir estos aspectos, es algo que no debemos tomar a la ligera. Sin buenos personajes o un desarrollo adecuado, todo se puede ir a la basura. Es así que llegamos hasta aquí, al desenlace de la trilogía. Para adelantar algo que, creo es obvio, esta saga me parece satisfactoria en cómo, lector y protagonista, llegan a entender tantas cosas de este fenómeno mágico y misterioso que son los épicos, e incluso va más lejos y se llega a entender a muchos de estos personajes, ya sean épicos, exploradores/reckoners o simples “mortales”. Señalado esto, Calamity responde a la mayoría de dudas (personalmente creo que a todas pero, puede que me equivoque), que a lo largo de la trilogía se nos presentan, ya sea de forma clara y directa o velada y escrita indirectamente. También nos presenta el desenlace de muchos de los personajes que hemos conocido, algunas veces de forma clara y otra dejándolo a nuestra imaginación, pero de una forma más bien juguetona que misteriosa. No hay por ejemplo paraderos desconocidos, pero sí que hay gente que no sabemos que hizo después consigo, sólo que siguieron adelante, ya sea siendo ellos o hacía otra dirección. No digo que sea malo, pero, cuando te encariñas con los personajes, esperas un par de líneas más sobre sus destinos. Pero bueno, no siempre se me dará gusto, ¿verdad? Llegamos a todas estas revelaciones, a buen tiempo. Nunca se siente comprometido el ritmo de los acontecimientos (más que cuando el contexto de la novelo así lo señala), y esto se ve reflejado en la narrativa y como va llevándonos de la mano (aunque no lo parezca) el autor por su mundo, y sus personajes. Es verdad que la trilogía tiene consigo clichés de los clásicos, y sin querer jugar a defensor de nada, sino siendo su amistoso opinador de siempre, Sanderson sabe darle forma a estos estereotipos a su gusto para que la novela avance. Toma algo conocido y lo adapta de manera que logra tu atención en vez del repudio (te miro a ti, niño elegido). Esto se ve a lo largo del desarrollo de la trilogía, pero se siente en esta entrega con toda su fuerza. David no cambia de golpe o de una manera radical, lo hace paulatinamente y acorde a su persona. Así es como Sanderson nos brinda un personaje fiel a sí mismo, dentro y fuera de las páginas. Y es de esta manera que nos entrega una novela/trilogía sorprendentemente enredada, y pese a ello, disfrutas desenredar esta maraña de argumento. Apreciar la manera en que desarrolla el autor no sólo sus novelas a nivel narración, sino a nivel estructura, no es en balde. Cualquiera puede contarte algo que tenga un principio, clímax/nudo y desenlace. Lleva nuestra especie siglos haciéndolo. Tú querido/a lector/a constante lo haces a diario. Y aun así, lo que hace Sanderson lo hace de una manera maravillosa. La comparación sería armar un rompecabezas de esos que nada más es “un cuadro blanco”, que cada pieza embone a le perfección y además que no te sobre o falte ninguna. Por primera vez en estos meses, aunque lo parece, no he divagado realmente. Siendo reiterativo, cualquiera puede contar una historia con los tres momentos fundamentales, en verdad. Pero, lo que hace Sanderson es algo brillante. Hasta ahora las dos trilogías que he leído de él (Nacidos de la niebla I y Reckoners), dejan claro que el toma estos formatos no por la necesidad de tener más libros, o dinero, sino porque genuinamente para desarrollar sus obras como merecen (tanto argumentos como lo que merecemos como lectores), y eso es algo que se agradece profundamente.

Recomendación.
Una obvia advertencia: debes de leer Steelheart y Firefight antes de saltar a Calamity. Evidentemente por el hecho de que es el cierre de la saga, pero, digamos que entre líneas, por el simple hecho de que la saga de los Reckoners, merece mucho la pena.

Habiendo hecho la pertinente advertencia, si cabe, abusare y haré una segunda: estas recomendaciones se podrían resumir muy simple. Si sabes leer, lee la saga, si no sabes leer, aprende y lee la saga (y un aplauso por estar aquí y entender lo que sucede… a menos que estés mintiendo y sepas leer).

Después de esa broma, es claro que estas sugerencias irán a tono con las que he hecho sobre las entregas anteriores, de manera que no dilatemos más.

Toda la trilogía es una manera grata de iniciarse en el género de la fantasía sin lugar a dudas. Desde la grata narrativa y prosa del autor, hasta el hecho de que presenta un sistema “mágico” solido, que tiene algunos de los mejores personajes para el lector (sin importar edades, a mis 29 ya no me identifico con David, pero el profesor toco parte de mi ser) o simplemente porque esta trilogía no te deja dudas sobre lo que sucede. Es un principio y un final increíble.
Si eres lector asiduo (constante no, esos son nada más lo que leen mis letras), sin duda debes tomar este libro. El sello de Sanderson se nota en muchas de sus páginas y creo que es una obra obligada del escritor, no para entender su universo, sino para disfrutarlo.
Aunque los épicos son el tema central, los reflectores nunca están dirigidos a ellos y sus poderes, todo va encaminado a entender al personaje detrás de la fuerza increíble. Si eres un amante de la época de oro de Marvel o de los héroes que se hicieron más “realistas”, encontraras en la trilogía Reckoner un digno sucesor de ese maravilloso camino.
Esta novela es una lección de cómo la literatura juvenil no tiene nada que pedirle a “sus hermanos mayores”. Y de paso, es una imagen realmente fiel (en lo posible, imagino) de cómo presentar y caracterizar a personajes juveniles y adultos en las mismas páginas.
Si estas cansado de los estereotipos que he mencionado a lo largo de estas tres opiniones, eres bienvenido a leer como sin destruir o de construir un cliché, aun así puedes lograr algo fantástico.
Por el punto anterior, creo que la trilogía habla perfectamente a todo público. Novato a veterano del genero o la clasificación. Lector de mil lecturas o tímido lector de apenas un par de obras. Creo que a ese nivel general, tiene de todo para cualquiera que se aventure a seguir los pasos de David.
Si por el contrario, tú no eres de ninguno de esos grupos. Esta es sin duda una gran oportunidad para cambiar de lecturas. Como dije, si le busco un poco, tiene para todos.

Bueno casi. Si lo tuyo es lo explicito en la parte romántica/sexual o lo grafico en el apartado violento o tal vez lo vulgar en el lenguaje de los personajes, pues no, de eso no hay en esta saga. Del mismo modo, no podemos obviar que es ficción, fantasía y un poco de ciencia ficción dentro de todo un imaginario de ficción para lectores juveniles. Si alguna de las palabras de esa última línea no te gusta, igual sugiero que no te acerques a la trilogía.

Mi advertencia de edades es la misma: el mínimo es 12 años el máximo tus ganas.

Por último, para cerrar la recomendación, la cereza del pastel. Recomiendo ampliamente a Brandon Sanderson. Ya sea que empieces por su primera obra publicada, Elantris, o que te lances de cabeza por una de sus trilogías o sagas como: Reckoners, Nacidos de la bruma (I) o Nacidos de la bruma (II). En verdad, no leer hoy día a Sanderson sería malo, no nada más por el contenido tan apasionante de su obra, sino por el hecho de que un lector constante, no debe privarse de este tipo de joyas.

5 de 5 Kai´s posibles o un 10 en la escala Kaifan del 1 al 10 para medir algo se lleva Calamity de Brandon Sanderson. Y la saga de los Reckoners un 4.5 de 5 posibles o un 9 en la escala Kaifan del 1 al 10 para medir algo.

Eso sería todo por mi parte. Simplemente me gustaría aclarar que esta es mi opinión. Si tú estás de acuerdo o en desacuerdo conmigo, es válido. Tú opinión es bienvenida siempre y cuando sea expresada de manera asertiva

Un saludo a la distancia de parte de su compañero de letras y lecturas, Kaifan.

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