Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

domingo, 29 de abril de 2012

Mirame y...

El vigésimo octavo de treinta días: Lo que nunca te atreviste a decir o hacer.


Mírame y....


Hace un tiempo hablaba de cómo a pesar de todos mis impulsos primarios y belicosos, puede más mi deseo de paz que las ganas de tratar de patear a alguien o insultarle. En pocas palabras, hablaba de cómo a pesar de mis malos deseos o ganas de venganza, procuro mantener una buena conducta.

Por ahí va el tema de hoy.

Nunca me atreví a decir dos cosas en este año.

La primera, y muy simple, fue tratar de hechizar a mi ex novia o fascinarla con palabras, para que siguiéramos juntos. La decisión correcta (por más que me pesara o le pesara a quien le pesara) fue terminar. Yo sugerí esa decisión y no lo considero un error. Por eso jamás me atreví, ni a renegar de lo que había dicho (y que a su vez, es lo que pensaba), ni a tratar de convencerla de lo contrario.

Creo firmemente en que lo correcto, la justicia, debe prevalecer por encima de todo. Por extraño que parezca, en una persona como yo especialmente, creo firmemente en que hacer lo correcto, ser justo, es mejor, siempre. Por eso, hice lo correcto y deje ir a mi pareja, para que ella y yo, fuéramos felices y libres. No se trata de juzgar, simplemente creo que fue (y es) lo mejor.

Como dije, la justicia debe prevalecer, aun por encima de tus deseos.

La segunda cosa, es esta frase: “mírame y dime que de verdad crees que es el peor dolor que he vivido”. Esto basado justamente en que muchos creen que sufro en silencio la pérdida de una pareja, compañera y amiga, como lo fue mi ex. La respuesta es simple, si duele, pero no es lo peor que me ha pasado, y es más, he aguantado peores cosas… mira las cicatrices de mi cuerpo y entenderás a que me refiero.

No he dicho eso, porque bueno, la gente cree que sus juicios y opiniones jamás son errados, o peor, que mientes. Y la otra razón es que no es justo ni correcto desquitarse o ser agresivo con la gente, lo merezca o no. A pesar de todo trato de tener una buena conducta, como dije, mi fuerte código ético/moral, está por encima de mi satisfacción, al menos para asuntos tan vánales como la venganza o la efímera y dañina alegría a costa de alguien más.

Y si te lo preguntas querido lector, no, no me arrepiento de nada de lo que no ha salido de mi boca.

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