Lirica libre, el lugar de las letras de un escritor novel que día a día, trata de ser mejor...

Esta es la historia de un hombre que continua luchando contra su destino... Y confia en que vencera.

domingo, 15 de abril de 2012

Es una promesa.

El catorceavo de treinta días: Alguien desconocido para ti y que, probablemente, nunca vayas a conocer.



Es una promesa.



Hace un tiempo escribí de algo que ni a mí me importa, pero, así es, pero, alguien más escribió sobre un amigo suyo que ya no tenia rastas. Porque si que lo leí, y me sentí halagado y me emocione, y como colegiala no supe que hacer. Si, hasta yo, un hombre (al menos de nacimiento y género), palidezco cuando alguien habla bonito de mí.

Las cosas cambian, la gente también y sin duda la vida es otra y el medio se deteriora o se transforma. Sin importar eso, hay cosas, que se mantienen, nos guste o no. Hay algo más allá de lo que vemos, que escapa de la vista. Ese algo es lo esencial de las cosas, su punto medular, lo que hace que ese algo, sea lo que es.

Todas las cosas lo tienen, todos lo tenemos, todos los animales y me juego el pellejo a que esto debe ser algo así como algún principio de alguna ciencia, que, desde luego, no conozco y no investigare ahorita.

Lo esencial en este caso, del asunto central que quiero hablar es de la amistad. La amistad no me detendrá definirla. Primero que nada porque no podría alcanzar a definirla (ni quiero, es tan extenso que me da pereza) en su magnitud total. Lo segundo es que lo bonito de la amistad, es que si es una amistad de las buenas, de esas chidas o chipocludas, con química, física, sistema decimal y esos desmadres, es algo simplemente genial.

Hoy hablare de una persona que me honra con considerarme su amigo e incluso, alguien, digamos más trascendente que un papalote. Y yo a su vez, la considero mi amiga, una de las mejores incluso (y tú chico popular ahórrate tus comentarios sobre lo “lame” que es tener amigos a la distancia antes de que te lastime). Y lo digo de corazón. Como un dato interesante, cuando me relaciono con alguien intrascendente le llamo por su nombre, sobre todo si es mujer (porque para los hombres uso el genérico wey), para evitar esa familiaridad… si ya se que soy raro, gracias por remarcar lo evidente. Cuando digo que alguien es mi amigo, o le pongo un sobrenombre o lo que quieras, créelo, es enserio.

La persona de la que hablo es una chica de 18 años, que a su modo sigue sus sueños, que tiene unos gustos locuaces (lo que aumenta su genialidad) y su “rating es awesome”. A huevo señores.

Normalmente tenemos fluidas y divertidas conversaciones, no siempre, digo a veces falla, digo, todo falla en la vida… hasta el corazón y por eso se quiebra la gente… pero cuando nos ponemos serios, que suele ser más mi caso, siempre se da su tiempo para leerme, de cierto modo me aconseja o da un punto de vista que, lo creas o no, me hace replantearme las cosas, aparte de que le pone un gran sentido del humor a estas cosas y hace que incluso confesar el peor crimen, sea algo tan llevadero como comer galletas o tacos. Así de genial es este asunto.

Algo que me agrada de ella en general, es que, como en las películas/animes/comics/memin pinguin todavía no ha desarrollado todo su potencial y eso también es chido. Porque muchas veces, a pesar de que hay una lucha en su interior se da tiempo para hacer otras cosas y ver la vida con humor. Es una chica simplemente excepcional la verdad.
Por si no fuera suficiente, es una persona que busca superarse, se que tal vez no es tan genial por que “todos aspiramos a eso” (si… todos), pero, lo maravilloso es que es bajo sus propios términos y hacia las metas que ella se propone y no que alguien le dice o impone. Además va creciendo su talento a la par que su persona… ¿Sabes porque me maravilla esto? Porque siento que es como ver nacer algo nuevo y genial. Como si estuvieras presente en un momento cumbre de la historia del mundo, y no exagero, porque así me siento a veces.

No se trata de esos típicos adolecentes tan mainstream que se la pasan quejándose de todo, tratando de ser lo menos genéricos posibles o que tienen sus problemas existenciales de persona suicida-depresiva. Si, tiene sus altibajos y a veces no se da cuenta de lo maravillosa que es, de lo genial que es, de lo agradable que es y desde luego, de la gran persona que ella es por tan solo ser ella misma.

Normalmente de mis amigos admiro ciertas cualidades, talentos naturales, virtudes o características que los hacen geniales. Ella no es la excepción, hay una cosa que admiro de ella y espero que… bueno, ya estoy algo grande, pero cuando sea un poquitín más grande, pueda ser igual a ella.

Es muy simple, esto es una constante en ella desde que la conozco. También lo es en mí, pero yo carezco de algo que si veo en ella. ¿Listo para descubrirlo? Ahí va…

Ambos, a nuestro modo, tenemos el deseo de ser mejores personas. No solo en ser los nuevos portadores de un menaje de paz o el mesías y elegido que cambiara el destino del mundo, no señor, se trata de ser mejor personas y nada más. De algo tan sencillo como relacionarse mejor con los demás, de tener mejor don de palabra y esas cosas tan simples que hacen de la vida algo maravilloso.

La diferencia es que ella tiene la voluntad que yo no fomento. Eso es lo que admiro de ella. Eso es lo que me hace no solo sentir admiración por su tenacidad, sino que, le respeto por ello.

Lo sé, uno no espera leer esas cosas y menos de mí, pero bueno, a veces me pasa que me vuelvo serio y rindo honor a la gente.

Como sea, este día, del desafío, no del mes, es especial.

Yo soy pésimo haciendo promesas, porque normalmente las cago y no las cumplo. No es una constante, pero si ha pasado un 70% de las veces, pero venga, hay un porcentaje a favor y por ese me voy a jugar la piel.

Prometo que cuando sea un hombre con trabajo y esas cosas (diría prometamos, pero honestamente, creo que me toca a mí, por aquello de ser más viejo) hare lo posible por hacer que este día se trague sus palabras. Así de simple y directo, eso hacemos los hombres… o eso me dijo una loca.

Es una promesa. No tengo idea de cómo lo hare, pero lo hare. Y que se jodan las estadísticas y mis malos hábitos.

¿Por qué pregunta usted? Porque eso hace uno por sus amigos. Porque cada que pienso en mi boda (alerta de spoiler de sueños lindos e ideales) pienso que mandare invitaciones a todos mis amigos y que será una fiesta épica… aunque sea en un rancho, lo que hace geniales los eventos es la gente, no el sitio.

Y empezare por mi estimada amiga Kamokat o Betsabe, según sea el caso y la vejez.

Por eso es una promesa.

Y por cierto, quiero aclarar que
“si te seguiré recordando y que no importa que tenga otras cosas importantes que hacer (como trabajar y cuidar a mis hijos), para los amigos, siempre veré el modo de tener tiempo.



No hay nada que agregar, más que unas torpes gracias por tu amistad ^^ y por, aunque no lo creas o parezca, haberme apoyado siempre que lo he necesitado.

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