Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

lunes, 23 de abril de 2012

El horror.

El vigésimo primero de treinta días: Esa persona o cosa que no querrías ser.


El Horror.


Hace un tiempo hablaba de tipos de persona que no me gustaría ser. De gente nefasta que tiene cierto tipo de defectos que por si no fueran suficientes, son repulsivos y duplican lo horrible y desagradable que es estar al lado de estar personas.

Hoy lo peor que me podría pasar, o eso pienso yo, son las siguientes cosas, digamos que esto es una especie de extraña continuación de lo que se hacía hace un año, en fin, abróchate el cinturón y asegúrate de ir a cagar antes de subirte a esta montaña rusa de: El tipo de gente que no me gustaría ser.

Una marioneta. Este es el punto que define todo lo que vendrá más abajo. No me complicare en insinuar lavados de mente, que me obliguen a hacer cosas o una burla de un juego de ingenios o de poderes políticos. La cosa es simple, me da miedo terminar cumpliendo expectativas que no son mías, pero que de repente dejen a gusto a todos. Por ejemplo yo no quiero ser rico partiéndome el lomo en jornadas de esas de trabajar dos días y descansar uno, no mi querido señor. Aunque tuviera todo el dinero del mundo y seguro la bendición de los que me aman, eso no me haría feliz. Básicamente, no me gustaría perder del horizonte mis propias expectativas.

Un mediocre. Esto puede aplicar a alguien "realizado" o un inútil. La cosa es simple, ser mediocre implica ser conformista básicamente. Me da pereza imaginar que podría ser uno de esos sujetos que aceptan el trabajo mejor pagado, a costa de volverse inhumanos o los típicos perdedores que no dan uno y hasta los caga un perro y solo pueden decir "me lo merezco". No hay que olvidar jamás, que los extremos son malos.

Un insaciable. No quiero siempre estar en la búsqueda incansable de "tener todo el –inserta algo aquí". Es simple, si siempre quieres más, la neta jamás valoras y aprecias lo que tienes a tu mano. Esas son chingaderas, además pa' ser honesto, esa gente me caga tanto que si no tuviera un gramo de tolerancia en mi ser… le metería todas sus cosas por el culo.

Un revolucionario de palabra. De entrada ni me gustaría ser un revolucionario, esos normalmente o los matan o los encierran y hacen que se cambien de bando, sexual y de ideología. Como sea, a lo que me refiero acá es que me partiría la madre ser una de esas personas que apoya todas las causas justas, que pide a gritos un cambio, pero que nada más habla y opina pero no hace ni madres. Esos me caen mal, todavía fueras un genuino pensador, pero copiar y pegar opiniones en la red o repetirlas como perico no te hace nada especial.

Un solitario. Eso no me molesta, me da un chinguero de miedo. No me refiero a vivir solo, sino a quedarme sin todos mis seres queridos. Sé que relativamente es imposible, pero, la vida normalmente quiebra todas nuestras expectativas hasta donde recuerdo. Para bien y para mal.

Un idiota. Esto ya lo he sido y lo soy muchas veces, no me gusta, me caga ser así. Me molesta ser tonto y herir a la gente que me hizo bien. No hay nada peor que un ingrato ciego, al menos para mí.

Un mentiroso. Este es sencillito. Mentir va totalmente en contra de mí. No porque sea un santo o porque me quiera ganar el cielo, lo que pasa es que es más sano para mi gusto. Si no miento, no tengo que andar ocultando o inventando más detalles y mentiras. Si soy transparente, no hay secretos para chantajearme. Es parte de mi filosofía de una vida simple.

Un materialista. Últimamente lo he pensado y hace que me hierva la sangre nada más de imaginarme así, o peor, me da miedo verme reducido a una persona de este estilo. Lo material está bien, tiene su valor y para tragar hay que trabajar y ganar dinero, ok. Lo que se me hace inaceptable, es pensar que solo el dinero importa, si es así ¿Cuál sería tu límite y moral para ganarlo?

Ser un extremista. Esto es más que nada, parte de mi manera de trabajar en mi tolerancia y apertura a toda la gente y demás, pero, lo principal es otra idea en sí. El fundamento de esta idea, radica en que los extremos son malos y yo, de un modo u otro, quisiera estar en un punto medio.

Eso es todo por hoy, en realidad supongo que podría escribir sobre más cosas, pero honestamente, todo seria más de lo mismo o variables/derivados de las ideas de acá arriba, así que me evito la fatiga de escribirlo y a ti lector la hueva de leerlo.

Y creo que lo más importante, no solo se trata de cosas que no quisiera ser porque las odie y ya. No quisiera ser así, porque siento que eso es una existencia vacía, que la vida llevándola de ese modo, no tiene caso vivir.

Pero ante todo, el detalle es que me da miedo convertirme en algo que desprecio, y de paso ser un ser vacio y hueco. Eso sería como un doble patadón a la cara…eso no me permitiría estar en paz, eso, y solo eso probablemente, me partiría el alma.

Bueno, esto habla de las cosas que más desprecio de otras personas, y al mismo tiempo, de lo que temo llegar a ser

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